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A pesar de que Luka se había encontrado nervioso toda esa semana, entendía que sus motivos eran poco válidos el mismo miércoles, camino al departamento de Sergio.

Su cumpleaños caía jueves, y Luka no quería perderse ni un segundo a su lado, por lo que había decidido planear con él todo el fin de semana, contando desde el miércoles, claro.

Sergio manejaba, como la mayor parte del tiempo, muy atento al camino, pero con la mano libre sujetando a Luka, quien iba como siempre, mirando por la ventana, demasiado callado.

No era que no existiera algo de qué hablar, siempre encontraban de qué... solo que ese día no se sintieron con necesidad, como siempre que no hablaban, o no querían hacerlo, y no tenían por qué obligarse ya que el silencio igual era cómodo.

—Cargas con poquísimo considerando que me abandonas el domingo. — dijo Sergio, una vez que se estacionó, y bajó del auto al tiempo que su novio, para abrir las puertas de atrás, y sacar la maleta de Luka, y sus respectivas mochilas.

—Quitando que bien podríamos ir juntos a mi cuarto, si es que necesito algo más... no te voy a abandonar, See See, apenas es miércoles...— rezongó, rodeándolo por atrás, pegándose a él, recargando la mejilla en la espalda del español, mismo que sonrió ampliamente, meciéndose con delicadeza.

—Ya te estoy extrañando. — agregó, dándose vuelta, invariablemente, por el peso de Luka, sentándose en el asiento trasero, con Luka ya entre sus piernas.

—¿Hay alguna manera en la que me sientas más presente? — murmuró Luka, demasiado coqueto, pero sutil, algo que Sergio tenía el privilegio de ver seguido.

—Tengo un par de ideas...— agregó el más alto, extendiendo los brazos, poniéndolos ya sobre los hombros de Luka puesto que él se inclinó al tiempo, ambos cayendo sobre los asientos, Sergio arqueando su espalda para estar más pegado al croata, mientras lo besaba con pasión, una de las piernas del español acomodándose para rodear parte de la cadera de su novio, a pesar del poco espacio en el auto.

—Mis vecinos van a sentir envidia...— susurró Sergio después de un par de minutos donde comenzaba a sentir la dureza de Luka debido a la suave fricción que el propio Sergio había comenzado a crear.

—Y eso que todavía no me das tus ideas. — comentó el mayor, sonriendo con cierta picardía adorable, levantándose con cuidado mientras ayudaba a Sergio a hacerlo.

A pesar de tener un montón de días para el español, Luka no había planeado gran cosa a su lado, y es que claro, le había preguntado qué se le antojaba, y Sergio había respondido que quería pasar todo el jueves con él, y con sus amigos. Para el viernes, había pensado en ir a visitar a sus padres, quedarse ahí hasta el sábado, y regresar por la tarde, para después aprovechar el fin de semana que restaba, al lado de su novio, de nuevo juntos y solitos... como ahora lo estaban, en una cena que había comenzado temprano (a las ocho de la noche) solo porque tenían clases el jueves.

—Me gusta tener la misma edad que tú, aunque sea por unos meses. Así siento que dejo de salir con mi abuelo. — jugó Sergio, picando de nuevo con su tenedor, la pasta que Luka le había preparado.

—Bobo. — Luka bebió agua. Un sorbito corto, como muchas veces hacía cuando estaba con un Sergio risueño, capaz de decir cualquier tontería para hacerlo feliz; precauciones que Luka tomaba para no terminar escupiendo el agua frente a quien en esos momentos pensaba con muchísima más intensidad, que era el amor de su vida.

—Aun así eres guapísimo. —

—Ibas a decir otra cosa. — acusó Luka, Sergio cubriéndose la boca para reclamar, en lugar de hacer esto, riéndose y abriendo mucho los ojos.

Maybe I'm the problemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora