Parte 4. 𝘛𝘩𝘢𝘵'𝘴 𝘸𝘩𝘢𝘵 𝘩𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯𝘴 𝘸𝘩𝘦𝘯 𝘺𝘰𝘶 𝘧𝘢𝘭𝘭 𝘪𝘯 𝘭𝘰𝘷𝘦.

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Sergio se removió sobre la cama, el quejido suave que le llevó a fruncir el ceño, mientras llevaba una mano a su rostro, inmediatamente, sintiendo movimiento a su lado:

—Ya los traigo. — murmuró el croata, como si fueran las dos de la tarde, dejando un besito en la carita de su novio antes de levantarse, solo uno de los llantos prominentes culminando segundos después.

Por como eran los dos, a pesar de que el departamento tenía una habitación extra, ninguno había decidido usarla para los niños..., pensaban cambiarse de casa, y sabían que los primeros meses no la usarían, porque pensaban igual en relación con las cunas: no podían dejarlas en esa habitación, ni en ninguna otra. Ambos habían acordado que se sentirían muchísimo más tranquilos teniendo a los niños durmiendo en el mismo cuarto, lo cual igual funcionaba porque ya era época vacacional, y Luka no tenía clases, entonces podía no dormir, al lado de su novio, que eventualmente, estaba demasiado agotado todavía, así como un tanto adolorido... esa noche apenas se cumplía una semana.

—Ten...— el croata tenía una voz demasiado suave, una que Sergio no recordaba, pero que apreciaba demasiado, extendiendo sus brazos para tomar solo a uno de los bebés que Luka cargaba:
—Mh... nuestro niñito rubio, mira qué cansado parece. — Sergio buscó jugar un poco: parecía solo necesitar ayuda para dormir, aunque el tercero, una vez que lo llevó Luka, parecía que necesitaba volver a comer. Sergio buscó no bufar ante esto.
Rápidamente, habían entendido que, si uno se levantaba, lo harían todos. Si uno, de la nada, sentía hambre por la noche, los demás así no lo hicieran, igual llorarían... y Sergio en tan poquísimo tiempo ya había aprendido a detectar rápido al menos cuando debía alimentarlos, o solo ayudarlos a dormir... el caso de Ema era casi siempre el mismo, por ejemplo, y Luka lo sabía, sosteniéndola en sus brazos, arrullándola, ella de nuevo ya suspirando.
—Todo el día laburando. — complementó en broma Luka, sentándose al lado de su novio, aprovechando que él ya estaba sentado para recargarse sobre su hombro.
—Eres un bobo. —
—Te amo. —
—Gracias a dios. — a veces, Sergio sentía todo eso como un ritual... y le daba muchísima paz. —Te amo, Lukita. — aunque normalmente con la primera frase hubiera bastado, esa noche se vio casi obligado a recordárselo.

Luka sonrió.

—Sé que es un mal momento, pero... ¿no crees que deberíamos pensar ya en nombres para estos dos?
—Bueno, no es que pueda ir por mi lista ahora mismo, con lo lejos que me queda el celular. — que estaba en la mesita de noche, ahí a su lado... pero tenía los dos brazos ocupados ahora. No podía hacer gran cosa con los dos niños. —¿Seguro que no quieres ponerle al mayor como tu padre? —
Ya habían hablado de aquella tradición de los Modric: Luka se llamaba como su abuelo, y su padre, como su abuelo... entonces, el hijo de Luka debía llamarse como su abuelo. . . no el de Luka, sino el suyo. O una cosa así había entendido Sergio, así como igual entendía que Luka se negaba a la idea.
—Segurísimo...— abrazó con más fuerza a Ema, lo que le recordó: —Además, ya le puse nombre a nuestra única hija, creo que es justo que elijas el nombre a estos dos. —
—Pero me gusta el nombre, y no quiero que creas que nos vamos a dividir así, Lukita... mereces tanto como yo continuar con la elección de nombres. — aseguró Sergio, quien se movió un poquito para darle un besito en la cien, eventualmente regresando a mirar a sus dos hijos. —¿Qué piensas sobre Alejandro?
—¿Para quién?
—Para él...— el tercer bebé, el que tenía la carita un poco más redondita, y el que parecía poco más castaño, aunque realmente era mínimo. —Creo que es lindo, ¿no?
—A mí me gusta. Alejandro Ramos Modric. . . creo que suena bien. — agregó Luka, sonriendo ampliamente, feliz. Sergio apretó los labios.
—Alejandro Modric Ramos. — corrigió. Luka evitó rodar los ojos, pero sí que levantó la vista, y arrugó la nariz.
—Mh, mejor Ramos...
—Mh, pues creo que es la única oportunidad que tenemos de ver el apellido del otro de forma legal... no estamos casados. — reclamó el español aun a sabiendas de que no necesitaban estar casados para registrar a sus hijos, y que tal vez no tenía nada que ver, entonces usando un tono ciertamente travieso. A Luka se le coloraron las mejillas.
—Pero podríamos. — respondió Luka, con tanta seguridad que intimidó a Sergio... aunque de la buena forma.
—Claro, podríamos...—
—¿Entonces serán Ramos Modric?
—Me gusta más cómo suena "Ema Modric" — atacó el español, Luka apretando los labios con fuerza, sabiendo que había perdido la batalla, eventualmente regresando a recargarse en el hombro de su novio.
—¿Y a este bonito de aquí? —
—Mh, se me ocurren algunos, pero no tiene cara de cualquier nombre que yo pueda elegir. —
Luka hizo un puchero. El niño comenzaba poco a poco a quedarse dormido. Parecía un angelito, irradiaba una paz tremenda... y Luka pensó que ese niño era como un regalo. Todos ellos, pero recordaba, ahora, que al verlo nacer, y escucharlo llorar, saber que él estaba bien, en lo que nacían los demás, le había dado cierta calma, cierta paz, seguridad, como si él hubiera sido mandado a decir que todo iría mejor, tanto entonces, como ahora... y Luka no evitó suspirar de alivio incluso sabiendo que tenía memorias de ese día que solo eran eso: el pasado.
Luka estiró su mano con suavidad, para acariciar la carita de su hijo: él era completamente rubio, pero se parecía a Sergio... y Luka pensó que, si en algún punto se había enojado con dios por toda la vida que había tenido, en realidad solo había hablado desde la tristeza...
Pero ya no se sentía triste. Y reconocía que, sin todo ese dolor, ahora no se estaría sintiendo así. Jamás habría conocido a Sergio de no haber vivido todo lo que vivió, no habría apreciado a Sergio de la manera en la que lo hacía, sin ese pasado que antes le atormentaba, y que sabía que lo seguiría haciendo, de vez en cuando, a pesar de que se cuestionaba la idea, porque no entendía cómo iba a tener días malos con todos esos niños rodeándolo.
—Ivano. — murmuró, su marcado acento croata llamando la atención del menor.
—Ivano... me gusta. Iva... Ivano Modric Ramos. —
Luka levantó la mirada. Le sonrió a su novio, y supo que incluso al amanecer, conservarían esos nombres.

Maybe I'm the problemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora