Volé fuera del trineo y Peter me siguió, ambos comenzaríamos a buscar creyentes en el área en la que nos encontrábamos.
—No sé cuánto tiempo tardaremos así que nos veremos en el taller, la noche es joven y es el tiempo suficiente para encontrar creyentes —dijo Norte eufórico.
Estábamos a nada de emprender el vuelo y comenzar la misión cuando Tooth se acercó a Peter.
—Toma —dijo y le puso varias monedas en sus manos—, son por tus dientes.
El castaño la miró confundido, hizo ademán de intentar devolvérselas, pero el hada se negó.
—¿Para qué me servirían? —dijo Peter observando las monedas.
—Jack dijo que te acompañaría por caramelos —dijo Tooth mirándome.
—No hablaba en serio —dije alzando una ceja.
Terminé por acceder ante la petición sin sentido de Tooth, lo último que quería era perder el tiempo discutiendo con ella
El hada de los dientes me agradeció antes de despedirse de Peter, traté de ignorar el hecho de que no se despidió de mí.—Muévete, Pan —lo apresuré.
Peter me siguió el paso rápidamente, volábamos muy cerca el uno del otro pero ninguno dijo nada por varios minutos. El silencio resultaba un poco incómodo, aunque siendo sincero no tenía ganas de entablar otra conversación como la que habíamos tenido en el palacio de Norte.
Divisé una pequeña tienda que estaba en una calle poco transitada, en un segundo estábamos frente a la puerta, ésta al ser de vidrio dejaba ver a una señora de mediana edad en un aparador con un gran surtido de dulces.
—No le veo caso a esto, no te darán los caramelos —dije y me crucé de brazos.
—¿Esto no es suficiente? —dijo Peter mostrándome las monedas.
—No es eso —dije exasperado—, no importa. Anda, ve por tus caramelos.
Él se encogió de hombros antes de entrar al negocio, me quedé afuera observándolo con una sonrisa de superioridad que duró muy poco. Sorpresivamente pude ver cómo la mujer le daba una bolsa de dulces, él le entregó las monedas y salió con una sonrisa.
—¿Cómo lo hiciste? —dije en shock.
Bien, comenzaba a creer que nada le podía salir mal a Peter Pan.
—Le di las monedas y ella me dio esto —dijo tomando dos barras de chocolate de la bolsa.
Peter me mostró el botín azucarado, él no parecía entender la situación.
—No, me refiero a que ella te pudo ver.
—¿Por qué no podría verme? —dijo aparentemente confundido.
Me ofreció una barra de chocolate, la cual tomé sin salir por completo de mi confusión.
—Es un adulto, ya no cree y por lo tanto no tendría que verte —le expliqué.
Peter se encogió de hombros, restándole importancia.
—No importa sí no cree en mí.
—¿Qué quieres decir? —dije confundido.
—Jack, yo no soy un espíritu y no necesito que crean en mí —dijo y abrió el chocolate—. Tengo magia y puedo volar, eso es cierto, pero nunca he muerto.
—Eres, eres un ser vivo —dije observándolo de pies a cabeza.
—Algo así, ya vámonos —me apresuró mientras le daba un mordisco al chocolate.
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En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)
أدب الهواةVERSIÓN CORREGIDA DISPONIBLE EN MANOBOOK El mundo mágico existía, desde el viento que soplaba para mover las hojas a capricho propio, hasta las estaciones del clima que eran creadas por espíritus. Cada estación del año tenía festividades, las cuales...