20. Lo nuestro

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Tooth me dedicó una larga mirada, esperando una explicación sobre lo que efectivamente había escuchado.

Apreté mis labios y bajé la vista a mis manos para evitar mirarla. Estuve a punto de hablar cuando escuché fuertes pisadas, miré en dirección al sonido y vi a Norte entrando al enorme salón.

—¡Norte, amigo mío! —volé hasta él.

Nunca había estado tan feliz de ver a Norte, lo cuál hizo que él me mirara extrañado.

—Jack, no creí encontrarte aquí. Menos con Tooth —inclinó su cabeza confundido.

—Sí, él debería estar con Peter —dijo el hada de los dientes cruzándose de brazos.

—¿Qué quieres decir? —preguntó sin salir de su confusión.

Le dediqué una mirada de advertencia, sintiéndome repentinamente agobiado de lo que Tooth podría decir.

—Nada, ella no quiere decir nada —dije nerviosamente.

—Tal vez estoy omitiendo detalles, tal vez no confío en Norte a pesar de conocerlo desde hace décadas. Seguro es eso —bufó.

Alcé ambas cejas ofendido de sus palabras, las cuales habían sido escupidas con veneno.

—Tal vez quieres mantener algunas cosas en privado, tal vez quieres guardar algo tan especial sólo para ti —la miré retándola a seguir.

Norte nos miró extrañado y se acercó a la zona tecnológica del lugar, donde estaban los controles.

—Está bien, tal vez quieran arreglar cualquier problema que tengan cuando lleguen todos —sonrió activando la aurora boreal.

—Iré por Peter —dije evitando mirar a Tooth.

Ignoré el hecho de que la escuché gruñir de frustración, me dirigí hacia la habitación del niño maravilloso mientras comenzaba a instalarse la sensación de pesadez en mi estómago. Me preocupaba lo que Tooth pudiera decir, no quería ser expuesto cuando ni yo sabía lo que realmente estaba pasando conmigo.

Al llegar a su puerta sentí como la tensión se esfumaba, toqué un par de veces y esperé a que me indicaran que podía pasar.

—¡Adelante! —escuché gritar a Peter.

Abrí la puerta e instantáneamente sonreí al verlo, ese era el efecto que Peter provocaba en mí.

—Hey —saludé acercándome a su cama.

Estaba acostado rebotando una pequeña pelota azul en la pared.

—Hey —sonrió atrapando la pelota—, no te había visto desde ayer.

La búsqueda de creyentes había seguido como de costumbre y nuestra actitud siguió siendo casi la misma, pero pasábamos menos tiempo juntos.  Había estado fingiendo que tenía mucho trabajo como espíritu del invierno, o me perdía vagando en el palacio para evitar que estuviéramos a solas.

—Técnicamente, fue hoy en la madrugada —sonreí de lado.

—Oh, quizás el tiempo pasa más lento ahora.

Me quedé un segundo mirándolo, o tal vez fueron varios minutos porque Peter movió su mano frente a mi cara.

—Tierra llamando a Jack. Sal de Elizabethland —se burló.

Parpadeé un par de veces y negué con la cabeza, me pareció casi irónico que esa fuera la primera vez que mencionara algo respecto a ella desde la visita en la isla.

—Tal vez estoy en Neverland —susurré.

—¿Qué has dicho? —dijo con una pequeña sonrisa.

En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora