26- Dudas

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Arabella


Jake me había propuesto casamiento. Todavía no podía creerlo. Me costaba procesar la idea de que en el fondo, sí deseaba casarme con él pero que, a la vez, no quería atarlo a mí, siendo él tan joven.

─No entiendo por qué tienes tantas preocupaciones al respecto. Quiero decir, lo que sucedió es algo hermoso. Deberías estar feliz. ─Ingrid no comprendía mis motivos, y no podía culparla. Ni siquiera yo lograba entenderme últimamente.

─Le pedí un tiempo para pensar mi respuesta y eso es lo que haré In. Sé que no es lo ideal, pero quiero pensar bien mi decisión.

Tenía en claro lo que quería, estar con Jake para toda la vida. Sin embargo, una voz en mi cabeza me hacía dudar por el simple hecho de la diferencia de edad. ¿Qué debía hacer? ¿Seguir a mi corazón o confiar en mi cabeza? La indecisión me estaba matando.

─Creo que lo mejor que puedes hacer es dejar que todo fluya y, así, encontrarás la respuesta que busca. No te presiones. La respuesta llegará a ti. Ya lo verás. ─De todas las personas a la que podría haber escuchado darme un consejo como ese, mi hermana era la que menos me hubiese imaginado. No obstante, fue el consejo que decidí seguir.

Intenté relajarme y concentrarme en otros temas que también requerían de mi atención, como las propuestas de trabajo que Monica me había pedido que revisara hacía días y que había dejado de lado por tener mi cabeza en la propuesta de casamiento.

─Escucha Ara, este podría ser un paso muy importante en tu carrera y creo que deberías aceptar la propuesta. ─Monica fue hasta mi casa para hablar personalmente conmigo, lo cual indicaba que de verdad quería que aceptara.

─Mon, no lo sé. Es decir, esto podría destruir o elevar mi carrera en un santiamén. No sé si estoy lista para algo como esto.

─Lo estás Ara. No tengo dudas de ello. Lo estás.

─Pero es que nunca actué en mi vida. ─En el sentido estricto de lo que se conoce como actuación, mi afirmación no era del todo cierta. Había hecho varios comerciales y eso era todo el resumen de mi carrera actoral.

─Eso es lo de menos Ara. Puedo conseguirte al mejor coach actoral para que te enseñe. Lo único que necesito saber es si estás dispuesta a aceptar el desafío y a... ─Monica hizo una pausa más larga de lo normal, dándome la pauta de que lo que vendrá, probablemente no iba a gustarme demasiado─. La otra condición del contrato es que la película se filmará en Londres.

─¡¿Qué?! ─Las últimas palabras de Monica me tomaron por sorpresa, haciendo que mi estómago se convirtiera en un nudo─. No estoy en un momento en el que podría instalarme de nuevo en Londres. Lo siento Mon, pero tendré que rechazar la propuesta. ─No tuve que pensarlo mucho, mi respuesta había sido tajante. Sin embargo...

─Creo que deberías tomarte unos días y meditar un poco. Es una oportunidad única Ara, y te la están dando a ti. ¿De verdad quieres dejarla pasar así como así?

Desde que comencé mi carrera, siempre tomé los consejos de Monica al pie de la letra; pero esta vez, con todo lo que estaba pasando en mi vida, no sabía si estaba dispuesta a poner mi carrera por encima de mi vida personal.

─Hay algo que debo contarte Mon. ─De repente, mi garganta comenzó a sentir presión, producto de la fuerza que hacía para no llorar. Sabía que estaba con alguien que podría contenerme y que no me juzgaría, aun así, no quería derramar lágrimas por algo que se suponía debía hacerme feliz.

─¡Claro! ¡Dime de una vez! Sabes que no tolero el misterio ─me advirtió Monica, mirándome con intensidad.

─Bien... ─respondí, tragando con dificultad, debido a los nervios que sentía─... No sé ni por dónde empezar ─murmuré.

─¿Pasó algo malo? ─El rostro de Monica se había tensado, y fue ahí que me di cuenta de que estaba ahogándome en un vaso de agua.

─La verdad es que ni siquiera sé por qué le doy tantas vueltas al asunto. Simplemente lo diré. Jake me propuso casamiento.

Los ojos de Monica se abrieron tanto que parecían salirse de sus órbitas, y llevó su mano hacia su boca, tapándola; para luego levantarse de su asiento y abalanzarse sobre mí, y envolverme en un fuerte abrazo.

─Oh mi niña. Qué feliz estoy por ti, por ustedes.

Yo estaba atónita. Había estado tan nerviosa por contarle a Monica, porque pensaba que no iba a caerle bien la noticia y que ni en un millón de años vería con buenos ojos la protesta de Jake.

─¿Entonces no estás molesta?

─¡Absolutamente no! ¿Por qué habría de estarlo? Los amo a los dos, como si fuesen familia y quiero que sean felices.

─Wow, estoy... en shock. Creo. ─Un risotada nerviosa salió de mi boca─. Pensé que estarías en contra por la diferencia de edad que hay entre Jake y yo.

─Querida mía, jamás se me cruzó por la cabeza algo así. ¿Sabes qué es lo que veo cada vez que estás junto a Jake? ─Negué levemente con mi cabeza y Monica continuó─. Nunca te vi tan feliz como cuando estás con él, ni siquiera cuando estabas comprometida con Mark.

Había quedado sin palabras, aunque se sentía más en calma y con las ideas mucho más claras.

Monica me dio un fuerte abrazo y se disculpó por no poder quedarse más tiempo. Me había dejado con mucho para analizar. ¿Debía tomar el trabajo en Londres? ¿Aceptaba la propuesta de casamiento de Jake?

Todavía recordaba las últimas palabras de Monica antes de irse: "Mi Ara querida, sé que suena cursi, pero no lo diría si no lo creyese cierto. Sigue tu corazón mi niña. Verás que la respuesta ya se encuentra ahí".

Necesitaba meditar un poco más para tomar la decisión final, por lo que, esa misma tarde, salí de casa dispuesta a dar un paseo. El aire fresco dándome en el rostro y permitiéndome alejar la neblina de mis pensamientos.

Me pregunté si, quizás, todo esto que me estaba sucediendo, sería más fácil de llevar adelante si fuese una don nadie. Haber llegado a un nivel de popularidad importante, me había convertido en alguien diferente, incluso si yo no lo hubiese deseado.

Ahora todos los detalles de mi vida privada salían en los medios, la mayoría de ellos falsos, pero eso no evitaba que me hiciera daño.

Esa noche, después de mi conversación con Monica, apenas pude pegar un ojo. Daba vueltas y vueltas en la cama, el insomnio golpeando más fuerte que nunca, y la ansiedad llenando mi pecho. Dormir no sería una opción esa noche.

Lo único que se me ocurrió en un momento así, fue levantarme e ir hasta la cocina para prepararme algo caliente para tomar. Quizás así, lograría conciliar el sueño. Sin embargo, una idea se interpuso en mi línea de pensamiento, algo que ahora se presentaba con profunda claridad. La respuesta al malestar que sentía.

Corrí escaleras arriba, tomé mi teléfono, respiré profundamente, y empecé a escribir el mensaje...

Casi Demasiado Complicado © (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora