𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐚𝐥𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨...

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Narrador omnisciente

Podría decirte tantas cosas...

Pero si te fijas en la forma en la que te miró, ya deberías saberlo todo.

Tom creía que todo lo que había vivido estos últimos 5 años había sido un castigo, un castigo por todo lo que había hecho sufrir a Kaia cuando ella aún estaba a su lado. Por todo lo que hizo para llegar a donde estaba.

El pelinegro era ateo, pero en estos momentos estaba rezando, quería que todo lo que él se había imaginado en todo el camino fuera cierto. 

La carta había llegado y, Tom no había dudado en salir corriendo en busca de Kaia. Había ido solos, no quería que si algo saliera mal su hermano y amigo salieran heridos también.

Al llegar al lugar, solo podía pensar en cómo se vería Kaia, si ella aun conservaría esa belleza que lo había enamorado la primera vez que el, la había visto. 

-¡Tom!- la voz del rubio hizo que Tom se diera media vuelta.

Emmet tenia a Kaia agarrada del brazo, Tom quería acercarse, pero sabía que no era el momento.

Sus ojos no se habían despegado de la chica pelinegra, se veía mal, más delgada, incluso pudo ver como un rastro de sangre era dejado cuando ella caminaba.

No quería, pero debía de hacerlo, así que quito sus ojos de la chica para que ahora toda su atención estuviera ene l rubio frente a él.

-Me alegra que vinieras.- 

-Espero que disfrutes tus últimos momentos, me llevare a Kaia conmigo y tú te iras al infierno hoy.-

Ambos hombres tenían la mirada sobre el otro, que ninguno se dio cuenta cuando una rubia entro a la habitación con una manta ensangrentada en sus brazos. 

Eso fue algo que pasó desapercibido por los hombres, mas no por Kaia. Ella apenas vio a la chica con esa manta, se derrumbó.

No le importo que Emmet la tuviera fuertemente del brazo, ni que al caer al suelo de rodillas el agarre se soltara y en su brazo quedara una marca rojiza.

La pelinegra solo podía hacerse bolita en el suelo, sus rodillas estaban ensangrentadas por toda la sangre que había salido de su cuerpo momentos antes.

Fue en ese momento donde ambos hombres se dieron cuenta de la presencia de la chica rubia, pero solo a uno de ellos le alegre que ella apareciera.

Emmet tenía una sonrisa de oreja a oreja, con su cabeza le hace una seña a la chica y esta con cuidado quita la manta para que Tom pudiera ver que era.

Se sorprendió cuando lo que vio fue el cuerpo de un bebé, este estaba bañado en sangre. Fue en ese momento cuando Tom logro conectar los puntos y se dio cuenta de todo.

El bebé muerto en los brazos de la chica era de Kaia, por eso cada vez que ella caminaba sangre caía por sus piernas. Tom desvió su mirada del infante a la pelinegra, la cual seguía abrazada a sus piernas llorando por la pérdida de su bebé.

Le importaba una mierda, él se agacho a la altura de su amada y la atrajo a él. No le importaba si Emmet lo golpeaba o si se ensuciaba con la sangre. 

El rubio solo veía la escena con una sonrisa, tenía a ambos en la posición que él quería. Los tenía débiles, por fin podría acabar con ellos.

-Tom... mi bebé...- esa fue la primera vez en años que Tom logro escuchar la voz de Kaia.    

-Tranquila, pronto nos iremos a casa.- 

El de trenzas pudo ver como la pareja de rubios se había acercado a un basurero que había en la habitación y que ahí habían tirado al bebé. Kaia había escuchado un ruido, quería voltear y mirar, pero Tom se lo había impedido.

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora