Capítulo 34.

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Mi corazón estaba latiendo desbocado, mientras avanzábamos por las calles cada vez más obscuras y silenciosas de la ciudad. Ya había obscurecido por completo, y debido a la época del año, se acercaba una fuerte tormenta de primavera, con el cielo completamente cubierto por nubes negras y espesas.

—¿Estas segura de que es aquí? Por qué nos estamos dirigiendo al centro de la ciudad... —dice mi hermano, observando el camino.

—Sí, yo también lo dudo un poco, pero es el único lugar que la policía no pudo registrar por falta de una orden judicial, porque este departamento le pertenece a la familia de mi padre omega, nunca fue de los Howking como tal —explica Edith, mientras sigue conduciendo.

Edith finalmente aceptó llevarme al último lugar donde ella podía pensar que su hermano podía tener a mi pequeña niña. Antes de salir llamé a casa y a la estación de policía, intentando buscar a mi alfa, pero aparentemente Theo había salido con los policías a intentar rastrear a nuestra hija, y sin más opciones para poder ubicarlo, dejé un mensaje para él en ambos lugares, diciéndole a dónde íbamos y con quien.

Después de eso pedimos un coche que Edith pudiera conducir, y aunque intenté negarme por lo peligroso de la situación, Eddie y Micha insistieron en venir con nosotros, siendo así un grupo de 4 personas las que nos dirigíamos al centro de la ciudad en ese coche.

No he soltado la pequeña manta rosa de mi hija, mi corazón sigue lleno de arrepentimiento, ya que no puedo dejar de culparme por haberla rechazado y no haber cuidado de ella, creyendo que tal vez si la hubiera mantenido a mi lado sin ser tan idiota, esto tan terrible no le hubiera pasado. Pero soy optimista, a pesar de todas las cosas terribles que están ocurriendo, yo sé que mi pequeña y preciosa niña está a salvo, y que podré encontrarla antes de que sea demasiado tarde.

—Aquí es... —dice Edith parando frente a un edificio con las luces casi completamente apagadas.

—Vaya, este lugar parece vacío, aunque está en el centro de la ciudad —observa Micha, mirando por una de las ventanas.

Edith nos comentó que el edificio estaba a nombre de los Howking, a excepción de un par de apartamentos que estaban a nombre de la familia de su padre omega. Y con los recientes acontecimientos, ya que nadie quería verse relacionado con la familia Howking, la mayoría de los inquilinos abandonaron el edificio, dejándolo casi completamente vacío desde hace un mes aproximadamente.

Para no alertar a Edgar, suponiendo que estaba en ese lugar, Edith estaciona el coche a dos cuadras de distancia del edificio. Dándonos instrucciones de permanecer detrás de ella en todo momento y salir corriendo si ella nos lo ordenaba, Edith finalmente nos permitió bajar e ir al edificio de forma silenciosa.

Pronto varios truenos comenzaron a iluminar el cielo, la tormenta estaba cada vez más cerca...

Edith entró en el edificio casi sin problemas, poniendo una contraseña en la cerradura electrónica de la entrada. Pero las cosas comenzaron a complicarse cuando subimos a uno de los últimos pisos del edificio, donde estaban los pent-house y donde Edith suponía que su hermano se estaba escondiendo.

—Rayos, la puerta está cerrada con llave —dijo ella frustrada, llevándonos a la puerta del apartamento que le pertenecía a su familia—. De acuerdo, tenemos que separarnos, sé que hay unas llaves de repuesto en algún sitio escondidas, busquémoslas todos para entrar.

De forma obediente todos nos separamos y comenzamos a buscar, yo movía las alfombras y los floreros fuera de cada puerta de cada apartamento, ya que se me hacia lo mas común para esconder cosas como llaves o monedas, pero sin encontrar nada.

Sintiéndome cada vez más nervioso por no poder encontrar las llaves de repuesto, avanzo casi hasta las escaleras del edificio, donde un aroma me distrae. Son flores frescas, rosas fragantes y dulces. Ese aroma es conocido para mí, son las feromonas de mi pequeña niña. Considero la idea de que provenga del pent-house que nos dijo Edith, pero sé que no es así, ese aroma proviene de otro sitio, y siguiendo mi instinto bajo las escaleras en silencio.

Mi tesoro de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora