En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)

19. Sentimientos confusos

Jack Frost:

Se suponía que en mi mente debería estar grabado el momento en el que Elizabeth me besó, pero por alguna extraña razón se veía opacado por un fugaz beso con Peter Pan.

Yo no lo había besado con intenciones románticas, no dejaba de repetirme a mí mismo que mi beso con él había sido por agradecimiento.

Los sucesos en la isla me hicieron ser consciente de mis intenciones reales; sólo quería que Peter me cumpliera un capricho. Quería llevar a Elizabeth a Neverland con la esperanza de que su fe ayudara a reestablecer la magia en la isla, después de todo había llegado a la conclusión de que la devoción con la que ella miraba a Peter no cambiaría nunca.

En mi mente no dejaban de crearse preguntas, me cuestioné porqué le daba tanta importancia al malestar que sentía cuando los veía interactuar. La única explicación lógica que podía darme a mí mismo era que había desarrollado sentimientos por ella, o quizás estaba celoso de la atención que le daban a Peter.

Me sentía confuso respecto a él, cada vez que nuestras miradas se conectaban sentía una sensación peculiar en mi pecho y me ruborizaba en cada ocasión que me atrapaba mirándolo por más tiempo del que era debido. Pequeñas acciones que ambos teníamos pero que ahora parecían tener significados más profundos, todo eso acrecentó la duda en mi interior.

Se suponía que yo estaba enamorado de Liz pero, ¿entonces por qué no dejaba de pensar en cierto niño castaño?

❄❄❄

Había pasado una gran parte de la mañana en el salón del globo terráqueo, observando el paisaje invernal a través del enorme ventanal que había. De alguna forma ver los copos de nieve caer me tranquilizaba, estaba tan acostumbrado a eso que me resultaba tranquilizador.

—Llevas horas aquí —escuché una voz de la nada.

Me sobresalté al escuchar a Tooth pero no me giré para mirarla, estaba evitando su mirada. Sabía que los ojos eran la ventana al alma, temía que ella adivinara con rapidez qué era lo que me pasaba por la cabeza.

—Estaba pensando —susurré.

Contrario al usual aleteo, escuché pasos lentos que me hicieron saber que por primera vez en un largo tiempo ella estaba tomándose un momento para prestarme total atención.

—¿Sobre qué? —dijo Tooth acercándose a mí.

Me encogí de hombros, no sabía si podía confiar en ella pero debía decirle a alguien o explotaría. Desde que regresé con Peter de Neverland, tenía el mismo pensamiento rondando en mi cabeza y ya habían pasado tres días de eso.

Me di la vuelta y me moví un poco para dejar espacio en el marco de la ventana.

—¿Puedo contarte algo? —dije jugando con el borde de mi sudadera.

—¿Volviste a pelear con Peter? —alzó una ceja.

—No —negué rápidamente—, espera. ¿Él está molesto conmigo? ¿Te lo dijo?

Un nudo en mi garganta se instaló en segundos, habíamos estado un poco distantes desde nuestro regreso de Neverland, pero seguíamos hablando como si nada hubiera pasado.