63. ¿A quién?

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January, 05.
2014
Alex's pov:

Eran las seis de la mañana, y aunque no amanecía del todo aún... Ya estaba despierto.

Cinne estaba acurrucada entre mis brazos, así que si llegaba a moverme e irme se iba a despertar. De todos modos, hay 50 y 50 de probabilidad debido a que tan agotada esté.

Llevo mas o menos una hora mirando la ventana, mientras pienso en muchas cosas que quisiera decir, hacer, plantear, etc. El primer ejemplo es proponerle matrimonio a Cinne.
Lo he pensado durante un largo tiempo, y en este año que llevamos formalmente he conocido bastante sobre ella. Y al parecer, ella igual.

Sentí y brazo rodear mi cuerpo, por lo que ya había despertado. -¿Cinne?

-No, duérmete.

Sonreí, a pesar de que no me viera. Intenté no moverme, pero el teléfono comenzó a sonar y no fue de mucha ayuda. -Tengo que contestar, puede ser importante.

-Si vuelves sin café no vas a vivir para contarlo.

Besé su frente y me levanté de la cama sin desabrigarla. -Hecho.

Caminé hacia la sala, donde habíamos dejado las cosas anoche. Creo que bebimos un poco y el aburrimiento nos ganó. Tomé mi teléfono y contesté. -¿Miles?

-¿Te desperté?

-Sí, estaba... ocupado. ¿Cómo estás?

-Celoso de Cinne, porque puede estar acostada contigo y yo no.

Reí. -Miles, por tu culpa pensarían que no hay boda. ¿A qué se debe tu llamada?

Hubo un segundo de silencio por su parte. -Necesito que me abras la puerta.

Colgué y esta vez caminé hacia la puerta. -Miles, avisa. Nunca avisas.

-A ti no, a Cinne sí.

-Miles, estaba madrugando. A penas recordaba mi nombre. -escuché su voz detrás de mi espalda, que en el momento casi me hizo saltar del susto.

Entró y abrazó a Cinne. -Cuando se casen yo también voy a estar incluido.

-Espero mi café. -recordó Cinne antes de irse.

Esta era una de esas interrupciones que salen de la nada. Y que pueden llegarme a molestar.

Caminé hacia la cocina, seguido de Miles. -Entonces, ¿listo para el día? -dijo revisando sus bolsillos.

-Pregúntale a Cinne. -modulé antes de caer sobre la pared. El sueño me mataba después de levantarme, por lo que la espera del café se resumía en mí, apoyado en la pared.

Miles se acercó y me medió abrazó. -¿Ahora vives aquí?

Negué con la cabeza y luego medio asentí. -Miles, yo te amo. Y lo sabes, ¿no? -asintió. -Ve a instalarte a la habitación. Duerme. Sal a dar una vuelta. No sé, pero nosotros aun no nos levantamos del todo.

-Bien. Saldré un rato y los dejaré solos. -salió de la cocina a dejar sus cosas a la habitación, volvió con algunas cosas de abrigo y salió.

El café estuvo listo justo para cuando ya no estaba.

Caminé como pude de vuelta a la habitación y ahí estaba Cinne, sentada y enojada. -¿Quién lo invitó?

Dejé el café en la mesita y me senté a su lado. -Cinne... Es Miles. Nosotros lo amamos mucho. Es significante para nosotros... Yo no lo invité.

-Mencione que podía venir, pero no que llegara a las seis de la mañana con la energía de un golden retriever. Si sabe que necesito dormir para estar bonita... Y no opines de lo último.

𝓊𝓈, 𝓉𝒽𝑒 𝓇𝒶𝒾𝓃 𝒶𝓃𝒹 𝒶 𝒸𝑜𝒻𝒻𝑒𝑒《𝓐𝓵𝓮𝔁 𝓣𝓾𝓻𝓷𝓮𝓻》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora