¹⁶

3.1K 245 19
                                    

Tom

Luego de salir del club, me había dirigido al lugar donde sabía que Emmet estaría.

Y tenía razón al verlo allí, me bajo de mi auto y lo primero que hago es darle un golpe en la cara.

Esperaba que me viera con cara de sorpresa, pero el solo se me queda viendo.

-Sabía que vendrías, pero me sorprende no verte con tu zorra embarazada.- otro golpe.

-¡Maldito bastardo!-

El intenta lanzarse sobre mí, pero me muevo a un lado y el cae directo al suelo, era una gran vista la que tenia de el en el suelo.

Estábamos en una playa, Mar me había contado todo sobre su hermano una vez ella se quedó junto a Georg. Así que ahora Emmet estaba en la arena.

Aproveche y me acerque para darle un golpe en su estómago.

-Nunca en tu patética vida vuelvas a hablar así de Kaia o mi hijo.-

-Kaia no es más que una zorra más, al igual que la zorra de mi hermana es una más para el patético imbécil de tu amigo.-

El seguía en el suelo, así que esta vez le doy un golpe con la suela de mi zapato justo en su boca, inmediatamente esta le comenzó a sangrar sacándome una pequeña sonrisa.

En un rápido movimiento él se levanta de la arena y se lanza sobre mí, me golpea y por unos segundos me desorientado, pero me compongo rápido y comenzamos una pelea.

Íbamos a la par, pero aún así de mi bolsillo saco mi navaja y se la clavo en el hombro, aún así él no se detiene.

Se la saco del hombro y esta vez busco la oportunidad perfecta y se la clavo en el abdomen. Emmet suelta un quejido de dolor y eso lo aprovechó para sacarla y volver a clavarla.

Aún con la navaja en su abdomen la muevo dejando una abertura en su abdomen, me levante lanzándole arena con el zapato en la cara.

-Dile a la perra de tu hermana que se esconda bien si quiere vivir, créeme que ella no va a querer morir a manos de Kaia. Tú no sabes lo que mi mujer es capaz de hacer con sus enemigos.-

Estaba por irme cuando decido volver a verlo y decirle una última cosa.

-Ahh y una última cosa, no te vuelvas a acercar o te mataré con mis propios manos. Pero antes mataré a toda tu familia frente a ti.-

Lo dejo tirado allí en la arena y conduzco de vuelta a la casa.

Kaia

No dejaba de dar vueltas por toda la habitación, Tom se había ido a quien sabe dónde.

Lo único que ente momento quería hacer era matar a Lucía y gritarle a Tom por irse de esa manera.

El maldito embarazo me impedía hacer muchas cosas, si no hubiera estado embarazada hubiera corrido tras Tom.

Decido que ya es suficiente de dar vueltas y me meto en la cama tratando de conciliar el sueño, así que cierro los ojos y pronto me encontraba dormida.

No sabía en qué momento me había dormido, pero me despierto por un movimiento al otro lado de la cama. Al abrir los ojos me encuentro a Tom con su labio roto y una mejilla con un rastro de sangre.

-¡¿Qué te pasó?!- le pregunto una vez me pongo frente a él.

Tom no dice nada así que me levanto y camino hasta el baño para buscar el botiquín, una vez regreso a la habitación lo veo acostado bajo de las sábanas.

-¡Ni lo pienses!, levántate que te curare esas heridas.- el de mala gana me hace caso.

Mientras curaba y limpiaba la herida de su mejilla sentía sus ojos puestos en mí, me sentía nerviosa al estar bajo su mirada.

-¿Cómo la matarás?-

-No lo sé, solo sé que quiero acabar con ella. Creí que era una amiga, me preocupé por ella y ella me traicionó.-

Ninguno vuelva a hablar, a decir verdad, no sabía qué hacer con Lucia cuando la vea. Solo sabía que la torturaría hasta que se rinda.

Seguí con mi trabajo de curar sus heridas, seguía sintiendo sus ojos puestos en mí, pero ahora estaban en mis labios.

Mi cabeza se estaba creando Miles de historias, me creaba historias donde Tom y yo éramos felices junto a este bebé, que el cambiaba y abandonaba este estilo de vida y éramos libres.

Pero también me creaba historias donde el no cambiaba, dónde el seguía golpeándome y violándome, dónde yo tenía una niña y el la odiaba por no ser un varón y la asesinaba.

Mi cabeza estaba hecha un lío, no sabía que pensar o que imaginarme.

-Se lo que piensas.-

-¿Qué?-

-Que soy un monstruo sin corazón que te violaba, que te golpeaba. Se qué es eso lo que piensas de mí.- en ese momento termine de curar sus dos heridas.

-Tom, yo...-

-Y tienes razón, lo soy.-

-No lo eres, solo... no has aprendido a amar correctamente.- una risa sarcástica se escapa de sus labios.

-Nunca me enseñaron lo que era el amor Kaia, mis padres murieron cuando Bill y yo éramos jóvenes. Vivimos en la calle por mucho tiempo, el único amor que conozco es el de las prostitutas.-

-Eso puede cambiar...- tenía esperanza de que mis palabras hicieran algún efecto en él.

-Tú eres mi mujer, y ese bebé es mi hijo. Los voy a proteger, pero no me pidas que te ame.-

-Yo tengo amor suficiente para los dos, yo puedo amarte el doble si quieres.-

Me sentía patética suplicándole amor al mismo hombre que anteriormente me había violado y golpeado varias veces.

Él se levanta de la cama y se va al baño, me quedo sentada en el mismo lugar en el que estaba, escucho el agua correr y sabía que se estaba duchando.

Dejo todo a un lado y me vuelvo a acostar, está vez se me hizo más difícil el conciliar el sueño. No podía dejar de pensar en lo idiota que me sentía al rogarle su amor.

Tom

Al salir de la ducha regreso a la habitación y veo a Kaia dormida en su lado de la cama.

Me acerco y me fijo que tiene lágrimas secas en sus mejillas, me siento a su lado intentando no despertarla.

Paso mi mano por su mejilla. -Si te amo, pero soy demasiado malo para alguien como tú. Lo mejor es... demostrarte lo horrible que puedo ser.-

𝖬𝗒 𝗐𝖾𝖺𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora