— No hay tiempo... tus respuestas pueden darse si subes rápido al vehículo.
Hazle caso, cariño.
¿Mamá?
— S-se ve buena persona — susurró la pelirrubia, quien se asomaba un poco para ver a la persona que estaba a dentro del vehículo.
— Ellos podrían encontrarlos. Confíen en mi.
Confía en él, mi pequeño.
Otra voz...
James sintió las manos de la pelirrubia enlazándose con la de él y este la miró, Hannah asintió. Desvió su mirada hacia la persona y caminó hasta el vehículo para abrir la puerta, Hannah fue la primera en entrar y luego él.
Se pudo escuchar unos cuantos disparos por detrás de ellos, James protegió a Hannah en todo momento hasta que salieron del bosque. Ella no se separaba de él, sus ojos estaban cerrados por el miedo y sus labios apretados por lo mismo.
— Tranquila, ya pasó – le susurró, acariciando su melena rubia para calmarla.
Aquello ayudó mucho, porque Hannah se durmió tranquila al saber que el azabache estaba a su lado y más por el cansancio que tenía al haber corrido todo ese tramo del bosque. La mirada del azabache se postró en aquel anciano que manejaba el automóvil.
— Me puede decir quién es usted y por qué nos ayudó.
El castaño lo miró por el espejo.
— Si te dijera que soy un amigo muy cercano de tu familia, ¿me creerías?
Aquello dejó a un desconcertado e intrigado al azabache que lo miró fijamente.
— ¿Qué intenta decir? ¿Conoce mi pasado?
— Absolutamente todo... pero me quedo confundido de lo que dijiste. ¿A caso no recuerdas nada de tu familia y de tu vida?
— No.
Oh por Dios.
— Te voy a decir todo cuando lleguemos.
Adam manejó alrededor de una hora, llegando a un pequeño alojamiento de apartamentos, que estaba en el siguiente condado. Había tomado una ruta alterna donde oficiales no estaban vigilando y estuvieran al tanto de la situación.
Antes de bajar, Adam me dio dos gorra y una mascarilla al azabache. James se puso la gorra y la mascarilla, de paso poniéndole la gorra a Hannah con sumo cuidado para que no despierte. Adam se bajó del automóvil y se dirigió a la puerta trasera para abrirla.
James salió primero para luego subir a Hannah en sus brazos. Los tres entraron a la entrada del apartamento, no había nadie quien vigilara la entrada así que no hubo problema al entrar. Subieron por el ascensor al piso 3, saliendo hasta llegar a una puerta al extremo del pasillo.
El castaño abrió la puerta dejando que el azabache con la chica entrara primero. James preguntó dónde estaba la habitación y él le indicó, después de unos segundos el azabache salió de la habitación. Adam salió de la cocina con dos vasos de vidrio y una caja de cartón contenida de jugo.
— ¿Ahora me vas a decir todo o me vas dormir con alguna sustancia que le pusiste en ese jugo? — le preguntó con sus brazos enlazadas en su pecho — Nada de juegos porque te arrepentirás si haces un estúpido acto en contra de los dos.
— No sacrifique todo por nada ni tampoco puse toda mi atención para encontrarte — se sentó, poniendo jugo en el vaso de vidrio — ¿Deseas un poco? — la mirada fulminante le hizo acordar a Elians — Eres igual a tu abuelo, no tengo ni una duda.
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La debilidad de un convicto (Tercera Trilogía)
Mystère / ThrillerSer un convicto y tener su objetivo bien en claro, era lo único importante para James. Sin embargo, nunca se imaginó que su objetivo era aquella chica que se ha convertido en su gran perdición, un fruto prohibido, la prometida del comandante King. S...