— Necesito que cuides de mi hijo, por favor...
— Pero como es posible eso. Hice todo lo posible para que nadie supiera de la existencia de él, por Dios, esto es terrible.
— No se que ocurrió. Llegamos a esta ciudad con una nueva identidad, se suponía que aquí no tendríamos problemas porque nadie nos conoce, pero no se quién fue que nos expuso.
— Una vez hice todo lo posible para que nadie supiera de tu existencia, pero fallé. Joder, este era la forma de enmendar mi error y otra vez fallé — siseó enojado.
— Mi pequeño no puede pasar lo mismo que yo pase en mi infancia.
— Eso no va a suceder. Vamos a pensar en algo, pero no pienso dejarte sola ni a tu familia.
— Creo que el pasado nos perseguirá donde sea que vayamos.
— De eso no hay dudas. No te preocupes, haré todo lo posible para que nadie les haga daño.
— Si algo me llega pasar a mi o a mi esposo, quiero que cuides de mi hijo, por favor. Solo eso te pido, Adam.
Adam abrió sus ojos al recordar el pasado donde ella le pedía hasta de rodillas que cuidara a su hijo, su primogénito, su pequeña luz que cuidó por algunos años y que ahora estaba en peligro.
Por un momento se pensó que fue por una traición de dos vecinos que vivían a lado de ellos, que en ocasiones conversaban, iban a comer en su casa o viceversa, y sus hijos se llevaban súper bien. Aunque ellos no sabían de su verdadera identidad ni mucho menos de dónde provenían o su pasado, eso no quitaba el pensamiento de qué tal vez ellos encontraron alguna información de ellos y de sus padres, y traicionarlos con decirle sobre su paradero al gobierno.
Sin embargo, Adam se dio cuenta que en realidad la misma persona que se expuso e hizo que todo se revelara, era su propio hijo, y no una traición que se supuso en un principio. Él no sabía que sus acciones iba a perjudicar a sus padres, a él mismo y a lo que por algunos años habían tratado de ocultar, porque el pasado volvió a resurgir como una oleada sin retorno.
— Anne te prometí una cosa ese día en el hospital y te aseguro que no te voy a defraudar. Cometí dos errores, cuanto me lamento por eso, pero esta vez no cometeré los mismos errores, no cuando también le prometí a tu mamá lo mismo. No podré morir en paz si no cumplo mi promesa.
— Papá... ¿Quién es Anne?
Él trató de disimular un poco, no iba a permitir que su hija supiera la razón por el cual vino a ese país.
— ¿De qué hablas, hija?
— Escuché lo que estabas diciendo papá ¿me puedes explicar todo eso? — le preguntó confundida.
— Creo que escuchaste mal...
— Escuché perfectamente papá, no pienso irme de aquí hasta que me expliques.
— Hay cosas que nunca podré contar a cualquier persona.
— ¿Ni a tu propia hija?
— Son cosas muy delicadas.
— Si hay algo que te atormenta, me lo puedes decir. Noté tu comportamiento desde que llegaste, y con lo que acabo de escuchar, concluyó que no viniste solamente para visitarnos.
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La debilidad de un convicto (Tercera Trilogía)
Misterio / SuspensoSer un convicto y tener su objetivo bien en claro, era lo único importante para James. Sin embargo, nunca se imaginó que su objetivo era aquella chica que se ha convertido en su gran perdición, un fruto prohibido, la prometida del comandante King. S...