Capítulo 32.

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Cerré los ojos y no dije nada, escuchando a lo lejos sus suaves palabras.

—Es normal en algunos padres, la depresión post parto es una reacción común en algunos omegas —le explica la doctora Hold a mi alfa.

—Pero él... Rechazó a su cachorro, no quiere verlo, ¿Eso también es normal?

—Señor Gold debe entender que su omega ha pasado por mucho en su vida, su estado mental no es tan estable como el de otras madres, así que debe ser paciente con él y darle su tiempo, intentaré averiguar la razón de su rechazo hacia su hija, pero aun si sabemos la razón no significa que vayamos a solucionar el problema.

Deprimido... ¿podía definirse de esa forma lo que me está ocurriendo?

Creo que una simple tristeza es resumir demasiado lo que me está pasando, tal vez definirlo como una decepción... Creo que eso sería lo más adecuado.

Ya ha pasado un día desde que desperté después de la cirugía, casi no he hablado con Theo o mi hermano, así que mi alfa llamó a la doctora Hold esta mañana como última alternativa. Con ella hablé un poco más, pero aun así no respondí las preguntas que ella me hacía sobre esa niña que todos llaman mi hija, prefería mantenerme callado, porque sentía un gran vacío en mi corazón cada vez que si quiera pensaba en ella.

¿Por qué tuve que tener un hijo omega? Los alfas son raros, lo sé, pero incluso un beta... ¿Por qué no pudo ser beta? ¿Por qué tuvo que ser omega?

—Nick, ¿Puedes hablar conmigo? —me pregunta mi hermano, acostado a mi lado en la camilla, acariciando suavemente mis cabellos.

Yo no le respondo, escuchando como Theo le agradece a la doctora Hold al otro lado de la puerta, y como la acompaña a la salida.

—Nick, ¿Me escuchas? —Micha sigue insistiendo, llevando una de sus manos a mi cabello para acariciarlo— Esta bien si no quieres verla, debe ser confuso para ti todo esto, pero de verdad quisiera que hablaras conmigo, siempre fuimos cercanos, ¿No es así? ¿Por qué no hablas conmigo?

—¿Por qué nunca me dijiste sobre Otto?

Esa pregunta había salido casi de la nada de mis labios, ni siquiera sé por qué estoy pensando en él ahora. Pero ahora que mi hermano habla de "cercanía" me pregunto, ¿De verdad somos tan cercanos como él dice?

—Bueno, no había mucho que decir en realidad —Micha susurra detrás de mí—. Otto prefirió cuidar de su vida y de él mismo antes que nosotros, así que un día cuando pensé que era demasiado, fui a buscarlo para pedirle ayuda, pero él no quiso. Entonces supe que debíamos sacarlo de nuestra vida y no volví a pensar en él, lo dejé tranquilo como me pidió.

—¿Y por eso nunca me hablaste de él?

—¿Qué quieres que te diga? Es nuestro hermano mayor, debió habernos cuidado, es lo que le pidió papá. ¿Quieres que te diga que yo también estoy molesto? Si, lo estoy, estoy enojado con él por la forma en la que nos rechazó. No te hablé de él porque no le veía ningún tipo de sentido, ¿Eso hubiera cambiado algo? Solo te hubiera hecho odiarlo tanto como yo lo odio, y no quiero que tu odies a nadie, ni siquiera a una persona tan narcisista y egoísta como nuestro hermano.

—Debiste decirme, me mentiste —le respondo en un susurro, apartándome de él en la cama.

—Nick no hagas eso, ¿Qué tiene que ver él o nuestra familia en lo que está pasando ahora? No puedes hacerte esto para siempre, estar enfrascado en el pasado y pensar una y otra vez en las cosas terribles que pasaron, eso no sirve para nada...

No sirve para nada... ¿Acaso Micha entiende lo que está diciendo?

Todas las cosas malas que han pasado en mi vida, cada cosa terrible que ocurrió, ¿Solo tengo que olvidarlo y superarlo? ¿Por qué?

Mi tesoro de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora