Capitulo 14

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— Hace mucho tiempo que no veía algo así en esta ciudad — suspiró melancólico — Los oficiales recorriendo toda la ciudad, los militares en las fronteras, las personas con temor y miedo al saber qué hay criminales merodeando la ciudad, vaya problema.

— Eso no es tanto, abuelo. Hace ocho años hubo algo parecido, pero en esta ocasión era un mafioso, Noah Rush. La DEA estuvo atareado con ese caso, contando con que tenía en sus manos a una chica; obviamente pudieron atraparlo y hubo justicia por suerte, lo condenaron a cadena perpetua sin posibilidad de salir de esa cárcel de máxima seguridad. Sin embargo, hubo un percance terrible en esa cárcel y todos, junto con los oficiales y guardias, murieron. También a Noah Rush. Aunque por un momento pensaron que eran delincuentes o gente de alguna mafia en busca de su Jefe, pero eso descartaron al momento de ver que todos los criminales estaban en su celda y ninguno faltaba, así que cerraron el caso.

— Si hubieras vivido aquí después de que los gemelos hayan cumplido la mayoría de edad, te hubieras enterado de todo lo que ha pasado en este país, padre.

Eso no es todo, pero hubieron rumores de que la chica era más que solo una esclava para él. Es decir, no puso resistencia cuando lo atraparon, y desde que llegó a la cárcel, tenía una mirada triste y acabada. Tomemos en cuenta que la chica murió.

Adam se quedó desconcertado, desde que se fue a Alemania por motivos que solo él sabía, y tomando en cuenta que sus hijos comenzaron su vida y su querida esposa ya no estaba con ellos, no supo nada más de ese país.

Nuevamente alguien ocasionó un tremendo terror en el país, y eso no era todo, había secuestrado a una chica. Un dejavú lo llevó a esos tiempos donde perseguía a un psicópata-criminal, y que en sus manos tenía a una pobre chica, Lilly White. ¿A caso la historia se repetía? Ahora es la tercera vez que ocurría lo mismo.

Su debilidad.

Una palabra muy atada a un criminal cuando sus sentimientos cambian hacia la persona que secuestró, y en su sano juicio no debería permitirse débil cuando unos cuantos oficiales y la organización entera lo persigue.

Aún podía recordar cuando mató a Elians Roberts en medio de ese bosque, bajo la oscuridad de la noche. Él protegió a Lilly hasta su último suspiro, pero sabía que sus horas estaban contadas desde que descubrió quien era y sobre todo por el grave error de dejar huellas en ese cadáver. Sin embargo, solo fue cuestión de cuatro años más tarde para saber que nunca murió y nuevamente las cosas comenzaron a dar lugar el caso que habían cerrado hace años. Sin embargo, nadie supo, a excepción de Coral, que lo dejó ir y ese fue el causante de que dejó su puesto de Comandante para dejar atrás ese pasado.

Ahora, las cosas se estaban repitiendo, pero aún no se sabía hasta qué punto de la historia iba a llegar todo eso.

— Abuelo, ¿te encuentras bien?

— Q-que...

— Te quedaste pasmado después de lo que te dije.

— Lo siento, solo se que me acorde de un caso de hace mucho tiempo.

— El del psicópata más buscado, Elians Roberts — musitó Suzy — Tu abuelo fue quien lo atrapó, y dos veces para ser exactos. No, no, los dos, tu abuelita Coral fue partícipe de ese caso.

Él abrió su boca de la sorpresa.

— Ese caso fue muy famoso. ¿Por qué nadie me dijo que tú eras el Agente quien lo atrapó? Y más que todo que mi abuelita también era un Agente.

— Es algo que no me agrada recordar.

— Pensé que ya lo habías superado, papá.

— Lamentablemente no se puede. No después de lo que hice.

La debilidad de un convicto (Tercera Trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora