Mi tesoro de invierno

Capítulo 17.

Muerdo uno de mis labios mientras mi interior se tensa, ahora entiendo ese sentimiento, mi cuerpo entero se pone tan tenso solo cuando estoy a punto de venirme.

—Nick... Te amo... —susurra Theo detrás de mí, aumentando el ritmo de sus movimientos.

Ha pasado casi una semana desde que regrese a casa y me comprometí con mi alfa, desde entonces él y yo casi no abandonamos la cama. Es muy difícil estar separados, no sé si es por lo que me dijo el doctor en el hospital, o porque ambos descubrimos lo bien que se siente hacer el amor. De cualquier forma, Theo y yo lo hacemos todo el día, apenas parando para comer y dormir, yo estoy realmente contento de poder sentirlo siempre en mi interior, dándome placer...

—Espera... Es muy pronto... —me quejo en un susurro— Me vine hace solo 5 minutos...

—Muy lindo, hueles muy bien.

Estamos en nuestra cama, creo que es media tarde, ahora el tiempo parece tan relativo... Estoy acostado sobre mi lado derecho, con Theo en mi espalda, rodeando mi cintura con uno de sus brazos, y con su mano libre en mi hombría estimulándome con ganas.

—Theo... Me vengo... —gimo sintiendo lágrimas de placer comenzando a correr por mis mejillas.

El miembro de Theo era tan grande y me llenaba tanto que con solo un par de movimientos, me hizo venirme, tensando mi cuerpo entero y estrechando mi interior.

—Maldita sea... —susurra Theo cerca de mi oído, aparentemente disfrutando de mi estrecho interior.

Escuchar su voz ronca por la excitación me hace temblar, a veces me siento como un pervertido, pero realmente me gusta escuchar a Theo excitado y gimiendo, su voz era tan gruesa, todos los sonidos de placer que salían de sus labios eran como música para mis oídos, de verdad amo escuchar a mi alfa sintiendo placer.

Pero no tengo mucho tiempo para intentar pensar en eso, pues mi sensible interior comienza a ser destrozado por las fuertes embestidas de mi alfa, que pierde el control por un momento, hasta que suelta un gruñido detrás de mí, llenándome con su caliente semen finalmente, sacando un último gemido de mis labios.

Como siempre giro mi rostro lo más que puedo para alcanzar los labios de Theo, que sigue detrás de mí, mientras sus manos traviesas suben por mi pecho hasta mis pezones, comenzando a tirar de ellos con suavidad, algo que obviamente me hace jadear y comenzar a excitarme de nuevo. Así que aun con el miembro de Theo en mi interior, comienzo a mover las caderas suavemente por mi cuenta, dando lentas embestidas y volviendo a sentir placer...

—¿Señor Gold?

Pronto unos tímidos golpes se escuchan al otro lado de la puerta, y puedo jurar que escuché a Theo insultar en un susurro a su sirviente que estaba afuera... Theo de verdad se ponía muy salvaje cuando estamos haciendo el amor.

—¿Qué? —pregunta Theo con obvia molestia en su voz.

—Lamento importunarlo... Importunarlos —dice la voz algo tímida del sirviente al otro lado de la puerta—, pero su padre ha llegado a la mansión hace un par de minutos y pide una reunión con usted.

—No puede ser... Maldición —se queja Theo frustrado, apoyando su rostro en uno de mis hombros.

¿Su padre? Esto me da curiosidad, ya que yo sé que Theo se comunica con sus padres por el teléfono que tiene en el pasillo fuera de la habitación, pero nunca ha venido alguien a visitarnos, fuera de su hermana demente, este es el primer miembro de la familia Gold que viene a la casa.

¿Sera por qué Theo ahora ya no los llama por estarme follando todo el día?

—De acuerdo, dile que bajaré en un momento —acepta mi alfa finalmente, aunque se nota muy enfadado por la situación.