Capítulo 41

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Habían pasado un par de días desde que mordieron a Mark, el chico había perdido por completo el brillo de sus ojos, a penas lograba despertarse por las mañanas, no comía ni hablaba mucho, esa mañana, los tres chicos se levantaron temprano, War dejó una nota sobre la mesa para Khaotung, First y Fiat, anunciando que irían a realizar lo que les tocaba, que volverían tarde. Cogieron el mismo coche con el que huyeron la primera vez de ese lugar al que nunca pensaron en volver y empezaron su camino, War iba al volante, junto con Bonnadol a su lado, mientras que Yin decidió quedarse en los asientos de atrás junto con Mark, el cual descansaba su cabeza sobre sus piernas, vigilando sus constantes de vez en cuando para no llegar demasiado tarde.

Un escalofrío recorrió por completo el cuerpo de los tres chicos que, una vez, decidieron huir de esa agencia después de la muerte de uno de los suyos. Nunca imaginaron que, después de tantos meses, deberían volver para cumplir el último deseo del pequeño del grupo. Yin ayudó a Mark a bajar del coche y lo acercó a la tumba, aún allí, de la primera pérdida que tuvieron. La placa de madera que hizo War seguía ahí, intacta, algo borrada por la lluvia, Bonnadol apartó la mirada, girándose con la excusa de vigilar el lugar, Yin y War se hicieron a un lado, observando como el menor empezaba a llorar, arrodillándose junto a la tumba, se fijaron como sus temblorosas manos acariciaban la tierra mientras susurraban palabras que no lograban escuchar.

El mayor se dio la vuelta, aguantando las lágrimas en sus ojos, intentando luchar contra los oscuros recuerdos de aquella maldita noche, donde, por unos segundos, sintió que podría perder por completo la cabeza por la rabia. Los tres chicos escucharon de nuevo aquel disparó que les arrebató a su hermano, recordaban como el chico cayó frente a sus ojos, como hicieron todo lo posible por intentar que Prom no perdiera la consciencia, y recordaban como el brillo de sus ojos también se apagó rápidamente. Sus pieles se erizaban ante aquel recuerdo que, ahora, debían volver a vivir. "No puedo hacerlo", la voz de War rompió el silencio que había entre él y Yin, encogiéndose en el suelo y empezando a llorar, sus palabras se escucharon completamente rotas, el menor lo abrazó, notando como el otro temblaba de forma involuntaria.

Bonnadol los miró desde lo lejos y luego giró su mirada hacia Mark, el cual seguía arrodillado, llorando, junto a Prom. Debían hacerlo antes de que fuera demasiado tarde, antes de tener que ver como el menor se convertía en alguien que nunca más volvería a ser él, en lo que les hizo prometer que no permitirían que sucediera. Yin cruzó miradas con él y asintió, Bonnadol se acercó a ellos y tomó la posición de este, mientras que Yin sacó el cuchillo que llevaba en el bolsillo y se acercó lentamente a Mark, comprobando que el menor ya no respiraba, sus ojos completamente cerrados, tumbado en la tumba de su amigo. Clavó el cuchillo en su nuca, evitando lo que no querían que pasara, los otros dos se acercaron, empezando a cavar con la misma pala que seguía escondida detrás de uno de los árboles más cercanos y tumbaron al chico dentro, justo al lado de Prom, lo cubrieron con una sábana blanca que habían traído con ellos y volvieron a echar la tierra.

"No he podido defender a ninguno de los dos, no pude proteger a Prom y no he podido proteger a Mark", la rota voz de War volvió a escucharse, Yin sujetó su rostro entre sus manos, "Nada de esto es tu culpa, ser el mayor no te obliga a tener que cuidar de nadie, deja de culparte por algo que nosotros no podemos controlar, por favor", Yin lloraba sin poder controlar sus lágrimas, Bonnadol abrazó a War por la espalda, rompiendo en llanto nuevamente, "lo estamos haciendo lo mejor que podemos, en esta situación de mierda que no sabemos cómo controlar", Yin intentaba con todas sus fuerzas hacer entrar en razón a War, el cual lo miraba con los ojos inundados por completo en lágrimas que caían por su propio peso.

El sonido de un disparo hizo que esas lágrimas desaparecieran, viendo como los ojos de Yin descendían hasta lograr ver como una mancha roja empezaba a manchar su camiseta y, al tratar de hablar, la sangre empezó a brotar de entre sus labios, cayendo al suelo completamente sin vida. "¡No!", War cayó al suelo, sujetando el cuerpo sin vida de Yin entre sus brazos, Bonnadol cogió el arma que llevaba escondida en la parte posterior de sus pantalones e intentó ver desde donde los habían disparado, colocando su mano sobre el hombro de War, intentando que este lograra recuperar la compostura, varios disparos volvieron a escucharse, provocando que los chicos tuvieran que correr al coche para poder protegerse, siendo Bonnadol el que llevaba el vehículo esta vez.

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El primero en levantarse fue Fiat, el cual leyó el pequeño post-it que había encima de la mesa, entró en la cocina para poder preparar los cafés y coger alguna cosa para poder comer mientras esperaba a sus amigos en el salón, habían limpiado el suelo y el sofá antes de irse, por lo que todo estaba perfectamente ordenado, como si nada de lo sucedido hubiera sido real, solo que cuando volvieran faltaría uno de ellos y deberían ser conscientes, de nuevo, de la verdadera situación en la que se encontraban. First y Khaotung no tardaron en levantarse y bajar a desayunar movidos por el olor a café recién hecho, suspirando al percatarse de que solo estaban ellos tres, imaginando que el menor ya estaría en sus últimas horas.

Pasaron la mañana contabilizando los suministros que tenían, haciendo un pequeño inventario de todo lo que tenían para poder preparar una lista de que sería lo siguiente que deberían salir a buscar cuando les tocara, un sonido de un motor acercándose los hizo salir a la terraza, esperando encontrarse con los otros tres jóvenes, pero para su sorpresa, un disparo aterrizó en el pecho de Fiat, haciendo que First y Khaotung cerraran la puerta rápidamente y se colocaran bajo las ventanas, cargando sus armas. Diversos disparos se escucharon antes de que se miraran entre ellos, asomándose para disparar de vuelta hacia el coche que terminaba de llegar a su residencia.

"Guarda en una bolsa todo lo que puedas, coge las cajas que hay en el armario de la cocina, te cubro", First dio las indicaciones a Khaotung, el cual asintió y, mientras el más alto disparaba de vuelta, corrió a la cocina a hacer lo que le habían indicado, guardando algunas cosas en las cajas y las armas en la mochila, agradeciendo que hubieran decidido hacer inventario y todo estuviera cerca. Otro vehículo se acercó, los disparos aumentaron, pero esta vez escucharon una voz conocida, "No disparéis, somos nosotros", War abrió la puerta y corrió a ayudar a Khaotung a recoger las cosas, "No sabemos si nos han seguido o no, pero debemos darnos prisa, recoged absolutamente todo lo que podáis, coged el coche y vayámonos de aquí cagando leches", la voz de War sonaba seca y fría, los chicos hicieron lo que les habían mandado y, junto con Bonnadol, recogieron absolutamente todo lo que pudieron, dirigiéndose a los coches, First se detuvo antes de llegar, acercándose al cuerpo sin vida de Fiat, "No permitiré que termines como ellos, perdóname", un disparo en su cabeza y corrió hacia el coche donde Khaotung lo esperaba en el asiento de copiloto.

Siguieron al vehículo de Bonnadol y War, pidiéndoles que los siguieran, el corazón de ambos chicos de la que fue una de las agencias más reconocidas de Tailandia volvía a romperse, teniendo que abandonar de nuevo su hogar, por segunda vez, para poder quedarse a salvo, perdiendo compañeros y amigos de nuevo, algo a lo que uno no podía acostumbrarse con el tiempo. No sabían donde podrían refugiarse, si habían llegado hasta ellos, ir a su pequeño escondite también podría ser peligroso, por lo que no podían tomarlo como a una primera opción, por lo que siguieron conduciendo al lado del vehículo de los otros dos chicos, preguntándose en su cabeza que era lo que había sucedido mientras ellos estaban en casa.

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Buenas! Queremos disculparnos con voostros por la tardanza en actualizar últimamente, por temas laborales nuestro tiempo se ha visto muy reducido y a penas tenemos tiempo para nosotras.... lo sentimos mucho por la espera...

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