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Kaia

Mis ojos pesaban, sentía que en cualquier momento caía dormida, incluso estando sentada.

Pero aun así, mi mano nunca soltó la pálida mano de Tom.

Había estado en coma por casi dos semanas, mi corazón dolía cada vez que lo veía en esa cama de hospital.

Casi dos semanas sin ver a mis hijos, pero sabía que estaban bien con las chicas en casa.

Luego de lo sucedido en la casa que compartía con Tom, había decidido mudarme con Elena y Nick de vuelta con los chicos. Sabía que mis hijos estarían mejor allí.

Pero el estar con Tom, me hacía extrañarlos con locura. Tanto, que ahora mismo sentía el llanto de Nick, creo que la falta de sueño me está haciendo una mala jugada.

-¿Kaia?- volteo y veo a Gustav con ambos bebés en sus brazos.

-Mis bebés...- al parecer, no era mi imaginación.

Me acerco y tomo a ambos, depósito un beso en la cabeza de cada uno. Gustav se me acerca y da un beso en mi frente.

-Te ves como la mierda.- me señala, no puedo evitar reír.

-Me siento de la mierda, apenas he podido dormir. Cada vez que lo intento, me da miedo que al abrir mis ojos el ya no respire o algo por el estilo.-

Inconscientemente mis ojos se llenan de lágrimas, me negaba a soltarlas, pero el chico frente a mí me abraza. Automáticamente todas las lágrimas que había estado retenido en los últimos días salieron.

Me quedé allí, entre sus brazos, Gustav había sido mi primer amigo, y me sentía segura estando con él. Así que no me quería salir de entre sus brazos.

-Hay algo que debo decirte, Kaia.- me dice al separarnos, podía ver en sus ojos que era algo que no me gustaría escuchar.

-¿Qué sucede?-

El rubio toma a mis hijos en sus brazos otra vez, da media vuelta y en el bolsillo trasero de su pantalón veo un sobre blanco.

Sabía lo que significaba, meses atrás había recibido uno igual.

Con mis manos temblorosas lo tomo, Gustav llevo a mis hijos donde Tom, los había acostado a un lado de él, mientras yo me quedaba en mi lugar.

Mis manos temblorosas hacían que el abrir el sobre fuera más difícil de lo normal, pero finalmente logro abrirlo.

«La muerte de Lucía no quedará impune, tendré mi venganza. Iré tras todos ustedes, pero iré uno por uno. Me divertiré mucho, aunque es obvio que tú, Tom y tus hijos serán los últimos, quiero ver la cara de Tom cuando los mate frente a él.

Escuché que está en mal estado, pobre del... estará tan indefenso cuando sea el momento.

Cuida bien a tus hijos, Kaia.»

Me quedé paralizada en mi lugar, mi cabeza daba vueltas, sentía que iba a vomitar. Termino cayendo de rodillas al piso.

Pronto veo a Gustav arrodillado frente a mí, su cara demostraba pura preocupación.

-¿La leíste?-

-No, la encontramos hoy por la mañana. La había deslizado por debajo de la puerta principal de la casa.- la mención de casa, me alerta.

-¿Casa?, ¿Cuál casa Gustav?-

-La antigua, dónde vivías con Tom. Fuimos hoy por la mañana para sacar todas las armas, y al entrar Bill vio el sobre. Vine directo a ti.-

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora