Jake
Parecía que el universo se había conspirado en mi contra. Justo cuando había logrado reencontrarme con Arabella y entablar nuevamente una relación con ella, aparecía otro obstáculo que ponía en peligro todo.
─¿Qué haces aquí Melanie? ─pregunté con inquietud.
─Lamento aparecer de golpe. No era mi intención. Yo... ─ella tragó con dificultad y bajó su mirada, lo cual hizo que mis nervios se alteraran aún más.
─¿Puedes por favor decirme qué es lo que sucede? ─No quería darle más vueltas al asunto. Podía sentir cómo mi corazón se aceleraba por la ansiedad que la situación me provocaba. Necesitaba respuestas y las necesitaba ahora.
Melanie dio un paso hacia atrás y noté cómo todo su cuerpo se tensaba, al igual que su rostro. Intenté mantener su mirada fija en la mía, pero fue en vano, porque la bajó al instante.
─No quiero que me odies Jake ─expresó al tiempo que se abrazaba a sí misma, como si fuese que se estuviera dando fuerzas para sacar lo que tenía atragantado.
Y luego, comenzó a sollozar, lo cual hizo que despertara en mí algo distinto al enojo, dándole paso a la empatía.
─Escucha, quédate tranquila. Lo que sea que debes decirme, lo entenderé. No importa lo que sea ─intenté sonar lo más creíble posible, porque en el fondo necesitaba que fuese verdad; pero, a pesar de todo, ni yo mismo me creía mis propias palabras. Sin embargo, era la única forma que encontré para consolarla. Al menos, la única que me salió en ese instante.
─Perdona por aparecer de la nada y... ─Melanie se detuvo un instante, bajando nuevamente la mirada y cuando volvió a hablar, su voz apenas salió como un suspiro─... Tengo un atraso.
Sus palabras se clavaron como un cuchillo en mi pecho, sacándome todo el aire y dejándome en shock.
Me quedé mirándola, en silencio, por lo que se sintió una eternidad.
En algún momento, mi cuerpo debió haber reaccionado, porque luego me encontré sentado en un sillón, y con Melanie todavía parada en el mismo lugar, mirándome como si esperara que dijera algo. El problema era... ¿Qué podía decirle?
De todas las posibilidades que mi mente había pensado, nunca estuvo el hecho de un posible embarazo.
Mi cerebro intentaba hacer cálculos, porque siempre que estuve con Melanie me había cui... Oh no. Y fue en ese instante, en ese sencillo micro segundo, que mis neuronas hicieron la conexión que faltaba.
─Fue el día en que los dos nos embriagamos, ¿verdad? ─mi pregunta no necesitaba respuesta, tampoco afirmación. En el fondo ya lo tenía claro, a pesar de que en ese momento no. Sin embargo...
─Eso es lo que creo. Al menos lo único que puede cuadrar en esta situación ─respondió Melanie entre susurros y con la voz partida.
No pude decir nada más. Ni siquiera sé cuánto tiempo me mantuve en silencio, ensimismado en mis pensamientos, turbado por la revelación de Melanie. Tampoco recuerdo que ella hubiese intentado sacarme de ese lugar oscuro al que había entrado. Seguramente intentaba darme el espacio necesario para que la noticia se asentara en mi mente, y en mi cuerpo.
Mis manos sudaban demasiado, al igual que el resto de mi cuerpo, y podía sentir cómo poco a poco el aire se me iba a escapando de los pulmones. Quería correr, quería escapar, pero estaba inmovilizado al sillón donde había caído.
No obstante, algo hizo que lentamente empezara a volver en mí. La imagen de Arabella se presentó en mi mente y supe que necesitaba accionar, si no quería perderla.
─¿Te hiciste un análisis para saber el resultado de tu atraso? ─mi voz salió con más tensión y fuerza de la que pretendía. Probablemente no elegí las mejores palabras para romper el hielo ni tampoco fui lo suficientemente sutil como para que Melanie no se tomara mi pregunta de mala manera, pero ya estaba hecho.
Ella me miró fijamente durante unos segundos, en silencio. Tocaba sus manos entrelazadas con fuerza, y supe que había dado en el clavo. Todavía no sabía si efectivamente estaba embarazada o no. Sin embargo, no forcé nada y esperé pacientemente por su respuesta.
─Tengo miedo ─murmuró Melanie, mirando hacia el piso.
Yo también, pensé instantáneamente, aunque me abstuve de decirlo.
─Sé que la posición en la que estás es imposible de entender para mí, por mucho que lo intente... ─empecé con toda la delicadeza que me era posible─... Si lo deseas ... ─me detuve un segundo, sopesando la fuerza de mis palabras─... Puedo acompañarte a hacerte la prueba de embarazo. ─Y en un segundo, todo el aire que había estado conteniendo, salió de mi cuerpo y, dentro de todo, encontraba algo de alivio.
Melanie no me respondió de inmediato y tampoco lo hizo ese mismo día, lo cual elevó mis niveles de ansiedad a su límite. Aun así, intenté ser paciente y darle su espacio para tomar la decisión que ella considerara correcta.
El problema era que no podría seguir esquivando a Arabella para siempre, con la excusa de que estaba engripado y que no quería verla para no contagiarla. ¿Qué haría si se confirmaba que Melanie estaba embarazada? ¿Arabella podría entenderlo? ¿Podría darme la oportunidad de seguir nuestro camino juntos, o todo se terminaría? Saber que existía la posibilidad de perderla nuevamente hacía que mi pecho doliera tanto como cuando no la tenía conmigo. Y la espera me estaba matando.
Dos días después, un mensaje en mi celular me despertó muy temprano. Era Melanie:
Decidí hacerlo sola. La prueba dio positivo.
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Casi Demasiado Complicado © (#2)
RomanceLa historia de Arabella y Jake continúa... Ya no están juntos y el tiempo ha pasado. Ambos continuando con sus vidas. ¿Quieres descubrir cómo sigue su historia?