Mi mirada no salía de nuestras manos entrelazadas. Estaba congelada, hacía un frío incomprensible y no iba bien abrigada, pero eso no me importa ahora que me volvía a sentir completa. Yeonjun acariciaba con su pulgar el dorso de mi mano mientras, con la otra, arrastraba mi bicicleta. De alguna manera había vuelto atrás en el tiempo, como si no hubiera estado meses llorando o buscándolo por doquier.
Fue en enero que comprendí lo que él decía de que dependía totalmente de mí. Al final, yo también dependía ciegamente de Yeonjun, y me pasó factura cuando se fue. No supe que hacer cuando desapareció, me quedé completamente en blanco durante un par de meses hasta que volví a salir y pasarla bien con los demás. Él había cambiado por mí, y yo inconscientemente lo había hecho también. Beomgyu decía que era incluso más alegre que antes y ya no mr gusrdaba las cosas, había aprendido a decir directamente lo que pensaba o quería en vez de esperar a que el otro tomara la iniciativa. Tenía claro varias cosas ahora: no quería mentiras, menos vivir una situación en la que veía consumirse s alguien que apreciaba y por último, quería estar con Yeonjun. Pero no cualquiera, quería al Yeonjun del que me enamoré, pero con la cabeza centrada. Y milagrosamente lo tenía delante.
—Entonces...
Yeonjun me miró de reojo antes de asentir orgulloso mirando hacia delante. Realmente le habían sentado bien esos meses.
Había aprendido que esperar a que las cosas llegaran no funcionaba; después de todo esperé a que cambiara Yeonjun sin hacer absolutamente nada. Así que, sin percatarme de ello, esa Soohael extremadamente vergonzosa y tímida había disminuido casi volviéndose inexistente. Me seguía sonrojando como un semáforo cuando me hacían cumplidos, y estar de la mano con Yeonjun me daba algo de vergüenza aún; pero no me importaría parar el paso para subir de un salto sobre él y besar sus labios, esos que tanto había extrañado.
—Nada de alcohol, ni peleas—sentí un gran alivio al escucharlo de nuevo—aunque no pude dejar de fumar.
—Eso no se cambia del día a la mañana—abracé su brazo pegándome más a él. Sabía que dejar de fumar era complicado, y no podía esperar que en cuatro meses estuviera limpio. Ya me fascinaba que dejara el alcohol y las peleas, no necesitaba más en realidad.
—Sun.
Echaba tanto de menos que me llamara así.
—Dime.
—¿Quieres volver conmigo?—y yo pensaba que ya habíamos vuelto...—De cero, quiero empezar de nuevo.
Sonreí inconscientemente al recordar aquel viaje a la playa. Como se confesó y no entendí nada hasta que me lo dijo de forma directa. De la ilusión perdí mis zapatos, y fue realmente el mejor verano de mi vida. Tal vez tuvimos baches, pero no podía esperar a sentir de nuevo esa felicidad indescriptible.
—Me encantaría.
Yeonjun me ofreció su bufanda susurrando que hacía mucho frío, no tardó en quejarse de lo poco abrigada que estaba. Sin duda, algo que nunca cambiaría de él era su complejo de padre que tanto me gustaba; tal vez ya no era sobre protector, pero seguía preocupándose por todo.
Negué con la cabeza confundiéndolo.
—Pónmela tú—pareció satisfecho ante mi sugerencia. No paraba de toquetearla y empeorarlo e incomodarme más, perl era tierno ver cómo trataba de ponerme bien la bufanda. Era una de esas cosas, como atarse los cordones o subirse la cremallera, que aprendías a hacértelo a tí y cuando alguien te pedía ayuda tardabas en comprender cómo funcionaba en esa perspectiva.
—Echaba de menos esto—susurró apartamdo mi cabello.
—¿El qué?
—Mirarte como un enamorado y que te sonrojes.
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PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUN
FanficEverything that was beautiful I know it's not true Trying to spit out that cruel lie To the paradise of irresponsible dreams I'll say my last goodbye Farewell, Neverland- TXT El horror de la casa de Soohael la lleva a una vida desgraciada y sin ning...