Sergio se mantuvo en silencio un par de minutos. Afuera estaba totalmente oscuro, y presentía que estaba soñando. Cerró los ojos de nuevo, y buscó concentrarse en su respiración que trataba de ser pausada, a pesar de que resultaba casi imposible. Apretó los ojos, y suspiró con fuerza, hasta que por fin supo que, al no hablar, estaba siendo imprudente.
—¿Lukita? — murmuró, su mano buscando mover con suavidad al croata, que respiraba profundamente, como lo era su sueño. —Luka...— volvió a llamar un poco más alto, su mano moviéndose con un poco más de intensidad sobre su hombro, mismo que lo sacudió lo suficiente.
—See...— la voz ronca del mayor fue un susurro en medio de la torrencial lluvia que acunaba la helada madrugada, aunque eso fue suficiente para que Sergio suspirara de alivio. —Hey, ¿todo bien? — murmuró, ahora percatándose de que Sergio estaba sentado sobre la cama, Luka imitándolo tan rápido que pudo sentir el mareo de no ser porque primero estaba la preocupación que no entendía de dónde venía... pero si debía ser justo con él mismo, él siempre estaba preocupado. Se estiró para prender la luz de la mesita de noche de su lado, inmediatamente dándose vuelta para ver a Sergio, que tenía un brazo estirado para poder apoyarse, la mano libre sobre su abdomen.
Negó, con un movimiento de cabeza, que ya había echado hacia atrás buscando un poco de calma.
—Creo que tengo contracciones. — dijo, un susurro suave, pero presente. Luka bajó la vista, y volvió a subirla para ver si Sergio estaba jugando... aunque sabía que él no podía decir una cosa así sin que fuese verdad. Se relamió los labios. . . no sabía qué decirle.
—¿Son para preocuparse? — dijo muy bajito. Sergio suspiró ahora con más fuerza.
—He tenido a lo largo de esta semana... pero el doctor dijo que eran normales por el mes de gestación. — comentó el español. —Solo, hoy me despertaron... y duele demasiado. — agregó. Buscaba respirar con calma, pero, en ese punto de la noche, ya resultaba demasiado imposible.
Luka tenía los ojos tan abiertos, y lucía tan preocupado, que incluso él mismo se vio en shock, como si estuviera viendo todo desde afuera, como un simple espectador que no podía hacer nada; se vio relamiéndose los labios, vio a Sergio echando la cabeza hacia atrás, con el ceño fruncido... escuchó la queja que se escapó de entre sus labios, y temió no poder salir de ahí, entonces obligándose a hablar:
—Creo que es mejor que vayamos al doctor. — murmuró el croata.
—No puedo levantarme. — acertó a confesar el menor. Tenía los ojos apretados, y buscaba sostenerse, y morderse la lengua para no lloriquear, a pesar de que el miedo, la desesperación, y claro, el dolor, le hacían pensar que tenía que ponerse a llorar incluso sabiendo que, de hacerlo, no iba a detenerse. —Es que el dolor ahora mismo es tan presente...— agregó. Luka asintió con suavidad, sin saber cuándo se había desenredado de las cobijas.
—Ven, te ayudo...— le dio vuelta a la cama, para ir del lado de Sergio, incluso antes de levantarlo, notándose tan pequeño, y frágil... notando que más esfuerzo estaba haciendo Sergio en ponerse de pie; Luka levantó la vista por inercia, encontrándose de cerca con la carita de su novio, que lucía con una fina capa de sudor, sus expresiones demasiado marcadas mientras buscaban no demostrar el dolor que sentía...
—Voy a caminar a la salida, ¿puedes ir por mi cartera, y traerme un suéter? — pidió el español. Luka se sintió como en una nube: no tenía ni idea de qué suéter llevarle, o dónde había dejado su cartera... o dónde era que Sergio podía sus suéteres, aunque lo sabía, sabía todo eso porque vivía con él... o casi. Es decir, pasaban al menos seis días a la semana juntos. Debía saberlo... pero se mantuvo frente al ropero, simplemente mirando uno de los cajones que había abierto, mismo que le demostraba una colección de suéteres poco extraordinaria. Entonces se movió a la parte donde estaban colgadas las sudaderas... y supo que no había forma de elegir alguna. Que no quería elegirla, porque eso le llevaría a buscar la cartera, y a ir con Sergio... y no quería salir del departamento. No quería atender la realidad... quería irse, irse como siempre.
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Maybe I'm the problem
Fanfiction". . . Y sé que no debería de arruinarlo, pero es algo inevitable. Es como una parte de mí, algo de lo que no me puedo deshacer. Unos dicen que es por falta de amor, pero creo que también se llama 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘴𝘢𝘣𝘰𝘵𝘢𝘫𝘦." En la búsqueda por ser "l...