Los jadeos siguen saliendo de mis labios de forma descontrolada, al mismo tiempo que dulces gemidos, los cuales casi no me dejan respirar por el placer que siento.
Theo aún sigue complaciéndome con sus dedos, he perdido la noción del tiempo que ha pasado desde que empezamos, y de todas las veces que me vine, pero no puedo controlar el placer, y quiero seguir sintiéndolo sin parar, como si fuera una droga.
—Theo... Ahí, se siente bien ahí... —gimoteo desesperado, con sus dedos muy profundo en mi interior.
—Eres muy lindo Nick, realmente hermoso —responde mi alfa, besando mi frente con suavidad.
Sus tres dedos entonces se concentran en presionar ese punto sensible en mi interior, hasta que después de tantas estimulaciones, me vengo una vez más. Mi interior y mi cuerpo entero están tan sensibles que ahora puedo venirme sin que Theo toque mi miembro, jadeando y gimiendo con mucha fuerza, mientras lágrimas de placer comienzan a correr por mis mejillas.
—De acuerdo, creo que ya fue suficiente por esta noche, tomemos un descanso —me pide Theo, sacando sus dedos lentamente de mi húmedo interior.
Yo sé lo que Theo está haciendo, está preocupado de tener sexo conmigo, y aunque yo sé perfectamente que él es muy capaz de hacerme sentir bien solo usando sus dedos y su boca de una forma maravillosa, yo no me sentiré satisfecho, aun si me hace venirme cien veces, yo sé lo que quiero.
Así que viendo sus intenciones de alejarse de mí, nuevamente llevo mis manos a sus caderas, tirando su cuerpo hacia mí, evitando que se aleje.
—Nick... —mostrándose un poco severo, Theo intenta detenerme, pero yo aún estoy seguro de lo que quiero.
—Por favor alfa, solo una vez.
—No sé si sea bueno para el cachorro.
—El doctor dijo que podíamos hacerlo, mi interior no está herido...
—Pero las cosas han cambiado Nick, casi tienes un aborto, por un momento casi te pierdo a ti y a nuestro copito de nieve. No quiero arriesgarme a herirte a ti o a él por hacerlo.
—Yo confío en ti Theo, me lo dijiste, tú nunca podrías herirnos, ¿No es verdad? —le cuestiono con una sonrisa.
Sé que lo estoy manipulando, tal vez soy muy malvado por hacerlo, pero yo de verdad quiero hacerlo, quiero sentirme bien con mi alfa en mi interior.
Al escucharme Theo suspira con cansancio y aparta la mirada, notándose muy pensativo. Yo sé que él está buscando una buena forma de negarse, pero yo no se lo voy a permitir, así que haciendo un esfuerzo y acercando aún más su pelvis hacia mí entre mis piernas abiertas, cuidadosamente muevo las caderas rozándome contra él.
—Por favor, solo una vez, solo una... Lo prometiste, dijiste que me harías el amor —le sigo pidiendo entre susurros, sin dejar de frotarme contra él.
Sé que parezco un animal en celo, pero no puedo evitarlo, solo hay una pequeña toalla que nos separa, y una vez más siento su forma. El miembro de Theo es enorme, nunca lo he visto erecto, pero aún recuerdo como se sintió cuando se frotó contra mí hace un par de semanas cuando casi lo hacemos por primera vez.
—Que impaciente eres —Theo se burla de mí, dejándome hacer lo que yo quiera con su cuerpo.
Pero yo no le presto atención, desesperado sigo intentando suplicarle que me tome, que me haga el amor como me prometió, buscando una y otra vez sus atenciones.
Hasta que finalmente, mi alfa acepta.
Theo se separa de mí sacando un quejido de mis labios, ya que por un momento pienso que va a alejarse. Pero él me sorprende cuando suelta el cinturón de su bata, y deja que la toalla resbale por sus hombros, finalmente permitiéndome verlo completamente desnudo.
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Mi tesoro de invierno
Romance¿Qué es un omega sin un alfa? En la sociedad en la que vivo, los omegas no tienen derechos, y por lo tanto tampoco obligaciones. Esto puede ser visto como una ventaja para algunos, pero como el infierno para otros. Un omega sin la protección de un a...