Mi tesoro de invierno

Capítulo 33.

De forma cuidadosa tomo aquella pequeña manta rosa con mariposas, la había comprado personalmente cuando descubrí que mi bebé iba a ser niña, creo que fue la primera cosa que compre para ella.

Tomando aquella pequeña mantita rosa, tan fría pero llena de sus feromonas, la abrazo contra mi pecho, sintiendo que me iba a derrumbar del dolor que sentía.

—Ay no Nick, no, no hagas eso —me pide Micha, abrazándome con fuerza, evitando que caiga al piso.

—Es mi culpa, todo esto es mi culpa, si yo hubiera estado con ella... —me lamento entre sollozos.

—No te hagas eso Nick, no fue tu culpa.

—Yo dije que quería que se la llevaran, es lo que yo pedí sin pensarlo y como un idiota... Es el destino, me está castigando por haber rechazado a mi bebé, esto es mi culpa.

Todo se había vuelto un caos muy rápidamente, pero no podía comprender nada, solo podía sentir dolor, negándome a abandonar el cuarto de mi bebé, esperando a que Theo me la trajera de regreso.

Según me dijeron un alfa extraño había robado un uniforme de enfermero hace un par de días, y había estado viniendo al hospital por un tiempo haciéndose pasar como un trabajador más, hasta que vio a Theo alejarse de mi niña y aprovecho la oportunidad para llevársela. Nadie podía reconocer al tipo, en las pocas cámaras de seguridad que había en el hospital no se le veía la cara ya que siempre traía una mascarilla, y se había rapado todo el cabello para impedir que pudieran reconocerlo por ese aspecto físico.

—¿Cómo mierda se supone que no se dieron cuenta? ¿No notaron que un maldito extraño se hizo pasar por uno de sus empleados por casi cinco días? ¿Son imbéciles? —Theo le grito furioso a los altos mandos del hospital— ¡Me prometieron que este hospital seria seguro para mi hija y mi familia! Ahora mi hija está desaparecida y mi madre fue atacada, quiero una respuesta ahora... ¡Tienen que hacerse responsables de sus malditos errores!

Theo estaba muy enojado por todo lo que está pasando, el alfa desconocido que llevó a mi bebé atacó a la señora Gold, y ahora ella estaba muy mal herida y en un estado crítico después de haber recibido varios golpes. Theo apenas pudo venir a consolarme, está demasiado alterado para poder pensar en mi o en algo más, está enfocando todas sus fuerzas en buscar a nuestro bebé, aun si eso va a ser muy complicado de conseguir...

—Vamos, tenemos que irnos, Theo me dijo que tengo que llevarte a casa —me pide Micha, intentando hacerme reaccionar.

Theo ya no confiaba en la seguridad de este hospital, y me había pedido que regresara a casa cuanto antes, donde iba a contratar a un centenar de guardias para protegerme. Yo creo que es algo exagerado, pero entiendo que Theo está entrando en una crisis y necesita esto para sentirse seguro, así que decidí obedecerlo. Con ayuda de mi hermano y en menos de una hora, tuvimos todas mis cosas listas, y tuvimos que hacer lo difícil... Ir a la habitación de mi pequeña para traer todo su equipaje con nosotros.

—No puedo hacerlo Micha, no puedo... —me lamento entre sollozos— Ella es mi bebé, mi preciosa hija. No puedo irme de aquí sin ella...

—La van a encontrar Nick, no puede estar muy lejos, confiemos en Theo y en la policía, no podemos hacer nada quedándonos aquí, solo vamos a estorbarles.

—La quiero de regreso Micha, no pude verla ni una vez porque soy un imbécil, lo siento tanto... La quiero de regreso —suplico destrozado, aferrándome aún más fuerte a la pequeña manta de color rosa en mis manos.

Ni siquiera tiene un nombre... Solo tiene 6 días de nacida, y aunque Theo la registró como su hija de forma provisional en la alcaldía, quiso esperar a hablar conmigo para elegir un nombre para ella. Mi hija no tiene un nombre, no le tomaron fotos, ni siquiera pude ver su bonito rostro o alimentarla... ¿Dónde está? ¿Está bien?