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Kaia

-Me di cuenta de varias cosas en estos días.- tenía la mínima esperanza de que se haya dado cuenta que en realidad siente algo por mí.

-¿Qué cosas?- 

Podía ver como Tom dudaba de si decirme o no, aun seguíamos en la heladería, así que supongo que tenía vergüenza de decir lo que sea qué dirá en voz alta y que alguien ajeno lo escuche y en algún momento usar aquello en su contra.

-Me di cuenta de mis sentimientos por ti.- en ese momento mi corazón comenzó a latir lo más rápido que alguna vez haya latido.

-¿Qué...?-    

-Lo que te dije en el doctor fue cierto, si hubiera sido dolo una niña, yo realmente me hubiera divertido al buscar un niño, nuestro hijo. Pero, ahora tendremos uno de cada uno, sé que no lo demuestro, pero estoy feliz Kaia, contigo y nuestros hijos lo soy...-  

Quería lanzarme sobre Tom, pero mis dudas eran mucho más grandes que cualquier felicidad que sentía ahora mismo, tenía miles de preguntas en mi cabeza, la principal seria...

-¿Por qué lo hiciste?- en ese momento el antojo de aquel helado se había esfumado, así que lo dejo a un lado y me centro en Tom, quien había hecho lo mismo que yo.

-Eras una niña de trece años cuando llegaste a mi club, y aunque no lo creas en ese entonces no era el monstruo que te mostré ser, me aguanté dos años completos para finalmente poder estar contigo y...- 

-¿Asi que ahora debo agradecerte el que hayas esperado dos años para finalmente violarme?- en ese momento todo rastro de felicidad se me había ido del cuerpo.

-Debes de dejarme terminar.- podía fijarme que se había enojado un poco por mi interrupción, pero no me importo.

El escuchar que se había aguantado años para finamente estar conmigo, mientras yo había pasado esos mismos años suplicándole a quien sea el hombre que está en el cielo para que Tom no se fijara en mí.

Decido tomar mi bolso y levantarme de aquella silla donde me encontraba, no me importaba el saber que Tom me estaba siguiendo, solo quería irme lo más rápido posible a casa.

De un momento a otro siento como toman mi brazo, al dar media vuelta me encuentro a Tom, quería golpearlo en la cara, decirle que lo odio, pero ambos sabíamos que si decía aquello seria mentira.

En su lugar me toma de las mejillas y me besa, sin importarle que alguien nos pueda ver, Tom me besa, este beso me tomo por sorpresa por lo que me costó el reaccionar a este.

Cuando finalmente reacciono, me doy cuenta de que este beso es muy diferente a cualquier otro beso, bueno, la mayoría de los besos que había tenido con Tom habían sido a la fuerza.

Sentía sus manos abandonar mis mejillas y pasarse a mi cintura, cada vez el beso se volvía más intento. Cuando nos quedamos sin aire en los pulmones y nos separamos quedándonos viendo a los ojos del otro, por primera vez en todo el tiempo que llevaba a su lado, lo vi sonreir.

Y no como la pequeña sonrisa que puso hace un rato en el doctor, esta era una sonrisa completa, me termino contagiando la sonrisa.

-Vámonos a casa.- podía escuchar la felicidad en sus palabras.

-Vamos.-  

...

Por primera vez en mucho tiempo me sentía segura estando en los brazos de Tom, aún seguía siendo mi cumpleaños, y por capricho mío Tom se había quedado conmigo a ver una película.

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora