Prólogo

501 55 18
                                    

Jake

Poco a poco me fui recuperando. Tuve que hacer mucha terapia física para volver a ser quien era, e incluso así, hubo partes de mí que nunca más regresarían. 

El único riñón que me quedaba después del trasplante a mi hermana, se vio dañado con uno de los disparos que recibí por esa loca fan. Ahora tenía que tener mucho más cuidado del necesario, si quería conservarlo y continuar viviendo una vida relativamente normal. 

Mi rostro era otro testigo de aquella noche. Cicatrices continuaban recordándome el hecho que cambió mi vida.

Camila Song fue juzgada unos meses después de mi secuestro. La declararon incompetente debido a su inestabilidad mental y pasaría el resto de sus días alojada en un psiquiátrico.

Por mi parte, cerrar esa parte de mi vida significó una especie de alivio. Ahora podía dormir tranquilo, o al menos, eso intentaba. 

Después de que Arabella se fue, nada fue lo mismo. Intenté comunicarme con ella en varias oportunidades. Al principio el teléfono sonaba y sonaba, sin respuesta. Los mensajes eran enviados, pero nunca vistos. Luego, el número dejó de funcionar. Lo habían dado de baja.

Me enteré por Monica, a quien se lo saqué a regañadientes, que Arabella estaba viviendo en Londres y trabajaba allí. Al parecer también me había bloqueado de sus redes sociales, porque no podía encontrarla en ninguna.

Me había dejado muy en claro que no quería verme más y, aun así, yo la seguía buscando, como un tonto enamorado.

Casi siete meses después, había caído en cuenta que no importara cuánto lo intentara, ella no regresaría, por lo menos no conmigo. Lo que tuvimos había desaparecido y yo tenía que aprender a dejarlo ir. Comenzar una nueva vida. Una donde Arabella no me persiguiese ni dormido ni despierto.

Arabella

Acaricio mi vientre mientras miro por la enorme ventana del edificio donde me quedo temporalmente. Una amiga de Monica me lo prestó. Debido a la rapidez de mi decisión de abandonar Portland, no tenía a quién más recurrir y sabía que Monica sería la única que podría sacarme del aprieto.

No vine sola. Ingrid me acompañó. Después de todo lo sucedido, sintió que debía ir conmigo. Ser la persona que me ayudara a sobreponerme a haber dejado a Jake. La decisión más difícil de mi vida, sin dudas.

Estando ya instalada en Londres, seguí cada parte del juicio a Camila. Mi testimonio fue recibido a través de zoom y la decisión de su condena a un psiquiátrico me cayó como un balde de agua fría. Hubiese deseado otro final para esa desquiciada, pero tendría que valerme con lo que le habían dado.

La vida en Londres se movía mucho más lento. No por la ciudad en sí, sino por mí misma. Ya no era la misma persona. Había cambiado en tantos sentidos que casi no me reconocía y, un día, descubrí que estaba a punto de cambiar incluso más. Estaba embarazada, de dos meses y medio.

Cuando me enteré, no podía creerlo. Ahora entendía muchas cosas que había obviado por la simple razón de que pensé que siempre había sido cuidadosa. 

En múltiples ocasiones estuve a punto de llamar a Jake y darle la noticia. Sin embargo, la cobardía terminaba por ganarme. 

Un día, cuando al fin había tomado la decisión de confesarle que estaba embarazada, un fuerte dolor en mi vientre me partió al medio. Sangre bajando por mis piernas.

Ese mismo día me confirmaron que lo había perdido. Y ahora no solo había perdido a Jake. También había perdido a su hijo, a nuestro hijo.

.

.

.

.

Bueno, no me pude aguantar y me puse a escribir. Así empieza, pero se no apuren a sacar conclusiones! Si quieren formar parte de un grupo de lectorxs de mis historias, les paso el link por privado.

Lxs quierx! 💖💕


Casi Demasiado Complicado © (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora