17- Furia y llanto

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Arabella

Mi corazón se detuvo cuando lo escuché, pero aun más cuando lo vi. Mis piernas reaccionaron antes que mi cerebro y me encontré corriendo detrás de él tan rápido como podía, sin lograr alcanzarlo. Casi sin darme cuenta, comencé a gritarle, sin detenerme a pensar que estaba en un cementerio.

─¡Esperaaa! ¡Espera por favor!

Agitada como estaba, tuve que pararme porque no podía seguir el ritmo de Shawn. Justo en ese momento, una figura de cabello rubio apareció, junto con un pequeño que iba de su mano. Ingrid.

─Por favor no me digas que la c-a-g-a-s-t-e ─susurró, deletreando la última palabra, para que Brady no la entendiese.

─No puedo afirmar ni negarlo que eso pueda ser lo que acaba de pasar. Lo único que puede asegurarte es de que estoy feliz de verte. ─Y allí fue cuando me abalancé sobre mi amiga y nos dimos un abrazo, como si no nos viésemos hace años.

Volvimos a casa con mi madre, Julia, Ingrid y Brady, todos apretados en el pequeño auto, y todas enfadadas conmigo por la escena que había montado en pleno cementerio.

─No sé cómo no pudiste solucionar esta situación mucho antes Ara. Este chico viajó kilómetros para verte y lo primero que se encuentra es a ti, ¡besándote con otro! ─exclamó mi madre con efusividad, mientras subía las escaleras hacia mi habitación.

No le respondí. No tenía nada para decir. Y para añadirle condimento a la situación, había dejado a Jake solo. Cuando regresé, después de encontrarme con Ingrid, él ya no estaba y, al igual que Shawn, tampoco respondía mis mensajes de WhatsApp.

Una vez más, la había cagado. En eso tenía razón mi amiga. Y fue ella quien escuchó todo mi drama, porque Julia subió y se encerró en la habitación de huéspedes, probablemente cansada de todo, incluso de mí.

─Mira, si me hubieses dicho por todo lo que estabas pasando, hubiese venido antes ─me lanzó con su ya conocido tono de madre─. Odio que sea bajo estas circunstancias que haya regresado a Portland y que, encima, te esté pasando todo esto.

─Al menos ya estás aquí. Gracias por venir ─murmuré, al tiempo que me acurrucaba en su regazo, sentadas en el sillón.

Lloré. Lloré por mi padre y porque nunca más lo volvería a ver. Lloré por Jake y por tratarlo como mierda cuando no se lo merecía. Lloré por Shawn porque le prometí darle mi corazón para toda la eternidad, cuando en el fondo sabía que ya se lo había dado a alguien más hacía mucho tiempo. Y lloré. Lloré y me desahogué tanto como una persona podía.

Ingrid acariciaba mi cabello, mientras trataba que me calmara y, en parte, fue de gran ayuda. Sin ella a mi lado, no creo que hubiese sido capaz de seguir adelante y no estar tirada en la cama.

─Ahora tienes que ser fuerte. Mantener la frente en alto, respirar un par de veces y actuar como la mujer adulta que eres. Tienes que solucionar este desastre con Shawn y con Jake. No puedes esconderte Ara. Ya no.

Una vez más, mi amiga tenía razón. Tenía que solucionar las cosas como fuese. Dejar de lado mi dolor y pensar a las personas a las que había lastimado por mi indecisión y falta de verdad conmigo misma.

Primero llamé a Shawn y, aunque no me respondió, logré averiguar que se estaba quedando en el Hotel Austral, así que decidí ir hasta allí y empezar, uno por uno, a aclarar las cosas. A poner los puntos sobre las íes.

Tendría que ser fiel conmigo misma después de tres años y, lo peor era, que varios corazones saldrían heridos de esto.

Jake

No tenía la más mínima idea de quién se trataba, pero pronto sumé uno más uno y me di cuenta de que debía ser su prometido.

Me quedé parado allí, en medio del cementerio, mientras ella corría hasta él, mirando la secuencia como el espectador en el que me había convertido. Y a la vez me sentía un imbécil. Me había entregado a ella para quedar plantado por otro tipo. Era un estúpido por volver a caer, así que empecé a caminar hacia donde había dejado estacionada la camioneta para largarme de allí cuanto antes.

─¡Oye¡ ¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara? ─me preguntó Logan con expresión confusa.

─Solo súbete Log. Te contaré en el camino de regreso ─contesté, con cara de pocos amigos.

Logan no podía creer lo que había pasado, es más,

─Esto se parece a una de esas novelas mexicanas. Te lo digo hermano. Deberías escribir un libreto e interpretarte a ti mismo. Juro que tendría éxito, porque ni yo me creo que esto sea real.

─Pero lo es ─respondí de mala gana, bajando de la camioneta y dando un portazo.

Sabía que Logan quería sacarle dramatismo a lo que había sucedido haciendo bromas, pero yo no estaba de humor para ello ni para ninguna otra cosa. En realidad, estaba furioso. Me sentía usado y abandonado. Tan simple como eso.

Apenas subimos al apartamento, me metí en mi pieza y cerré la puerta. Quería estar lo más solo que pudiese porque sino, golpearía a alguien de la rabia que me salía por los poros.

Me saqué la ropa y tiré las prendas en el suelo, sin importarme que se trataba del ubicó traje que poseía y que, además, era costoso. Tan solo deseaba dormirme para tratar de olvidar todo lo que había pasado y todo lo que sentía. Necesitaba olvidar como fuese, pero... El destino no estaba preparado para recibir mi pedido.

Un mensaje de WhatsApp de Arabella me sacó del eje que trataba de mantener.

Lo siento tanto. No fue mi intención dejarte. Shawn se apareció de la nada y... No tengo forma de disculparme contigo porque ya no hay palabras. Entiendo si no quieres verme o hablarme más.

Y justamente eso era lo que más detestaba de todo, que a pesar de sus destratos, la seguía amando; y con locura.

¿Cómo se hace para arrancarse a alguien del corazón y salir ileso? Esa pregunta rondó mi cabeza después de leer el mensaje y tirar el teléfono contra la pared, haciéndose añicos.

Después decidí que tratar de dormir no solucionaría nada para mí, de modo que me fui hasta el bar más cercano, aunque todavía no era ni mediodía.

Fui caminando porque pensaba ponerme tan ebrio como pudiese. Solo para borrar aunque fuese por un minuto, la imagen de Arabella de mi cabeza; pero lo que se borraron fueron otras cosas. Una vez más, no tenía idea de lo que había hecho y, mucho menos, en dónde rayos estaba; porque cuando me desperté, me encontré de nuevo con... ¿Arabella?

Casi Demasiado Complicado © (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora