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Kaia

Habían pasado ya dos meses desde que Tom y yo habíamos descubierto que Lucía es hermana de Emmet.

Desde ese entonces que le confesé mi deseo de ser amada por él, Tom había estado distante, casi nunca llegaba a dormir y si lo hacía se iba a otro cuarto con otra mujer.

Yo me había cansado de matarlas, así que lo dejé. Mi única preocupación ahora era este bebé, mi barriga ya estaba abultada así que ahora más que nunca, no salía de casa.

Ni siquiera me dejaban ir al centro comercial, las carreras habían acabado, el ir al club también. Los golpes y gritos por parte de Tom ya eran inexistentes.

No cruzamos casi palabras en estos meses, solo lo veía a veces llegar bañado en sangre.

-Sigo sin entender que sucedió entre ustedes. Digo no tenían la mejor relación, pero al menos hablaban o bueno... se gritaban.- volteo a ver a Gustav.

-Ya te dije que no quiero hablar de eso, me siento avergonzada.-

-Puedes confiar en mí, Kaia.-

-Lo sé, pero no quiero hablar de esto.-

El decide aceptar mi negativa y se va de la cocina, había estado tan aburrida últimamente que cada vez horneaba más seguido.

Seguí con mi trabajo mientras veo a Tom junto a una rubia entrar a esta, solo los miro. La chica me miró de pies a cabeza, pero su mirada quedó fija en mi ahora abultada barriga de 4 meses.

-¿Quién es ella?-

-Kaia.- es lo único que Tom dice, mi corazón se rompe al no escucharlo decir "Kaia mi mujer.", así que solo me quedo callada.

-¿Quién es el padre de ese bastardo que lleva?-

-Nadie de tu incumbencia.-

-No te pongas así Tommy, ella de seguro debe de ser una de tus putas, es obvio que...-

No la dejo continuar hablar ya que tomo uno de los cuchillos de uno de los cajones y se lo lanzó, el cuchillo acaba en la pared, justo a un lado de su oreja.

Ella no dice nada ya que Tom ahora la toma del cuello, el cuerpo de la chica se estrella en la pared. Incluso creo que oigo algo crujir.

-No te atrevas a llamarla puta, ni bastardo a mi hijo.- está era de las pocas veces en las que Tom llamaba al bebé su hijo. Usualmente le dice "El niño".-

-N-no fue mi i-inten-ción.-

-Claro que no.-

Otra vez la estampa en la pared y ahora veo un rastro de sangre donde estaba su cabeza, luego veo como Tom toma el cuchillo de la pared.

-Tom por favor no...-

Quería sentirme mal por la chica, pero había dicho cosas horribles sobre mí y mi bebé. Así que me importaba poco las súplicas de ella hacia Tom.

El solo se divertía con ella, le hacía heridas en su cara, incluso con el mismo cuchillo le había roto la camiseta que la chica llevaba.

Yo me había aburrido de ver así que sigo con lo mío.

Pero de repente escucho un gran chillido al mirar en su dirección veo como Tom ahora estaba intentando cortarle la lengua a la chica.

-¡No te vayas!- me grita al escuchar mis pasos alejarse.

Me regreso a la cocina y me quedo allí viendo, tal vez esto me sirva como inspiración para pensar en algo contra Lucía.

Tom tenía las manos llenas de sangre, veo como al fin logra separar la lengua de su boca.

Mis náuseas habían aumentado en ese momento, pero sabía que, si me intentaba ir, Tom me golpearía.

-Quiero que la mires bien, que veas bien su barriga. Allí dentro está mi hijo, el hombre que seguirá con todo este imperio. Pobre de ti que no verás eso pasar.- le dice Tom a la chica.

Ella había estado gritando todo este tiempo, me sorprendía que aún no se desmayará por el dolor y por toda la sangre que había perdido.

Tom hablaba muy enserio de que ella no vería nada, aún con el cuchillo ensangrentado se lo clava en su ojo izquierdo, los gritos de la chica se hacían cada vez más fuertes.

Lo veo retorcer el cuchillo por toda la cuenca del ojo, que, al sacarlo, el ojo también sale en este. Sentía el vómito subir por mi garganta.

La chica finalmente se desmaya, pero eso no es todo para Tom, el vuelve a hacer lo mismo, pero con el otro ojo.

-¡Kaia, vuelve aquí!-

Escucho a Tom gritarme mientras corro al baño más cercano para poder vomitar.

Al terminar me lavo los dientes y me devuelvo a mi habitación, lo de la cocina me había revuelto el estómago.

Me acuesto y pocos minutos después escucho la puerta ser abierta, veo a Tom bañado en sangre entrar y sentarse a los pies de la cama.

-No tenías por qué ver eso.-

-Pero lo hice.-

-Kaia...-

-¡Estoy harta!, estoy harta de todo esto Tom, quiero salir, quiero ser libre otra vez. Estoy harta de escucharte decir que este bebé es un niño, ¿Y si no lo es?-

Desde que Tom había comenzado a hablar de este bebé cómo si fuera un niño, mi mayor miedo era que no lo fuera. Recordaba lo que Bill me había dicho hace un tiempo atrás, sabía que si tenía una niña estaríamos a salvó, pero en ese momento mis sentimientos por él no estaban claros.

Ahora sabía que no quiera estar lejos de el...

-No me puedes amar Kaia, ya te lo dije.-

-Y yo ya te dije que tengo amor suficiente para los dos.-

Él no dice nada y solo se va de la habitación, yo me quedo allí llorando. Me sentía idiota al suplicarle que me amara, pero nunca había sentido algo así por nadie.

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora