Escucho como el agua cae de la bañera al mismo ritmo que los movimientos de mis caderas y los gemidos desesperados que escapan de mis labios.
—Tan profundo... Me encanta... No pares... —suplico desesperado, aferrándome fuertemente a los hombros de mi alfa, moviendo las caderas con rapidez.
Nos encontrábamos en el jacuzzi de la habitación, uno de los tantos lujos que daba este hotel por tomar una de sus habitaciones. Este es nuestro último día de vacaciones, ya que mañana a vísperas de navidad íbamos a tomar un avión de regreso a casa, llegando justo el 24 de diciembre para la fiesta de navidad.
—¡Theo! —un grito sale de mis labios, cuando él toma mis caderas con sus manos, comenzando a marcar un ritmo más rápido con los movimientos de mis caderas.
Cierro los ojos y mi cuerpo comienza a ponerse tenso, mientras que sentado sobre Theo, moviendo mis caderas de arriba abajo, siento como su miembro entra profundamente en mi por la posición en la que estamos, dándome mucho e indescriptible placer.
—Tan estrecho... Mierda, me encanta... —susurra Theo, besando mis labios en medio de sus fuertes embestidas.
Estoy a punto de venirme, así que debido al placer dejo de mover las caderas. Sin embargo Theo comienza a embestirme, haciendo rebotar mi cuerpo sobre el suyo, logrando que más agua caiga del jacuzzi. Pero no importa, nada de eso importa, ahora solo existimos Theo y yo en el mundo.
En medio de sus apasionados besos y fuertes embestidas, no puedo contenerme más, y soltando fuertes gemidos que parecen gritos, termino viniéndome en su abdomen, cayendo exhausto sobre él. Theo se siente presionado en mi interior, así que suelta un gemido muy ronco por el placer, mientras sus manos bajan a mi trasero, masajeando mis nalgas aun excitado.
No se por cuánto tiempo hemos hecho esto, pero no hemos parado de hacer el amor desde que Theo me marcó, perdiendo casi todos los días del itinerario del viaje. Lo cual me hace pensar que ya fuera entonces, cuando pasé encerrado una semana con Theo en su RUT, o ahora que estamos celebrando nuestra luna de miel, el resultado hubiera sido el mismo: No hubiéramos abandonado la habitación en toda la semana por tener sexo.
—Hueles tan bien, me estas volviendo loco... —dice Theo, volviendo a buscar mis labios.
Yo acabo de tener un orgasmo, así que mi cuerpo está un poco sensible, pero Theo no se detiene, sigue embistiéndome con fuerza, algo que ocasiona que yo me vuelva a venir pocos minutos después. Es algo que acabo de descubrir, cuando Theo entra por completo en mí, mi interior se pone tan sensible, que puedo venirme muy rápido, no sé si es sorprendente, pero es algo... Nuevo...
Theo finalmente se viene en mi interior, dando una mordida en uno de mis hombros, haciéndome gemir por última vez. Ambos nos quedamos jadeando, recuperando el aliento, hasta que Theo cuidadosamente me baja de su cuerpo y ayuda a sentarme nuevamente en el jacuzzi.
De forma silenciosa, los dos observamos todo el desastre que acabamos de causar, y al mirarnos los ojos nos reímos, mientras Theo decide apagar al Jacuzzi para evitar más "desastres".
—Con cuidado, no te resbales, el piso está muy mojado —me pide mi alfa con su usual actitud protectora, tomándome de las manos para ayudarme a salir del jacuzzi.
Con ayuda de Theo me pongo una bata de baño y unas sandalias, saliendo del baño con las piernas algo temblorosas, ya que mi cuerpo aún estaba "sufriendo" por los orgasmos que tuve.
Theo me pode que vaya a la sala de la suite, mientras él intenta recoger un poco del agua y limpiar algo del desastre. Aunque yo quisiera ayudarlo, me siento demasiado débil, así que decido aceptar, yendo a la sala de la Suite y acercándome a uno de los grandes ventanales que hay.
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Mi tesoro de invierno
Romance¿Qué es un omega sin un alfa? En la sociedad en la que vivo, los omegas no tienen derechos, y por lo tanto tampoco obligaciones. Esto puede ser visto como una ventaja para algunos, pero como el infierno para otros. Un omega sin la protección de un a...