Capítulo 39

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La idea de buscar la forma de proteger el huerto seguía en pie, por lo que esa mañana se decidieron para ir los cuatro a buscar algo que pudiera ser útil para ello, las pequeñas vallas que habían colocado podría servir temporalmente, pero no serían capaces de aguantar mucho, y menos aún si hablaban de personas y no de caminantes. Esa mañana decidieron madrugar para poder aprovechar la luz del sol e intentar llegar lo más lejos posible, buscar hasta encontrar lo que necesitaban, incluso si podían buscarían, en caso de ser necesario, algún otro coche o vehículo para transportarlo.

Al primer rayo de sol ya se encontraban en la carretera, no sabían donde podrían empezar a buscar, pero la primera idea siempre fue intentar llegar a la capital, debían dar una gran vuelta para ello, las carreteras principales estaban bloqueadas y solo se podía llegar a pie, con las complicaciones que eso indicaría. Ohm se encargaba de conducir y Nanon intentaría coger el relevo cuando el chico lo pidiera, no sabían exactamente a cuanto estaban de distancia, ni siquiera sabían o conocían el lugar donde se encontraban viviendo en la actualidad, los carteles de las carreteras estaban empezando a borrarse, por lo que debían guiarse prácticamente por orientación. Perth y Phuwin miraban sus alrededores por las ventanas, intentando ayudar a sus amigos a orientarse de la mejor manera posible, evitando que el viaje pudiera complicarse más.

Cuando lograron llegar a Bangkok el sol ya brillaba en lo alto del cielo, habían perdido buena parte de la mañana intentando llegar hasta allí, pero no iban a verlo como algo negativo, no todavía, ahora debían centrarse en encontrar lo que sus mentes buscaban. Intentaron moverse por las tiendas, quizás en ferreterías o tiendas de jardinería, quizás debían encontrar un gran almacén, ¿pero dónde? Sus cabezas iban a mil por hora, intentaban pensar donde podían encontrar algo que les sirviera de protección para el huerto, que nadie pudiera acceder fácilmente a sus recursos, mantenerlos a buen recaudo. Lograron encontrar algunos utensilios que podrían ser de gran ayuda para las estructuras que aguantaría las vallas o lo que pudieran encontrar, iban guardando las cosas en el maletero del coche, lo que tenían claro es que en el caso de poder encontrar lo que necesitaban, debían rezar para que hubiera una camioneta para transportarlo.

En una de las tiendas de jardinería que habían encontrado había un pequeño cartel pegado en la pared, una dirección de lo que podría ser el gran almacén donde tenían las cosas guardadas, quizás si lograban llegar allí podían encontrar las vallas, o quizás algo mejor. Un ruido los despistó de su camino inicial, se detuvieron antes de llegar al coche e intentaron esconderse, "Podría ser un caminante, sigamos adelante y no perdamos más tiempo", la voz de Phuwin fue ignorada completamente, los chicos se acercaron lentamente hacia el ruido, hasta que una suave y asustada voz hizo que todos los presentes se sorprendieran. "No disparéis o, mejor dicho, no me hagáis daño, por favor", Nanon rápidamente corrió hacia la voz que no sabía exactamente dónde estaba, entró en la tienda de nuevo, se movió por sus alrededores hasta que, de dentro de un coche que se encontraba protegido con algunos metales y sábanas, salió una chica que llevaba con esperanzas de volver a ver desde que explotó todo.

Nonnie asomó la cabeza tímidamente de dentro del coche, Nanon sintió como sus piernas no reaccionaban, empezaban a correr en dirección a su hermana, sus lágrimas caían sin él darse cuenta, se abrazaron en una imagen que podía ablandar cualquier corazón. Los chicos escucharon las palabras de la menor, mientras Nanon no soltaba sus manos en ningún momento y le pidieron que se uniera a ellos, que ya no estaría sola y la chica solo pudo llorar y aceptar con la cabeza, abrazando de nuevo a su hermano.

Se dirigieron al almacén donde indicaba la tarjeta que había en la tienda y, como por arte de magia, celebraron que hubiera una furgoneta en el interior donde podrían transportar las verjas que había y que les ayudarían a proteger el huerto a la perfección, empezaron a cargar las cosas en esta y Nonnie le pidió a Ohm que viniera con ella un momento al coche, que quería hablar con él un segundo.

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