Zombivor

Capítulo 34

Un fuerte estruendo despertó a los chicos en medio de la noche, los primeros en bajar corriendo de la habitación fueron Us y Ta, los cuales seguían en la pequeña sala principal acurrucados en el sofá que habían colocado allí para hacer la sala más cómoda. Mile y Apo bajaron los siguientes, cogiendo las armas que tenían guardadas en los cajones de la sala, el resto de chicos bajó con escasos segundos de diferencia, todos bajaban con sus armas en las manos, mirándose entre ellos con cierto miedo en las miradas que compartían.

Bible asomó la cabeza por la puerta de entrada al edificio y todos se asustaron al ver como su rostro se transfiguró rápidamente, provocando que quisieran ver que era lo que sucedía fuera. Salieron ordenadamente fuera, viendo como una gran horda había roto por completo la verja que los tenía protegidos del exterior, empezaban a entrar de forma descontrolada dentro y parecía que todo lo que tenían organizado se iba por completo al garete y perdían toda la capacidad de pensar en cuál debía ser el siguiente movimiento.

Por mucho que los chicos intentaban pensar con claridad cuál sería su siguiente movimiento, como lo harían para intentar ponerse a salvo, para evitar que los caminantes llegaran hasta ellos, pero nadie encontraba ese movimiento, ese gesto para, quizás, volver a salvarles la vida. Todos miraban hacia los coches, pero ahora no era su mejor opción, ya que estos estaban al lado de los caminantes, debían esperar a que la horda entrara dentro y despejaran la puerta, quizás entonces podían correr hacia los coches e irse lejos.

Boss mandó a Noeul dentro, necesitaban un par de personas que se encargaran de recoger el máximo de suministros, por si finalmente debían irse de allí, Us, Gameplay y Build lo siguieron rápidamente, el resto iban a salir para encargarse de los caminantes que seguían entrando y acercándose de una forma más rápida que las últimas veces, algo que les hizo asustarse tan rápido como se percataron de ese detalle. Ta salió el primero, seguido de Bible y Boss, los cuales empezaron a derribar a los primeros caminantes sin usar armas, usando el cuerpo a cuerpo para evitar llamar más la atención. Perth, Job y Bas empezaron a cubrirlos desde atrás, ayudándolos con los caminantes que se escapan de sus manos, Jeff empezó a hacer ruido al lado de la piscina, si lograban captar la atención de los caminantes hacia aquel lugar podrían obligarlos a caer y, de esta forma, podrían tener aparte del grupo controlado. Pong, Mile y Apo decidieron ir por la parte de atrás, rodeando el edificio y llegando a los caminantes desde otra perspectiva, quizás dividiendo al grupo podían facilitar el trabajo y evitar que pudieran terminar entrando en el edificio.

Fort observaba los pequeños puntos débiles de la horda que seguía entrando, intentaba localizar algún hueco por el que poderse infiltrar, quizás ayudar a Mile, Apo y Pong a dividir al grupo de caminantes y, de esta forma, poder llegar hasta la verja e intentar subirla de nuevo con la ayuda de alguien más para evitar que siguieran entrando caminantes, pero todo se complicaba y la lucha cuerpo a cuerpo era cada vez más peligrosa y arriesgada, ya que el grupo parecía no terminar nunca.

Los tres chicos que habían tomado el camino trasero cada vez se encontraban más rodeados, mantenían sus armas de fuego escondidas, esperando poder controlar la situación un poco más, pero cuando menos se lo esperaban, un grito proveniente de Apo llamó la atención de los otros dos chicos. Mile se giró rápidamente hacia el chico y sus ojos se abrieron por completo al darse cuenta de que uno de los caminantes mordía con fuerza el cuello del menor, arrancando por completo la piel y provocando que un chorro de sangre salpicara todo a su alrededor, el sonido de un disparo provocó que Mile volviera en sí, observando como el cuerpo de Apo caía al suelo y empezaba a ser devorado por los caminantes. Pong tiró de él, era el momento perfecto para salir de la encerrona en la que los tenían, el mayor cayó al suelo tan rápido como llegaron a la altura de la entrada, justo donde sus compañeros preguntaban a gritos porque habían disparado.