2. El niño maravilloso

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N/A: Agregué un vídeo a multimedia, Your eyes tell de BTS me hace pensar mucho en esta historia.

Jack Frost:

Lo que fuese que estuviese dentro del saco comenzó a moverse intentando escapar, Phil solo gruñó y se fue. Todos miraban expectantes el gran saco rojo, comencé a sentirme inquieto ante la falta de acción de los guardianes.

Me pregunté a mí mismo si alguien se acercaría a ayudar pero no parecía que ninguno se movería un centímetro, rodé los ojos y me acerqué.

—Bien, no es necesario que se amontonen. Yo lo ayudo —me puse en cuclillas para quitar el nudo—, menudos guardianes ha conseguido Manny. Son unos cobar... —salté lejos del saco al ver que un cuchillo se enterraba en la tela.

—¿Decías, chico helado? —se burló Conejo.

Lo fulminé con la mirada mientras apuntaba con mi cayado hacia el saco sin poder evitar que mis manos temblaran, Conejo sólo se reía de mí. Yo no era estúpido, sabía claramente que tener vida eterna no significa lo mismo que ser inmune a todo.

El cuchillo terminó de rasgar el saco y de el saltó un algo o alguien que esparció polvo dorado por todas partes. Como si hubiese explotado.

Miré el techo y me encontré con un chico que nos miraba alzando una ceja, tenía las piernas entrelazadas como si estuviese sentado pero estaba flotando. Su aspecto ligeramente bronceado en las mejillas y la nariz me decía que no vivía en el Polo Norte, además de que vestía ropa en una oscura gama de colores verdes.

El chico aterrizó de manera grácil frente a mí, ambos nos quedamos en silencio, parecíamos estudiar la apariencia tan opuesta del contrario. Sus características físicas me parecieron tan diferentes de lo que estaba acostumbrado a ver, por algunos segundos me sentí impresionado e inclusive envidiando su aspecto.

—¿Estás bien? —pregunté tratando de que mi voz no temblara.

El chico castaño asintió pero no dijo palabra alguna, el pensamiento de que me resultaba vagamente familiar comenzó a rondar mi cabeza en busca de un nombre. Pensé en que tal vez sería algún espíritu de la naturaleza, por su aspecto seguro tenía que ver con los árboles o la flora y fauna.

—Bienvenido, chico —escuché reír a Norte—. ¿Cómo terminaste en el saco?

—Volaba hacia aquí pero después de que alguien casi me dejara noqueado —explicó el castaño y me echó una mirada—, un yeti me descubrió.

Alcé ligeramente las cejas al ser consciente de que había chocado con él, todos nos mantuvimos en silencio a excepción de Conejo que fue el primero en reaccionar.

—Oh, no. No me digas que también será guardián porque ya tengo suficiente con Frost —negó con la cabeza—. Es más, si es así, renuncio.

—No seas así, Conejo —dijo Tooth acercándose al chico—. Yo soy el hada de los dientes, mucho gusto. Yo sé quien eres, claro, todo mundo te conoce. A ti y a tus hermosos dientes —dijo intentando abrirle la boca.

—Vaya, hablas mucho —murmuró el chico mientras se frotaba la cabeza.

—Eh, yo, lo siento —dijo Tooth ruborizada.

El chico volador le dedicó una sonrisa haciendo que las haditas que estaban revoloteando sobre Tooth se desmayaran. Rodé los ojos y bufé ante la actitud de las chicas.

¿Siempre actúan así con los chicos nuevos?

Sandy le sonrió al castaño y él se alejó de Tooth, voló hacia donde estaba el creador de sueños.

En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora