En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)

27. Querida Wendy

Peter me miró con una sonrisa y sentí como la sangre se acumulaba en mi rostro, me seguía sorprendiendo esa respuesta física que lograba provocar en mí.

—No te lo pongas —dijo señalando la corbata.

Asentí lanzando el pedazo de tela lejos y me deshice de algunos botones, no cuestioné la sugerencia de no usar corbata debido a que no podía atarla correctamente.

—Luces mejor sin eso —comentó en tono casual.

Su sonrisa creció mostrándome la hilera de dientes perfectos que poseía, por un momento entendí la fascinación que tenía el hada de los dientes por la dentadura de Peter. Me aclaré la garganta antes de acercarme, sentándome a su lado para ponerme los incómodos zapatos.

—¿Alguna vez habías vestido así? —pregunté, intentando aligerar el ambiente.

—Jamás —negó—, no sabía cómo ponerme toda esta ropa.

No pude evitar soltar una carcajada al identificarme con lo que él estaba diciendo, recordé la primera vez que había sido obligado a vestir con ropa formal.

—Me hubieras dicho a mí, no soy experto pero...

—Tooth me ayudó —soltó simple.

La naturalidad de sus palabras me dejó atónito, haciendo que soltara las agujetas de los zapatos. Me enderece en mi lugar, sintiendo como un balde de agua fría era vaciado en mi cabeza.

—¿A qué te refieres? —pregunté con voz calma.

Peter me miró de manera cautelosa, parecía intentar entender qué era lo que estaba mal en sus palabras.

—Ella me ayudó a vestirme.

Mis ojos se abrieron como platos al confirmar mis sospechas, me sorprendió que mi quijada no cayera al suelo debido a la sorpresa.

—¡¿Qué hizo qué?! ¿Te vio desnudo? —dije escandalizado.

—No exactamente —me miró juntando sus cejas.

—¡Te vio en paños menores!

Peter me miró con una sonrisa apacible, demasiado tranquilo para el grado de escándalo que había en las acciones de Tooth.

—¿Hay algo de malo con eso? —dijo con inocencia.

Tuve la sensación de una llama ardiendo en mi estómago, la cual crecía ante la poca perspicacia de Peter.

—¡Claro que es malo! El hada que ha estado babeando por ti te vio en calzoncillos —dije indignado.

—No grites, Jack —sonrió—. Eso no importa porque...

—¿Por qué? —insistí.

Había intentado calmar mi temple, bajé la voz a pesar de que seguía sintiéndome irritado debido a la información nueva.

—Porque ella no actuó extraña —dijo restándole importancia—, en realidad fue muy amable.

Desvié la mirada de Peter, me parecía inaceptable que a él no le importara en absoluto ser acosado de esa manera.

—Tú nunca notas nada —rodé los ojos.

—¿Tooth tiene problemas con su saliva? —dijo confundido.

Me dejé caer en la cama estirando mis brazos, suspiré sintiéndome frustrado.

—Eres demasiado inocente, Peter.

Por fortuna e infortunio era cierto, el castaño era inocente en muchos aspectos y un poco ingenuo.

—Jack, no te entiendo —dijo en voz baja.