15. Pequeños celos

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Peter Pan:

Llevaba un rato despierto y ya estaba realmente aburrido, sentí mi estómago gruñir dándome la señal para salir en busca de comida.

Tenía varias mantas encima para no congelarme por tener a Jack Frost a mi lado, así que las quité con suavidad. Floté para no hacer ruido y salí de la habitación cuidando no despertarlo, me sentía un poco culpable por ser el responsable de que se desvelara.

Por primera vez en varios días sentí ganas de volar, divertirme haciéndolo como antes. Emprendí el vuelo haciendo piruetas por todo el lugar, amaba la sensación de libertad, adoraba sentirme libre.

Tomé un pequeño duende que caminaba por ahí y lo puse en mi espalda como acompañante de vuelo, no paraba de reír mientras el duende se aferraba a mi cuello con temor de caer.
Me dirigí hacia la habitación del gran globo terráqueo e hice un aterrizaje perfecto, dejé al duendecillo con cuidado pero no pudo sostenerse más de tres segundos de pie y se cayó mareado.

—Lo siento, amigo —reí.

Alcé la mirada y me encontré con los guardianes mirándome fijamente.

—Hola —sonreí—, ¿es una reunión?

—Eh, no —dijo Conejo mirándome con recelo.

—¿En serio? Podría ir por Jack a mi habitación si es algo importante —me ofrecí.

Norte me dirigió una mirada de interés, peinando su barba.

—No es necesario, Peter. No es una reunión —me aclaró.

—Oh —asentí.

—¿Jack está en tu habitación? —preguntó Tooth con curiosidad.

—Eh, sí. Venía por un par de galletas —me dirigí a Norte—, si no te incomoda, claro.

—Pídele las galletas a alguno de ellos —señaló a los yetis que estaban detrás de él—, eres un invitado. Te atenderán con gusto.

—Gracias —sonreí.

Me acerqué a un yeti sintiendo las miradas de todos fijas sobre mí.

—Eh, hola —sonreí nervioso hacia el yeti—. Si no es mucho pedir, ¿podrías darme galletas y dos vasos de leche?

El yeti asintió y se dio la vuelta, dejándome sin nada que hacer frente a las miradas curiosas de los guardianes.
No había a donde voltear sin encontrarme con una mirada de algún guardián, exceptuando a Sandy, él estaba durmiendo.

—Así que... —dije intentando romper el hielo—, ¿cómo van los preparativos para navidad?

—Eh, oh... van bien —contestó Norte distraído.

—Ya veo —me aclaré la garganta.

En esos momentos me hubiera encantado que Tooth comenzara a hablar sin parar pero al parecer estaba muy callada. Tanto que asustaba un poco.

Agradecí enormemente ver al yeti acercarse con una charola de galletas y dos vasos de leche.

—Gracias —sonreí tomando las cosas.

—¿Le llevas el desayuno a Jack? —preguntó Conejo alzando una ceja.

—Sí —asentí—, está algo cansado.

—¿Ya viste, Tooth? —dijo Conejo dándole un codazo—. Peter es tan tierno que le lleva el desayuno a la cama.

Tooth se limitó a alzar el mentón y desviar la mirada de mí.

En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora