Capítulo 9.

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La nieve sigue cayendo, y yo me pregunto, ¿Por cuánto tiempo hará frio?

—Según dicen nevará hasta navidad, ¿Puedes creerlo? Han pasado más de 10 años desde que no tuvimos nieve en navidad, es increíble —me dijo Lisa, mi sirvienta personal que estaba ordenando mi habitación.

—Sí, pero hará frio... —respondo mirando por la ventana.

—Eso no importa mientras el paisaje sea hermoso. Además ahora tienes un alfa, ¿No es verdad? El frio ya no debe ser un problema para ti...

—Sí, el frio ya no importa —respondo con una sonrisa.

Han pasado casi dos meses desde el inicio de mi embarazo, y más de un mes y medio desde que Theo llegó a mi vida.

—Bien, puedes regresar a la cama, ya está limpia —me dice Lisa, llevándose las sabanas sucias y dejando la habitación como nueva.

—Gracias, regresaré ahora —respondo con una sonrisa.

La influenza casi ha pasado por completo, así que vuelvo a sentirme fuerte, puedo caminar y ya no estoy tosiendo. Pero los vómitos del embarazo continúan, siempre me esfuerzo por comer, para mantener a mi cachorro a salvo, pero no puedo evitar marearme y hacer cosas desagradables, a veces me da mucha pena que Theo tenga que verme hacer eso.

Pero a Theo no le importa... Theo de verdad me ama.

Puedo sentir que me ama, no solo porque lo dice, repitiéndolo hasta el cansancio una y otra vez, realmente siento que él me ama. Lo siento cuando me besa, me toca de una forma tan delicada que incluso es vergonzoso, siempre abrazándome y acariciando mi espalda, y cuando duermo pone una de sus manos en mi abdomen, acariciando a mi cachorro y diciéndole cosas gentiles. ¿No es así como debe sentirse el amor?

Y yo también lo amo, o eso creo. No he podido decírselo aun, cuando Theo dice que me ama, yo me pongo tan nervioso y me avergüenzo tanto que no puedo hacer nada más que mirarlo como un idiota, con palabras que no puedo pronunciar.

Pero Theo no me presiona, solo sonríe y besa mis labios, abrazándome en la cama y dejándome dormir sobre él. Mi alfa es tan guapo y amable... No sé cómo puedo merecer a alguien así, porque yo soy... El menos indicado para tener un alfa tan bonito.

Me siento en la cama con cuidado, como siempre toco mi abdomen, dejando salir un poco mis feromonas para sentir las de mi cachorro, asegurándome de que todo estaba bien. Me aterraba perderlo, me estaba aferrando a este bebé con todas mis fuerzas, porque lo único que realmente me pertenece es este niño, ya que ahora yo soy propiedad de Theo técnicamente...

Aun sin conocerlo, yo amo a mi cachorro.

Mi vida ahora es tan diferente y buena que no puedo dejar de sentirme feliz por todo lo que me rodea. Espero el futuro con ansias, porque en menos de un mes podré ir al hospital para saber el sexo de mi bebé, y también llegará la fiesta de navidad de la familia Gold.

—Mis padres hacen una gran fiesta cada año celebrando la navidad y el cumpleaños de mi madre omega —me explicó Theo cuando yo le pregunté sobre la fiesta—. Hacen una reunión para casi todas las familias ricas de la ciudad, que se quedan en la mansión de mis padres por toda una semana. Es importante porque vas a conocer a mi familia, y por qué quiero que recuerdes el día en el que nos conocimos...

—¿Nos conocimos en una fiesta de navidad? —pregunto sorprendido.

—Sí, hace 14 años, cuando tenías 6 y yo tenía 9 —me explica Theo—, toda tu familia vino de visita por navidad a mi casa, como cada año, y ahí nos vimos por primera vez. Quiero que lo veas todo, ahora serás parte de la familia Gold, y tienes que conocerlo todo.

Mi tesoro de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora