Mi tesoro de invierno

Capítulo 7.

La noche fue fría y aterradora, como pude me cubrí con varias frazadas, y en silencio escuche la nieve golpear la ventana detrás de las cortinas. Este será un invierno largo, y ahora temo que mi alfa ya no me dará su calor nuevamente por las noches.

¿Yo me equivoque? ¿Esto es mi culpa? ¿Theo está enojado conmigo por las cosas que le dije?

Esas preguntas se repitieron en mi mente sin parar durante toda la noche, ya que no pude dormir ni un minuto, solo me quede en la cama, extrañando a Theo y lamentándome por mis errores.

Cuando la nieve dejó de caer y el sol comenzó a asomarse en medio de las nubes negras, la puerta de mi habitación volvió a abrirse.

—¿Theo? —pregunte esperanzado, sentándome en la cama de golpe.

—Buenos días señor Nicholas, le traje su desayuno —la voz suave de una chica omega sonó por toda la habitación, entrando en el cuarto con una bandeja en sus manos.

Inmediatamente bajé la cabeza con tristeza, no era Theo...

—Mi nombre es Lisa, y seré su mucama principal desde ahora —dijo la chica, acercándose a mí para dejar la bandeja a mi lado en la cama—, podrá llamarme y pedirme cualquier cosa en cualquier momento del día, yo siempre estaré disponible para usted...

—¿Y Theo? —pregunto suavemente.

—El señor Gold salió temprano en la mañana en su coche, me pidió que le trajera algo delicioso de comer y me asegurara de que tomara un baño.

¿Theo se fue? ¿A dónde?

No creo que sea mala señal, es decir, no me ha echado a la calle. Pero no puedo evitar tener un terrible presentimiento en mi interior, no tener a mi alfa y después de una noche tan rara como la de ayer, solo puedo pensar en que algo malo pasó y por eso Theo no está aquí.

—Adelante señor Nick, debe comer su desayuno, el cocinero de la mansión preparó algo especial para usted —insistió Lisa, acercando aún más la bandeja en mi dirección.

Yo no tengo hambre, pero tal vez por saber que Theo pidió que comiera, lo hice. De forma lenta y silenciosa comí el desayuno que me trajo Lisa, y luego con su ayuda fui a tomar una ducha al baño privado. Todo era frio y gris sin Theo, aun en medio de los lujos de toda su casa, me sentía tan solo... No podía dejar de pensar en él, preguntándome a donde había ido tan temprano, y por qué no regresó en toda la noche.

—¿Ha pensado en cortar su cabello, señor? —me preguntó Lisa, mientras me ayudaba a secar mi largo cabello negro.

—No en realidad.

—Si quiere puedo ayudarlo a hacerlo, hoy en día no esta tan de moda el cabello largo en los varones, ni siquiera si son omegas.

—Lo pensaré...

Mis respuestas eran cortantes y frías con la chica, pero no podía evitarlo, mi mente estaba con Theo, pensando en él sin parar, como si mi omega estuviera sufriendo por no tenerlo cerca.

—¿Tu eres una omega? —le pregunté a la mucama algo confundido— ¿Cómo puedes trabajar aquí?

Los omegas tenemos prohibido trabajar, no es una ley como tal, pero los omegas legalmente no podemos poseer nada, ni siquiera dinero, así que no tiene sentido que alguien trabaje gratis si no puede recibir una paga por ello. Así que ver una chica omega trabajando me resultaba muy curioso.

—Bueno... Eso es gracias al señor Theo. Mi familia siempre ha sido parte de la servidumbre de la familia Gold, y cuando el señor Gold se independizo, mis padres fueron algunos de los sirvientes que vinieron con él a esta casa. Cuando cumplí la mayoría de edad, que es cuando la mayoría de los omegas se casan, yo no quería hacerlo, así que el señor Theo me propuso trabajar aquí como su mucama. No puede darme dinero, pero duplicó el sueldo de mi madre beta, así que es una especie de paga por mi trabajo.