Epílogo

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Jack Frost:

Él me mantenía en una constante montaña rusa, había vivido grandes aventuras a su lado. Sin embargo había una aventura que aún no teníamos, aquella felicidad que en el pasado nunca imaginaría ni en el más locos de mis sueños.

El día que más anhelaba y al mismo tiempo el cual había estado posponiendo había llegado, no quería que pasara un minuto más sin decirle aquello que para mí era tan importante. Como era costumbre lo esperaba con la ventana abierta, observando como cada una de las estrellas parpadeaban a pesar de parecer expectantes a la llegada de Peter.

Él siempre llegaba en el último minuto, con una entrada triunfal y haciéndose el héroe. No lo podía culpar, Peter realmente era mi héroe, me había salvado de ese oscuro sentimiento de soledad.

Sonreí al verlo, nos abrazamos diciéndonos sin palabras el cuanto nos habíamos extrañado. Un cálido beso fue depositado en mi mejilla y respondido con un corto roce de sus labios, él sonrió haciendo que esas marcas en sus mejillas nacieran.

—Pensé que olvidarías venir —confesé.

Negó con la cabeza, la sonrisa de dulzura no abandonó en ningún momento su rostro.

—¿Cómo podría olvidar que el amor de mi vida está esperándome?

Bajé la mirada repentinamente ruborizado, a veces me quería engañar a mí mismo convenciéndome de que decía las cosas sin darles verdadera importancia. La sinceridad en sus ojos era lo que me hacía creerle siempre, dudando de mi suposición.

—¿Qué saben los niños del amor? 

—Mucho, amamos lo elemental de la vida —dijo pareciendo más viejo que nunca.

Lo observé con completa devoción, admirándolo casi tanto como lo amaba. Ese sentimiento me aseguraba que había elegido a la persona correcta, él me hacía sentir que debía mejorar día con día.

—Siempre quise decirte algo —solté.

Peter me miró con interés, alzó una ceja expresándolo.

—Simplemente nunca tuve el suficiente valor —susurré mirando mis manos—, eso no significa que en algún momento dudé sobre lo que siento. ¿Sabes? Amo la manera en que me abrazas, cuando me besas, el cómo me tocas, amo la manera en la que me amas.

Alcé la mirada sintiéndome poco a poco menos vulnerable, a veces me seguía costando expresar mis sentimientos a pesar de que mi corazón se sintiera desbordante de amor por él. Los ojos de Peter brillaban expectantes, acompañado de una sonrisa afectuosa.

—Amarte está siendo mi gran aventura, algo loca —reí con nerviosismo—, pero es la aventura que estoy dispuesto a tener por el resto de mis días. Quiero pasar mi vida entera a tu lado.

Su sonrisa poco a poco fue tomando un tono melancólico, miró hacia la ventana como si pudiera ver el pasado en ella.

—Debes saber que desde el principio supe que eras el indicado, el que me salvaría.

Me invadió cada uno de nuestros recuerdos, una ráfaga de memorias, ese remolino que eran mis sentimientos cuando lo conocí.

—¿Cómo lo sabes? —susurré.

Me miró con una media sonrisa, tuve que reprimir un suspiro ante su mirada enigmática.

—¿Qué cómo lo sé? La Luna me lo dijo.

Bajé la mirada mientras una sonrisa se deslizaba en mis labios, no me sorprendía escucharlo decir aquello; la Luna estaba inmiscuida en los eventos más importantes de mi existencia. Él definitivamente era uno de ellos, Peter Pan significaba mi eterna felicidad.

—Tenía alegrías innumerables pero siempre faltó algo —continuó—, la única felicidad a la que jamás pensé aspirar. 

Tomó mis manos con delicadeza, ambos pensando en nunca más soltarnos. 

—Tú me faltabas, Jack Frost.

No me sentía capaz de hablar y realmente no quería hacerlo, quería evitar romper la suave atmósfera en la que nos habíamos sumergido. Podía estar el resto de mi vida así, sólo contemplando la mirada esmeralda más hermosa y brillante que existía.

—Me tomó mucho tiempo descubrir qué fue lo que me trajo hasta ti —dijo acompañado de una sonrisa—, desde el comienzo pensé que estaba en busca de la magia.

Lo miré con curiosidad, preguntándome cuánto había ignorado en el pasado. No lamentaba las circunstancias en que nos habíamos conocido, porque ambos éramos un desastre, pero no estaba orgulloso de cuánto habíamos fallado.

—¿No estábamos en busca de la magia?

Peter negó con la cabeza, su sonrisa no era de petulancia a pesar de que había cierta diversión en ella. Me miró como si fuera una sabelotodo, y lo era, él sabía más cuando se trataba sobre el corazón.

—En busca del amor. 

Sonreí amándolo más que nunca. Tenían razón sobre el amor, es la magia más poderosa y fuerte que existe.

N/A: Pueden leer "Travesuras en el Polo Norte" si desean leer capítulos extras 🔥

Historia concluida: 31/Marzo/2018

Gracias por llegar hasta aquí, por ver la manera en que esta pareja se formó aún en contra de mi voluntad. Nació algo hermoso, no duden que sabrán más sobre ambos juntos.

Fue una gran aventura,
Tiger Mily. ❤

En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora