57. ¿La conocías?

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2 weeks...

—Buenos días. —saludó Alex dejando un beso en mi mejilla. Lo abracé y luego él tocó mi estómago. —Hola pequeña semillita Turner.

—Ahora es una semillita con pequeños músculos.

Sonrió y se levantó de la cama. —No te muevas, te traeré el desayuno.

Reí y asentí divertida. Alex se retiró de la habitación y comencé a sentir náuseas, las cuales tuve que calmar yendo al baño.

Volví del baño y Alex estaba en la cama (sentado). —¿Qué pasó? ¿Se te quemaron los cereales? (10/10 la broma)

—No quedan. ¿Quieres ir a comprar o...?

—La verdad, la verdad... No quiero ir. Pero quiero ir contigo.— Alex me acercó una camiseta y un pantalón.  —Alex, cada día me considero afortunada por tus servicios. —reí y lo besé.

Se levantó y se colocó detrás de mí.
—Uno de mis servicios es desvestirte, también. —mencionó a la vez quitaba mi pijama.

—Alex... —dije sonriente.

Me tomó por la cintura y colocó sus tibias manos en mi estómago. —Aquí está mini Turner. Te amo. —susurró al oído.

Me giré y lo tomé del cuello. —Si me amaras me pondrías el brasier... Hace frío.

—Renuncio. —respondió a la vez que colocaba sus manos en mis pechos.

Me incliné para tomar el brasier y justo escuchamos que sonó el timbre. —Ve tú, yo tengo que vestirme, porque tú no lo hiciste.

Suspiró y dio un par de pasos, hasta que se giró, me tomó de la cintura y dejó un beso en mi mejilla. —Te amo.

Sonreí mientras él salía de la habitación. Lo loca que me tenía Alex aún era impresionante. Siempre sale con alguna sorpresa que me termina arrastrando hacia él.

Me terminé de vestir. Cambié todo el conjunto, porque el pantalón era de los ajustados hasta el alma. Salí de la habitación con el peine en la mano, cumpliendo su función de peinar. Al menos el intento. —Alex... ¿Quién... —giré en dirección a la puerta y la vi a ella— es...

—¿Te presenté a Lana? Lana ella es...

Interrumpió a Al. —Francinne, ¿no? Hablamos una vez en un evento con Miles.

Mi cabeza se colocó a recopilar todos los momentos humildes. Al parecer si interactué con ella. —Algo me acuerdo, perdona mi memoria. ¿Cómo te va?

—Bien, ¿a ti?

—Bien, gracias. ¿Quieres pasar?

Hizo una mueca de pena. —No, gracias, está bien. Debo viajar de nuevo, solo pasé para dejarle algo a Alex.

—No te preocupes. Fue un placer volver a verte.

Sonrió. —Igualmente.

Me fui de la entrada y luego de un rato entró Alex nuevamente.

Dios, mi mente colapsó. Lana estaba en la puerta de mi departamento, ahora bendecida por ella.

—¿La conocías?

—Al parecer. Estoy intentando hacer memoria y recordarlo, pero me está costando un poco.

Se acercó a mi y plantó un beso largo. —Sinceramente no quiero comprar cereales. —susurró Alex en mi oído.

Acaricié su cabello mientras él tenía su cabeza en mi hombro. —No quiero comer cereales, quiero comerte a ti.

Se acomodó nuevamente y me besó. —Cinne, te amo.

𝓊𝓈, 𝓉𝒽𝑒 𝓇𝒶𝒾𝓃 𝒶𝓃𝒹 𝒶 𝒸𝑜𝒻𝒻𝑒𝑒《𝓐𝓵𝓮𝔁 𝓣𝓾𝓻𝓷𝓮𝓻》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora