Capítulo 30

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Jeff y Bible no tardaron en llegar de vuelta a casa, el menor mantenía a Build entre sus brazos, con fuerza, notando como el cuerpo del chico temblaba levemente, sin apartar la mirada de la puerta trasera, la cual seguía abierta. El polvo confundía el camino por completo, apenas podías ver mucho más allá de tus propias narices, pero la mirada de Build no se apartaba en absoluto. Ambos chicos temían y buscaban en sus cabezas la forma de explicar la falta de Nodt al llegar, no sabían cómo hacerlo para explicar lo que había sucedido, lo que se habían encontrado al llegar al lugar donde se encontraban secuestrados.

Jeff golpeó el volante con fuerza cuando aparcaron el vehículo, viendo por el retrovisor como los chicos se acercaban con pasos acelerados, pero deteniéndose al percatarse de que, en la parte trasera, solo había rastro de Bible y Build, quizás Nodt iba delante con Jeff, pero solo bajó el último. Todos sintieron ese dolor en el pecho que, aunque empezaban a estar levemente acostumbrados, por muchos años que pasaran, nunca sabrían cómo reaccionar adecuadamente a ello, sus corazones nunca serían capaces de aceptar las pérdidas de sus seres queridos.

No hicieron falta las palabras, Us corrió a abrazar a Build, el cual se rompió por completo en sus brazos, ambos se arrodillaron en el suelo y, poco a poco, los demás se fueron acercando poco a poco a su amigo, hasta abrazarlo grupalmente, mientras Bible y Jeff los observaban con un rostro de dolor, sintiendo que habían fallado a su amigo, que lo habían abandonado por completo en aquel lugar frío y solitario, por mucho que ambos sabían que la opción de traerlo no era buena, en sus mentes seguía la imagen de Nodt completamente desfigurado, lleno de heridas profundas y de sangre, no quería que sus amigos lo recordaran también de estar forma, por lo que una parte de sus corazones sabían qué habían hecho bien, por mucho que sus corazones los traicionaran.

Bible acompañó a Build a su habitación, dejándole su espacio y su tiempo para que pudiera ducharse y cambiarse tranquilamente, después lo ayudó a acostarse en la cama, tumbándose a su lado y dejando que el mayor se apoyara en su pecho e intentara descansar. Us subió al tejado junto a Ta, el menor llevaba tiempo ayudándolo y enseñándole a defenderse, al igual que lo enseñaba a disparar con el arco que habían encontrado en la última salida. A pesar de sus pequeños sentimientos hacia el chico que lo había ayudado dándole compañía desde que se conocieron, en los últimos meses, entrenando con Ta, había empezado a dudar de sus sentimientos hacia JJ, notaba como sus pulsaciones se aceleraban cuando estaba con el menor, cuando entrenaban juntos, cuando lo hacía reír en el proceso, cuando le ayudaba a olvidar la situación en la que llevaban años viviendo.

Llevaban un par de horas entrenando, Us pidió un tiempo para poder ir al baño antes de seguir, así aprovecharía para poder ir a la cocina y coger un par de botellas de agua para que ambos pudieran hidratarse un poco. En el camino pasó por la puerta de su cuarto, JJ había subido a comentarle que iría a darse una ducha y se quedaría un rato descansando en la habitación mientras ellos entrenaban, por lo que pensó en entrar para ver si el chico estaba durmiendo o si se encontraba bien, pero cuando se acercó a la puerta, lo que escuchó detrás de esta lo hizo estremecerse levemente. Su cabeza se acercó de forma inconsciente, queriendo creer que todo era producto de su imaginación, pero para su sorpresa no fue así, los sonidos que salían de la habitación eran reales y se intensificaron cuando el chico acercó su rostro a la puerta, reconociendo fácilmente las voces de las dos personas que estaban en la habitación.

El chico rápidamente fue hacia la cocina, cogiendo las dos botellas de agua y deteniéndose en el baño, cerrando la puerta y tapándose los ojos, sintiendo como las lágrimas empezaban a formarse en ellos. Su corazón se sentía engañado, siempre había sido el primero para el mayor, lo trataba de forma distinta, lo cuidaba, se ayudaban y superaban las dificultades juntos, y parecía que ahora lo había cambiado completamente por otra persona, por uno de sus amigos, así, sin motivo alguno, porque si, por gusto. Consiguió recomponerse y salió rápidamente hacia la azotea para poder volver a entrenar con Ta, pero al llegar a la altura de su cuarto chocó contra esa espalda que tantas noches lo había protegido, que tantas veces había abrazado. JJ se giró con una leve sonrisa, mirando a Pong, el cual salió justo detrás de él, disimulando por completo la situación con un leve "¿ya habéis terminado de entrenar?", Us no pudo evitar reír levemente y negar con la cabeza, "¿Y tú? ¿Ya has terminado de practicar el cardio?", la voz del rubio sonaba con asco y con cierta rabia, desconcertando a los otros dos chicos, los que entendieron que los habían descubierto mientras estaban en la habitación, desahogándose de toda la situación, sabiendo que había actuado mal. Us retomó su camino y subió de nuevo a la azotea, dejando a los dos chicos plantados frente a la puerta.

Un disparo alteró por completo a todos, los chicos bajaron corriendo hacia el ruido, encontrándose al hijo de su amigo, con una arma en su mano, dedicándose a disparar a todo lo que se movía mientras sonreía de una forma que no era la propia de un niño pequeño. Tong corrió el primero, sacando el arma de la mano del menor, cuando todos llegaron a su altura, frente al chico, había un par de caminantes completamente destrozados, sus rostros estaban desaparecidos, la sangre manchaba por completo al niño, mientras este solamente le gritaba a Tong para que le devolviera el arma que le había quitado. Los chicos observaban la situación desde cierta distancia, ese chico había crecido en ese mundo donde no quedaba nada de lo que una vez fue, por lo que podían entender hasta cierto punto que el niño estuviera, de alguna forma, desquiciado, pero la frialdad con la que había terminado con la vida de esos caminantes los hacía estremecerse por completo, no había absolutamente nada de sentimiento o arrepentimiento en sus ojos.

Mile llamó a Tong, indicándole con la cabeza que los siguiera dentro, dejando a los dos niños fuera, sin armas cerca. Todos se miraron los unos a los otros, la mayoría coincidían en cuál debía de ser el siguiente paso, "Ese niño es un peligro, acaba de matar a esos caminantes sin miedo, sin pararse en ningún momento, simplemente lo ha hecho", la voz de Apo sonaba con cierto miedo, temían cuál podría ser la reacción de Tong ante lo que iban a decidir hacer. "Creemos que deberíamos acabar con esto antes de que pueda convertirse en un problema", Mile cogió la iniciativa para dar la noticia, todos asintieron con la cabeza, asustados por lo que terminaban de ver. Tong negó repetidas veces con la cabeza, negándose a creer que sus propios amigos estaban haciéndole eso, sin entender por qué accedían a romper la promesa que le hicieron a Ping antes de morir.

"No voy a dejar que matéis al pobre niño, es normal que actúe de esta forma, ha crecido rodeado de muerte, de monstruos, de sangre, ¿cómo queréis que se comporte?", la voz de Tong temblaba, al borde de romperse en llanto en cualquier momento, su cabeza iba a mil por ahora, intentando comprender la extraña actitud de sus amigos tan de repente. Negaba repetidas veces con la cabeza, sin escuchar, como los chicos intentaban hacerle entender que era lo que los había llevado a esa situación y porque debían hacerlo, pero se negaba a escuchar, "Me los llevaré, lo prometo, lejos, me encargaré de cuidar de ellos dos, pero no lo hagáis, nos iremos hoy mismo, solo darme uno de los coches y un poco de comida y desapareceremos", en un inicio no querían aceptar ese trato, Tong seguía siendo uno de los suyos, ¿cómo iban a dejarlo desaparecer de golpe? No podían hacer eso, pero el mayor seguía insistiendo en ello, todo por proteger a los dos niños a toda costa, por lo que finalmente no tuvieron otra opción que aceptar su trato y ayudarlo a hacer una bolsa con todo lo que podrían necesitar de ahora en adelante.

Todos se reunieron frente a la entrada del lugar, ayudando a Tong a guardar las cosas en el maletero del coche familiar que se llevaría, dejando las furgonetas para el resto para poder tener los vehículos grandes en caso de que tuvieran que huir, dejando también uno de los coches familiares restantes. Todos lo miraron, ni un simple adiós, ni un abrazo, ni un apretón de manos, todo fue frío, confuso, con sentimientos que nunca habían imaginado tener que sentir y que, en sus cabezas, eran incapaces de entender.

Vieron como el coche se alejaba, levantando una nube de polvo tras su paso, hasta que el coche desapareció por completo frente a sus ojos, dejándolos de pie frente a la gran entrada que habían reforzado con el paso de los años, cerraron la puerta y, lentamente, fueron entrando de nuevo a la casa. Los chicos de MeMindY observaron la escena desde la ventana de su habitación, entendían ambas posiciones, habían escuchado la discusión desde su pequeño refugio, no solían bajar a menudo, preferían quedarse juntos, desde la muerte de Peat no querían relacionarse más de la cuenta con los demás, era una decisión que tomaron después de la muerte del chico e iban a mantenerla hasta que fuera necesario.

El ruido repetitivo de dos motores en menos de veinticuatro horas pero, levantó ciertos miedos en todos los corazones de los chicos, sintiendo que quizás era demasiado ruido en muy poco tiempo y que eso podría haber alertado a los caminantes que hubieran cerca del paseo de arena y la carretera, pudiendo traerles problemas nuevamente, después de un tiempo de calma con los caminantes.

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