Capítulo 15.

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Después de una noche difícil en el hospital, estaba un poco desesperado por irme, esperando de forma ansiosa al doctor Albert para decirme los resultados de mis análisis.

—Voy a ser claro con ambos —dijo el doctor de una forma seria cuando estuvimos en su oficina—, salvamos al cachorro esta vez, pero el embarazo está en riesgo por el peso del señor Nicholas. Creo que se lo había dicho señor Gold, pero su omega tiene que subir de peso de forma urgente, o podría perder al cachorro.

—Intentamos seguir sus instrucciones doctor, pero Nick sigue vomitando aun con la dieta y las pastillas que le dio —intenta explicar Theo.

—No hay excusas, Nick tienes que comer y ya no puedes vomitar —el doctor ahora me mira fijamente mientras habla—, voy a priorizar a tu cachorro, así que tienes hasta el 28 de diciembre para subir 5 kilogramos. Si no subes de peso hasta antes de año nuevo, te voy a mantener aquí internado y te daré alimentación por una sonda, ¿Sabes lo que es una sonda?

Algo asustado por lo mal que suena eso, me sujeto con un poco de fuerza de la mano de Theo, negando con la cabeza.

—Una sonda es un tubo de plástico que meteré por tu nariz hasta tu estómago y así te forzaré a comer. No más estrés, no más vómitos, sigue la dieta y toma tus medicinas. Tienes una semana Nick —me amenaza el doctor, luciendo muy serio al decir esas palabras.

Eso suena como algo aterrador y muy doloroso, así que rápidamente asiento con la cabeza. Yo estoy dispuesto a hacer todo por mi cachorro, así que aun si duele, dejaré que meta ese tubo de plástico hasta mi estómago si no logro subir de peso.

Este es el límite, no voy a volver a vomitar jamás, estoy comenzando a mentalizarme para conseguirlo.

—Ahora te haré un último chequeo para darte el alta, señor Gold si es tan amable de acostarlo en la camilla... —pide el doctor con un tono de voz un poco más tranquilo.

Theo de forma tranquila obedece, tomándome en sus brazos para subirme en la camilla del consultorio, mientras el doctor toma sus instrumentos médicos y comienza a revisar mi cuerpo como es usual.

Theo se mantiene a mi lado, pero ambos somos interrumpidos cuando una persona se asoma desde la puerta, alguien que reconozco como un alfa por sus feromonas. Algo asustado me encojo en la camilla, pero pronto reconozco a ese alfa como uno de los empleados de Theo, así que me siento algo confundido.

—Señor Gold, tenemos un problema —dice ese alfa, hablando con Theo.

—Nick, ¿Estas bien si te dejo aquí un segundo con el doctor? —me pregunta Theo con calma.

—Sí, puedes irte... —respondo en un susurro.

—Quédate aquí, yo volveré en un minuto, no tengas miedo.

Theo besa mi frente ante de ponerse de pie y caminar hacia la puerta, reuniéndose con su empleado y hablando con él en susurros antes de salir. Cuando abren nuevamente la puerta para irse, puedo sentir feromonas de esa omega... La chica rubia que supuestamente es hermana de Theo, ella hasta ahí afuera.

¿Por qué vino aquí?

—Aunque es un poco incómodo... Quería decirte que no hay problema con tener relaciones sexuales en tu estado —me dice el doctor de pronto.

—¿Qué? —pregunto un poco tímido.

—Debe ser importante para el señor Gold tener sexo con su pareja omega, así que quería aclararte que no tienes que reprimirte por tu estado actual de salud, puedes tener una vida normal como omega con tu alfa aun si tienes que subir de peso.

—¿Es importante para Theo? —pregunto algo confundido, ya que mi alfa hasta ahora no ha mostrado demasiado interés en tener sexo conmigo, es más... A veces parece que lo evita.

Mi tesoro de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora