En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)

11. Conspiración

Después de varios estruendosos golpes, debido a que Norte no solía medir su fuerza, terminé por volar hasta la puerta y abrirla para dejarlo pasar.

—Adelante —murmuré.

Norte se adentró en la habitación, suspiré a sabiendas del sermón que tendría que escuchar por culpa del niño maravilla.

—¿Ya estás mejor? —preguntó con su común entusiasmo.

Parpadeé sin comprender de qué hablaba exactamente, incliné mi cabeza y alcé una ceja.

—No me sentía mal —susurré.

—Sabes a lo que me refiero, Jack.

Suspiré antes de sentarme en la orilla de la cama, era consciente de que el instinto de Norte nunca fallaba.

—No pasó nada.

—No debes mentirle a Santa —dijo sentándose a mi lado.

—No estoy mintiendo —mentí.

—Sí lo estás, lo siento, lo siento en mi panza —dijo señalándose a sí mismo.

Rodé los ojos y mordí mi labio con resignación.

—Ya no quiero estar con Peter —solté.

Norte alzó ambas cejas pareciendo genuinamente sorprendido.

—Ustedes hacen muy buen equipo, no lo entiendo.

—Él, no puedo con él —dije con frustración.

—Lo lamento —murmuró Norte.

Junté mis cejas en una mueca de confusión y parpadeé antes de girar para verlo.

—¿Qué significa eso? —dije mirándolo extrañado.

—No puedo separarlos.

—¿Por qué? Tooth estará encantada.

—La Luna me lo dijo.

Solté un resoplido de frustración y me pasé la mano por el cabello.

—Genial, la Luna —mascullé entre dientes.

—Hombre de la Luna me dijo que ustedes encontrarán algo. Algo mágico, ambos podrían ser la salvación —dijo ilusionado.

—Lo dudo —negué con la cabeza—, hemos perdemos más tiempo peleando que encontrando creyentes.

—Eso es porque ambos son igual de tercos, además ten en cuenta que Peter sigue siendo joven. Igual de infantil y aún más terco que tú.

—Oh, vamos —puse los ojos en blanco—. No lo excuses.

—Jack, tú eres un guardián. Tu deber es proteger a los niños —dijo posando su mano en mi hombro.

—Peter Pan se sabe cuidar muy bien, tú lo viste.

—Es poderoso pero sigue siendo un niño. Él es importante para el mundo mágico, Peter representa la niñez.

—¡Intentó matarme! —me quejé.

—Pero él es...

Me llevé la mano al rostro, me parecía irónico que cuando decidía facilitarle las cosas a Tooth fuese Norte quien las complicara.

—Sí, sí, un niño, ya entendí —lo corté.

—A veces, algunas cosas cuestan un poco de trabajo. Toman su tiempo, Jack.

Me crucé de brazos y desvié la mirada, tenía muchas razones para ya no querer ser un equipo con Peter.

—No tenemos tiempo, Norte.