4.

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Luka reconocía que era demasiado afortunado. Podía saberlo todo el tiempo, pero ser consciente de ello, solo con la cabeza de Sergio recargada sobre sus piernas, mientras el español sostenía un libro.

—Ojalá entendiera algo de esto. — murmuró Luka, dejando la hoja sobre la mesita al lado del sofá.

—Bueno, en resumen, Sergio está embarazado. — dijo Toni, cosa que hizo bajar el libro a Sergio, y sacarle la lengua al rubio, mismo que comenzó a reír, y regresó la vista a su lectura. Luka suspiró.

La calidez de las luces amarillas, que eran todo lo que iluminaba la sala, lo hacía sentir como en casa.

Toni se había animado a sacar los estudios de sangre de una carpeta que Sergio ya tenía guardada en un lugar específico de su habitación, y mostrárselos al croata. No era la gran cosa, es que no tenía qué leer, a diferencia de los otros dos.

—¿Cuándo dicen que es la primera consulta? —

—El viernes. — respondió Sergio. Una de sus manitas acarició su abdomen por instinto. Todavía veía el libro, y por eso no pudo ver a Luka sonreír. De toda forma, le acarició el cabello, y se encogió para darle un besito en la frente.

—¿Por la cantidad de semanas?

Sergio asintió, y levantó la vista.

—Bueno, según sé, o me imagino, tengo unas seis semanas... entonces creo que se está a buen tiempo. — agregó. Luka apretó los labios. Inevitablemente, la idea de que se había perdido dos semanas del embarazo, lo hizo sentir mal. Aclaró su garganta.

—¿Puedo acompañarlos? —

Toni bajó el libro, y Sergio subió la vista, Luka mirando la misma expresión en los dos, antes de que Sergio le sonriera.

—Tonto. — murmuró, una de sus manos subiendo hasta el cuello de Luka, para halarlo mientras él se estiraba para darle un beso en los labios. —Déjame pensarlo. — jugó, cosa que le coloró las mejillas a Luka.

—Voy a preparar la cena. ¿Se les antoja algo? —

—Pregúntale a él. — el alemán elevó ambas cejas, señalando a Sergio.

El asunto con Toni era que, a pesar de que Luka y Sergio estuvieran juntos, se había impuesto estar con Sergio. . . y a Sergio le agradaba estar con Toni. Además... parecía que Toni necesitaba ese tiempo con sus amigos, y Luka, incorporándose a ellos, había aceptado sin un solo tipo de problema.

—¿Se te antoja algo, See See?

—Pasta. A la boloñesa. —

Luka asintió, y se levantó con cuidado, pasando entonces a la cocina, y escuchando cómo Toni se levantaba, teniéndolo al lado apenas unos segundos después.

—Te ayudo. — dijo de una, haciendo la tarea de estirarse para poder tomar lo necesario de la alacena, mientras Luka se agachaba a tomar los sartenes: si volteaba a la derecha, podía ver una parte de la cuidad, las luces nocturnas arrullándolo con el clásico suave tintineo que constantemente evitaba; le gustaba el departamento de Sergio, y le gustaba estar ahí... pero no estaba acostumbrado a esas vistas, de cualquier forma. Le aterraba ver la magnitud.

—Para que sepas...— comenzó Toni, enjuagando la albaca, y los jitomates que había sacado en el tiempo que Luka había pasado disociado mirando la ciudad. —Mañana Sergio tiene cita médica. —

Luka levantó la vista, expectante.

—¿En el centro de la escuela?

Toni asintió.

Maybe I'm the problemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora