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Abrí los ojos encontrándome a Uk sobre mí. No sabía qué hora era, pero mi gato me odiaba por levantarme temprano. Lo bajé de la cama e inspeccioné mi alrededor mientras me despertaba al completo. La luz entraba por la enorme ventana, así que al menos no me había levantado de madrugada. Inna, en cambio, parecía dormir en uno de los cojines del suelo—¿Por qué Uk no podría ser igual de tranquilo?—Me levanté y encendí la pantalla de mi móvil. Mi hermano me había mandado un mensaje. Durante la última semana volvimos a hablar por mensaje, mensajes algo cortos, pero en contacto. Seguía con resentimientos y él había accedido a darme mi espacio. Respondí que acababa de levantarme mientras abría la puerta. La casa estaba en  absoluto silencio. Nada más asomarme al salón mi mirada se dirigió directamente al cuerpo del sofá. Yeonjun dormía bocarriba con un brazo colgando del sofá y el otro sobre su cabeza. La camiseta de tirantes estaba completamente descolocada dejando poco a la imaginación. Hasta su cabellera completamente desordenada sobre su rostro me pareció tierno. Mientras que le sacaba alguna foto subió su madre con una enorme sonrisa. Me invitó a acercarme a la cocina.

-Ayer se durmió tarde-susurró abriendo la nevera-Habla mucho.

-Siempre lo ha hecho-susurré de vuelta.

Si no estaba con sus monólogos estaba quejándose de Beomgyu. También me había fijado que ya no daba esos paseos norcturnos, lo que me dio a entender que acabó haciéndolos para buscarme.

-Habla mucho de tí.

-¿De mí? No tengo tanto para que se desvele.

Su madre rió echando zumo a su vaso.

-Lo veo feliz y también lo estoy de que haya encontrado a alguien como tú-suspiró-Sé que tienes algunos problemas en casa, pero por mí podrías vivir siempre aquí. Eres alegre y cambiaste un poco a Yeonjun; mi hijo era un desastre.

-Sin él sería completamente otra persona, así que le debo mucho.

Uyeon me revolvió la cabellera sugiriéndome despertar a su hijo. Esperé a que bajara las escaleras para acercarme a Yeonjun. Parecía sumido en un sueño profundo. Había una pequeña brisa que entraba por la ventana que movía algunos de sus mechones. No pude retener la sonrisa—No puedo despertarlo si se ve tan calmado—Me dirigí a la cocina y saqué la sartén, tenía pensado hacerle un desayuno con el que se levantara de buen humor. Mientras cortaba las fresas su madre subió algo apresurada, vio que aún su hijo seguía dormido y rió bajo.

-Eres demasiado buena-observó la masa de los panqueques y las fresas, agarró un pedazo de la fruta-Voy a tener que ir al médico después, Yeonjun se encargará de la peluquería, díselo cuando despierte.

-Está bien-dejé la masa sobre la sartén-Se lo diré.

Que mencionara el médico me hizo recordar a mi madre. Como era habitual: ausente. No sabía mucho de como iba su embarazo y el único que lo sabía era Soobin, persona con la que no estaba rn buenos términos en esos momentos.

-Ojalá hubiera tenido una hija, seguro me hubiera ahorrado bastantes problemas-suspiró antes de bajar las escaleras.

Sonreí haciendo los panqueques. Que la madre de Yeonjun fuera Uyeon era algo maravilloso, era una de las personas más agradables que había conocido. Eché un vistazo a la pantalla de mi móvil mientras tanto, mi hermano me informaba de lo que estaba haciendo de vez en cuando. Estaba llevando a mamá al médico—Sabía que de aprovecharía de él...—tenía entendido que se quedó en casa de la vecina oficialmente. Eso quería decir que papá estaba solo en la casa—¿No se le había ocurrido a mamá denunciarlo ya? Teníamos todo el vecindario de testigos, pero algo que se lo impide y es desesperante—Apagué el móvil y emplaté el desayuno. Unos cuatro panqueques para cada uno rodeado de fresas con nata. Los dejé en la mesa, ambos platos, y me acuclillé frente a Yeonjun. Aparté el cabello de su frente y dejé un beso en la misma. Frunció el ceño. Besé castamente sus labios; me había vuelto completamente adicta a ellos. No podía parar, cada vez que los sentía contra los míos sentía una relajación absoluta y a veces incluso esa sensación de ir al baño de la que Sunjin me había hablado. Yeonjun abrió los ojos encontrándose seguramente con mi enorme sonrisa, volví a besar sus labios esperando que espabilara más rápido.

PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora