Capitulo 28

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— No hay tiempo... tus respuestas pueden darse si subes rápido al vehículo.

Hazle caso, cariño.

¿Mamá?

S-se ve buena persona — susurró la pelirrubia, quien se asomaba un poco para ver a la persona que estaba a dentro del vehículo.

— Ellos podrían encontrarlos. Confíen en mi.

Confía en él, mi pequeño.

Otra voz...

James sintió las manos de la pelirrubia enlazándose con la de él y este la miró, Hannah asintió. Desvió su mirada hacia la persona y caminó hasta el vehículo para abrir la puerta, Hannah fue la primera en entrar y luego él.

Se pudo escuchar unos cuantos disparos por detrás de ellos, James protegió a Hannah en todo momento hasta que salieron del bosque. Ella no se separaba de él, sus ojos estaban cerrados por el miedo y sus labios apretados por lo mismo.

— Tranquila, ya pasó – le susurró, acariciando su melena rubia para calmarla.

Aquello ayudó mucho, porque Hannah se durmió tranquila al saber que el azabache estaba a su lado y más por el cansancio que tenía al haber corrido todo ese tramo del bosque. La mirada del azabache se postró en aquel anciano que manejaba el automóvil.

— Me puede decir quién es usted y por qué nos ayudó.

El castaño lo miró por el espejo.

— Si te dijera que soy un amigo muy cercano de tu familia, ¿me creerías?

Aquello dejó a un desconcertado e intrigado al azabache que lo miró fijamente.

— ¿Qué intenta decir? ¿Conoce mi pasado?

— Absolutamente todo... pero me quedo confundido de lo que dijiste. ¿A caso no recuerdas nada de tu familia y de tu vida?

— No.

Oh por Dios.

Te voy a decir todo cuando lleguemos.

Adam manejó alrededor de una hora, llegando a un pequeño alojamiento de apartamentos, que estaba en el siguiente condado. Había tomado una ruta alterna donde oficiales no estaban vigilando y estuvieran al tanto de la situación.

Antes de bajar, Adam me dio dos gorra y una mascarilla al azabache. James se puso la gorra y la mascarilla, de paso poniéndole la gorra a Hannah con sumo cuidado para que no despierte. Adam se bajó del automóvil y se dirigió a la puerta trasera para abrirla.

James salió primero para luego subir a Hannah en sus brazos. Los tres entraron a la entrada del apartamento, no había nadie quien vigilara la entrada así que no hubo problema al entrar. Subieron por el ascensor al piso 3, saliendo hasta llegar a una puerta al extremo del pasillo.

El castaño abrió la puerta dejando que el azabache con la chica entrara primero. James preguntó dónde estaba la habitación y él le indicó, después de unos segundos el azabache salió de la habitación. Adam salió de la cocina con dos vasos de vidrio y una caja de cartón contenida de jugo.

— ¿Ahora me vas a decir todo o me vas dormir con alguna sustancia que le pusiste en ese jugo? — le preguntó con sus brazos enlazadas en su pecho — Nada de juegos porque te arrepentirás si haces un estúpido acto en contra de los dos.

— No sacrifique todo por nada ni tampoco puse toda mi atención para encontrarte — se sentó, poniendo jugo en el vaso de vidrio — ¿Deseas un poco? — la mirada fulminante le hizo acordar a Elians — Eres igual a tu abuelo, no tengo ni una duda.

La debilidad de un convicto (Tercera Trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora