⁰⁵

3.9K 275 41
                                    

Tom

Al despertar Kaia no estaba a mi lado, raro no fue ya que ella siempre se levanta más temprano y prepara el desayuno de todos.

Al bajar a la cocina la veo sentada en una de las sillas con una taza en frente de ella y un libro en sus manos, se me hacía raro ya que ella dijo que había dejado la escuela de pequeña.

-¿Estás viendo lo mismo que yo?- le pregunto a Bill cuando llegó a su lado.

-No empieces por favor, aún es muy temprano.- no le hice caso.

Kaia era la menor del club eso lo sabía desde que comenzó a trabajar para nosotros, desde ese entonces le había puesto el ojo encima. Sabía sobre todos los hombres que la habían violado y desaparecido misteriosamente al día siguiente.

Ella era hermosa eso no lo negare, pero había algo en ella que me llamaba más la atención. Había evitado tocarla por dos años hasta que no me resistí más y la hice mía, no fue la mejor manera, pero hora todos sabían que ella es mía.

-¿Sabes leer?- me siento frente a ella.

Levanta su vista, sus ojos cafés se encuentran con los míos. Su mirada está vacía, vuelve a concentrarse en el libro sin prestarme atención.

-Kaia.- no me mira y sigue concentrada en el libro. -¡Kaia!- otra vez lo mismo.

Me harté y levanté tomando su cabello, ella se queja, pero no pone resistencia solo se deja maltratar por mi.

-Cuando te hablo me respondes.- ella como puede asiente.

La suelto bruscamente logrando que ella caiga al suelo. Solo me mira para ponerse de pie tomar sus cosas eh irse sin mirarme a la cara.

-No entiendo porque haces todo eso.- volteo y ahora veo a Gustav junto a Bill.

-No es de tu incumbencia.-

-Aún que lo quieras negar sientes algo por esa niña.-

No, yo no sentía nada más que deseo por Kaia ella es mi juguete sexual y listo.

-¿Quieren ver lo que siento por ella?- les dije a ambos.

Ellos solo me miraron sabiendo que era lo que estaba a punto de hacer. Se miran entre si antes de yo irme a la habitación.

Al entrar la veo acostada con los ojos cerrados, en silencio me acerco a ella. Me siento a su lado trazando su cara con uno de mis dedos.

Ella se mueve y al abrir sus ojos es el miedo lo que los invade al verme allí frente a ella, no le doy oportunidad de hablar o moverse cuando le doy una cachetada.

Su labio se rompe y comienza a sangrar, la vuelvo a tomar del pelo levantando la de la cama para que se arrodille frente a mí. Se queja por el impacto que tuvieron sus rodillas en el suelo, no me importo solo le indicó con la mirada lo que tiene que hacer, ella entiende de inmediato.

Comienza a negar con su cabeza eh intenta levantarse, peor la de tengo del brazo lanzándola a la cama.

-Si no quieres por las buenas, será por las malas.- me subo sobre ella.

Ella comienza a patalear y lanzar golpes en mi dirección, tomo sus muñecas llevando las sobre su cabeza eh inmovilizándole las piernas con las mías, con mi mano libre dejo caricias en sus piernas subiendo mi mano cada vez más hasta llegar a su vagina.

Ella vuelve a comenzar sus movimientos tratando de librarse de mí, dejo su zona baja para golpearla otra vez. Se queda quieta dejándome hacer lo que quiera.

Mi boca se dirige a su cuello, dejando besos y mordidas en este, ella se queja de dolor, pero no me importa yo sigo con lo mío. Mi mano otra vez baja, pero esta vez comienzo a desabrochar su falda.

-Te soltaré y te quedarás quieta, ¿Me entendiste?- ella asiente.

Le suelto las muñecas y las piernas, aún encima de ella la comienzo a desvestir, no vuelve a quejarse.

Me levanto y desvisto frente a ella, la veo temblar y eso hace que mis ganas aumenten. Desnudo me acerco a ella, la tomo del brazo levantando la de la cama.

-Ahora harás lo que yo diga, muñeca.-

Me siento en la cama y palmeo mis piernas indicándole que se siente en ellas, así lo hace. Decido aún no introducir me en ella, la muevo hasta que este sobre mi miembro, pero sin meterme en ella, comienzo a moverla, la sensación de satisfacción es buena en mi, pero ella solo se queja.

Así estuvo los minutos que estuvo encima de mí, cuando sus quejas y llantos me hartaron la empujó hacia la cama dejándola acostada para mí, ella tiembla y yo solo me coloco encima de ella. Tomo mi pene introduciendo me en ella, Kaia solo llora mientras yo sigo con mis movimientos bruscos.

-No sabía que eras tan adictiva muñeca.- seguía en lo mío.

Mis embestidas siempre eran agresivas con ella y está no era la excepción, al igual que la vez pasada su parte baja sangra. Eso no me detiene, sigo en lo mío hasta que me vengo en ella por primera vez, salgo de ella.

Puedo ver el alivio en sus ojos creyendo que termine, pero no. Me vuelvo a posicionar encima de ella, peor está vez meto mis dedos en ella, no podía ser tan malo y dejarla sin su orgasmo.

Le duele, lo veo en sus ojos, aún así no me detengo. Mis dedos se llenan de sangre, goteando la sábana.

-B-basta.- sus súplicas me hacen aumentar el ritmo. -Me duele.- ella seguía llorando y quejándose.

Yo seguía en lo mío, cada vez la cama y mis dedos se llenaban más de sangre, no paro hasta que siento sus paredes contraerse en mis dedos y verla temblar del tortuoso placer que le di.

Saco mis dedos de ella y los llevo a su boca, se niega al inicio así que con mi otra mano tomo sus mejillas abriendo su boca. Su cara de disgusto lo dice todo, aún así no dejo de verla hasta que deje mis dedos limpios.

Al hacerlo la suelto, la solté brusco que terminó goleándose la cabeza contra la pared, termina desmayada frente a mí.

𝑾𝑬𝑨𝑲𝑵𝑬𝑺𝑺 ʚɞ 𝑡𝑜𝑚 𝑘𝑎𝑢𝑙𝑖𝑡𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora