Parte 2. 𝘡𝘢𝘥𝘢𝘳

127 5 3
                                    

Sergio relamió sus labios de ansiedad. Estaba totalmente solo en su departamento. Afuera llovía. A inicios de mayo, era común que lo hiciera, pero sentía un aura gris, y en ese instante, la odiaba, incluso si antes hubiera amado el clima, porque eso siempre lo llevaba a estar abrazado de Luka.

Volvió a relamer sus labios. Bajó la vista. Soltó un suspiro. Fue inevitable ponerse a llorar.

Después de la celebración de su cumpleaños, el distanciamiento de sus amigos, y la convivencia poco casual que tenían con Cristiano (en esas últimas cuatro semanas, habían estado lo suficiente en su casa), la pijamada había caído bien, al menos para Sergio... pero luego de ello, la convivencia entre sus amigos se había vuelto. . . extraña. No entendía bien por qué. No quería preguntar, no había preguntado, y no porque no le interesara, sino porque no quería incomodar... y la realidad era que el lunes después de aquella reunión, se había sentido mal. Había sentido que algo estaba mal, e invariablemente eso le había puesto en un estado ansioso. No era como que ayudara demasiado literalmente solo estar conviviendo con Cristiano (no era queja. Descubrió, al lado de Luka, que era demasiado agradable pasar las tardes con él haciendo lo que fuese, incluso jugando futbol solo los tres).

Ocasionalmente, le había preguntado a Toni cómo estaba. Eso era en la escuela. No habían ido al gimnasio juntos. Había hablado con Bale. Él estaba bien, como siempre. Salía, conocía gente, coqueteaba. Era correspondido. Sergio se preguntaba si alguien alguna vez le había dicho que no, y lo dudaba demasiado. Entendía. Bale era guapo, y era carismático. Le agradaba a todo el mundo, y Sergio se incluía en ese grupo... tal vez por eso, lo extrañaba.

La segunda semana, después de que Toni volviera a abandonarlos cuatro días, Sergio lo consultó con Luka. Él, incluso siendo tan ansioso como siempre, dijo que probablemente no era nada. Que eran temas de la escuela. Y siguieron conviviendo con Cris...

E inicialmente, Sergio pensaba que tal vez era el nuevo ritmo de la amistad la que lo tenía agotado físicamente... aunque no, no era por Cris. Adoraba convivir con él. Era algo más. Era, tal vez, sobre pensar que el grupo se separaba. Odiaba pensar en ello, pero era inevitable... sin embargo, el cansancio continuó, hasta que un día, en el entrenamiento, sintió que se iba a desmayar. El mareo había sido insoportable, y siendo el capitán, todos se habían preocupado por él. Se había sujetado de uno de los postes de la portería, y había controlado las ganas de vomitar, como, pensando, lo había hecho en algunas mañanas al lado de Luka; Sergio había cerrado los ojos con fuerza, y había tomado aire con intensidad, solo porque reconocía que, si se vomitaba, Luka se preocuparía. No quería preocuparlo por un leve estrés... sobre todo porque el entrenador había detenido el partido, y Luka había recorrido media cancha, como si pudiera volar, en menos de medio minuto... eso no le había gustado a Sergio. Había odiado ver aquella carita de preocupación, aquellos ojotes más abiertos de lo normal, la mano sobre su hombro, el buscar levantarse y no poder, solo porque el vértigo lo llevaría a por fin regresar todo el desayuno..., Sergio, en ese instante, se preguntó si eso no le haría sentir alivio. Recordaba que una mañana sin Luka, no había podido evitar levantarse a tropezones para ir al baño, y regresar bilis. No recordaba sentir menos mareos, pero sí que había ardido demasiado.

—¿Quieres que llamemos a algún pasante? — inquirió el entrenador que se acercaba a largos pasos, pero demasiado lento, Toni y Gareth para entonces, rodeando a Sergio, Cristiano incorporándose al lado de Valverde, que por algún motivo, estaba más pegado a la defensa, apenas miró a Sergio apoyarse en la portería, levantando el brazo para detener el mini partido, acompañando al español a la par de Iker.

—No, no, estoy bien. — había murmurado Sergio en respuesta sobre aquellos pobres pasantes de medicina que estaban en las gradas, "por si cualquier cosa". —Se me ha estado bajando la presión. — aseguró. —Me toma un segundo. —

Maybe I'm the problemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora