Arabella
Cuando me subí a la camioneta de Jake no estaba completamente en mis cabales. La ansiedad que tenía era de otro nivel y creía fervientemente que en cualquier momento tendría otro ataque si no lograba calmarme. Al subirse él, intenté evadirlo mirando hacia mi lado, para que no se diera cuenta por lo que estaba pasando. Lo que menos quería en ese momento era que pensara que quería escaparme del compromiso que había aceptado.
─No vivo muy lejos de aquí, pero por las dudas ponte el cinturón de seguridad.
Él siempre tan atento, pensando en la seguridad del otro y yo sin poder pasar un maldito ataque de ansiedad.
─Claro ─fue lo único que atiné a decir y me puse el cinturón, haciendo caso a su pedido.
Mis manos temblaban a pesar de que las apoyaba con fuerza sobre mis piernas, aferrándome a la tela del jean que llevaba puesto, como una especie de red de contención. Seguramente nada de mi comportamiento le había pasado desapercibido a Jake, dado que él siempre fue muy atento conmigo y no estaba equivocada.
─¿Te encuentras bien? ─me preguntó a los pocos minutos, mientras seguía conduciendo.
─Sí, estoy bien. Creo que es el calor el que me hizo bajar la presión, o quizás que no como nada desde que llegué anoche.
─¡¿Qué?! ¿No comiste nada? ─La forma en la que pronunció su pregunta me hizo caer en cuenta de lo que había hecho.
─No. Nada. Supongo que simplemente se me pasó. Con todo lo sucedido fue como si mi mente se salteara el sentir hambre ─intenté excusarme, aunque no fuera de la mejor manera.
─Pediremos algo cuando lleguemos a casa. No puedes estar sin comer. Puede bajarte la presión o el azúcar. Tienes que estar fuerte para cuidar a tu padre.
No le respondí nada. Preferí quedarme en silencio. La forma en la que Jake quería cuidarme me enternecía y a la vez me hacía sentir protegida, tal como lo había hecho cuando lo conocí. Decir que estar cerca de él otra vez me hacía sentir confundida era poco. Mi mente ya estaba turbada de por sí con todo lo que sucedía con mi padre y ahora se sumaba Jake. Estaba con un revoltijo de pensamientos y sentimientos que no me gustaba en absoluto y que no me quedaba otra que hacer frente. Esta vez no podía correr.
Unos pocos minutos después, Jake estacionaba su camioneta frente a un edificio enorme y de un lujo increíble, que hizo que me quedara con la boca abierta.
─¡Wow, es hermoso! ─exclamé con sorpresa─. ¿Vives aquí?
─Pues sí. Después de que te fuiste... ─Auch. Puñal al corazón─... Las cosas en el trabajo comenzaron a aumentar y fue como una especie de auge para mí, de modo que decidí aprovecharlo y trabajar al máximo. Pude juntar lo suficiente para comprarme un piso y cuando encontré este edificio, decidí que era para mí. El resto es historia.
El resto es historia. Qué frase. ¿Sería la adecuada para mi relación con Jake? Supongo que tendría la respuesta dentro de un rato, después de tener la tan temida conversación.
─¿Estás bien? ─la voz de Jake me trajo de nuevo del remolino en el que había entrado mi mente.
─Sí, lo siento. Me quedé embobada admirando el edificio. Es increíble Jake. Me alegra mucho saber que tienes tu propia casa.
Saber que Jake había progresado tanto me hacía muy feliz, eso era verdad, pero no podía evitar pensar en lo que se venía. Ya habíamos llegado a su casa, ¿y ahora? Tendría que dar mis explicaciones. Sería uno de los momentos más complicados para mí y solo esperaba poder hacerlo.
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Casi Demasiado Complicado © (#2)
RomanceLa historia de Arabella y Jake continúa... Ya no están juntos y el tiempo ha pasado. Ambos continuando con sus vidas. ¿Quieres descubrir cómo sigue su historia?