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Kaia

Seguía sin decidirme por cuál vestido usar está noche. Los chicos tenían otra carrera así que como siempre con las chicas iremos con ellos.

Ya me encontraba más calmada desde lo que ocurrió con la chica, había vuelto a dormir con Tom por el simple hecho de tener miedo.

Me daba miedo que hiciera algo contra mí por desobedecer sus órdenes o algo por el estilo.

-¿Kaia?- la voz de Tom me sobresaltó.

-En la habitación.- le gritó para que me oiga.

Pocos segundos después lo veo entrar por la puerta con su típica ropa ancha y negra, a pesar de tenerle miedo, Tom era guapo y eso nadie lo podía negar.

-Solo faltas tú.- me quito el vestido que tenía puesto, dejando ver mi piel morada expuesta, había ciertas zonas de mi cuerpo con moretones.

-Enseguida estoy lista.- finalmente me decido por una falda de jeans corta con un top negro y tacones que combinan.

Siento la mirada del mayor sobre mí, solo pasó por su lado para irme al auto.

Al estar los dos en el auto el silencio es lo que reina entre nosotros, como siempre. Al llegar al lugar de la vez pasada todos se amontonan para ver el auto de Tom.

Al bajarme me voy directo donde las chicas, me daba igual si Tom quería buscar alguna otra mujer para satisfacer su apetito sexual, con tal de que no fuera yo, todo bien.

Al llegar las veo con una chica rubia de espaldas, por un momento mi mente me hace una mala jugada y pienso que es Jessica. Pero al ver que la chica da media vuelta me fijo que es Lucía, la chica del otro día.

Ella corre en mi dirección, me abraza tan fuerte que me es imposible no soltar un quejido por el dolor de mi cuerpo.

-Lo siento.- me dice apenada una vez se separa de mí.

-No te preocupes mejor dime, ¿Qué haces aquí?, creí que te habían puesto a trabajar en el club.- ella suelta un suspiro de lamento.

-Tom creyó que sería más útil aquí, con los corredores.-

Me dio pena así que la atraigo a mí, le doy un abrazo de costado. La siento relajarse cuando mis brazos la rodean, como si por primera vez en mucho tiempo se sintiera segura.

-Kaia.- ambas volteamos a ver a Tom.

Automáticamente suelto a Lucía y la coloco detrás de mí como si pudiera protegerla, ella solo se aferra a mí.

-Deja de estar de niñera, ella tiene que ir a trabajar y tú conmigo.- niego.

-Por favor no...-

-Vete a trabajar.- ignora mis súplicas y ve a la menor, ella con miedo hace lo que él le pide. -Vamos.- me toma del brazo.

Me lleva hasta el auto donde ambos nos adentramos, creí que tendría una carrera, pero no fue así.

No quise preguntar nada, no quería que me volviera a golpear.

-En el asiento trasero hay un atuendo que necesito que uses, tienes trabajo que hacer.-

No protesto, pregunto o digo nada, solo hago lo que él dice. Al girar y recoger la ropa del asiento trasero me doy cuenta de que es ropa que yo usaba cuando bailaba en el club.

-¿Qué tengo que hacer exactamente?-

-Iremos al club, hay un cliente que me debe dinero. El pidió por ti, así que lo distraes bailando y yo aprovecharé y lo mataré. Simple.-

Me quedo callada, sabía que si le digo que no quería hacerlo me golpearía o algo peor. En silencio comienzo a desvestirme para colocarme el traje rojo que Tom me dio.

Extrañaba usarlos, desde que Tom me llevo con él no había vuelto al club o había vuelto a bailar.

Tenía curiosidad sobre que cliente era, pero decidí quedarme callada y no preguntar.

Al llegar al club nos bajamos del auto y al entrar, la gran mayoría de las chicas me quedan mirando. De seguro piensan que Tom se aburrió de mí y me trajo de vuelta.

Ojalá fuera eso, el solo las ignora y me guía hasta el segundo piso donde están las habitaciones.

-El aún no es traído a la habitación así que entraremos juntos, yo estaré escondido y tú harás tu parte, ¿Entendiste?-

-Si.-

-Si todo sale bien, ambos seremos recompensados con la compañía del otro.- dice aquello mientras deja una caricia en mi mejilla la cual me provoca asco.

Se adentra a la habitación, me quedo afuera tomando aire hasta que siento pasos por lo que me adentro a la habitación, no veía a Tom por lo que supuse ya se escondió.

Me quedo frente a la cama con ambas manos en mi cintura, estaba gradecida que el atiendo llevará una tela que cubría la mitad de mi rostro, de esa forma el hombre no vería como no estoy sonriendo sabiendo que morirá frente a mis ojos.

El hombre entra y se sienta directo en la cama, a penas lo veo mi cuerpo tiembla, él era uno de los hombres que me había violado hace tiempo. Decido ignorar todo y comenzar a bailar cuando la música comienza.

Muevo mis caderas de un lado a otro al igual que mi pecho, en un momento volteo dándole la espalda moviendo mi trasero justo frente a él. Siento unas manos en mi cintura por lo que doy vuelta y lo veo con la mirada fija en mis senos, me trago el vómito que me provoca este hombre.

-Tan sensual como siempre...-

-Lo mejor para el mejor."-esa era la mentira más grande que siempre les decía a mis clientes.

Sus manos comienzan a subir hasta llegar al broche de mi brasier, pero antes de que lo desabrochara Tom aparece y pone la pistola justo en su cabeza, con una de sus manos me toma del brazo atrayéndome a él.

-Hola Mario, adiós, Mario.- Tom jala el gatillo y el hombre cae al suelo.

Pronto el suelo se llena de sangre, mi cara tiene un par de salpicaduras por el impacto, la cara de Tom también las tiene.

Pero eso no es obstáculo para que él tome mis mejillas y me atraiga a él para besarme, el sabor de la sangre del hombre se mezcla con nuestra saliva lo que me provoca hasta, pero tengo que aguantarme o Tom me golpeara o algo peor.

Me suelta para arrojarme a la cama, se sube sobre mí y comienza a dejar mordidas por todo mi cuerpo.

Cuando creía que me desvestiría Bill aparece por la puerta irritando a Tom quien lo voltea a ver enojado.

-Te eh dicho que no me molesten cuando estoy ocupado.-

-Luego sigues, esto es importante.- se separa de mí y va con su hermano.

Los escucho susurrar, aprovecho y me siento en la cama tratando de limpiar la sangre de mi rostro.

-¡Carajo!- Tom grita y golpea el marco de la puerta.

Está furioso por lo que me toma del brazo y a jalones me saca del lugar hasta llegar al auto. Tenía miedo de preguntar así que solo me cambie de ropa.

-Quiero ir a casa.- me da una rápida mirada cargada de enojo.

-Primero tengo unos asuntos que resolver.- su voz estaba cargada de odio y enojo.

No sabía ni mierda de lo que me esperaba esa noche.

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora