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—Y por eso vine aquí—mordí la pizza mirando a Beomgyu.

Su casa estaba impoluta. Había pocas cosas, paredes y muebles blancos. Cualquiera diría que se había mudado hacía poco. En las pocas estanterías había un par de fotos, todas de Beomgyu de pequeño. Incluso la alfombra del suelo se veía nueva. El silencio de su casa, de la zona y la poca decoración de la casa daba una sensación fría al ambiente.

—Ambos tenéis un problema muy grande—me señaló con la pizza de su mano—Tú gestionas muy mal lo que sientes, ¿Sabes que hablarlo con alguien es liberador?

—Creía que no tenía derecho a decir nada, son sus amigos, ¿No?

—Soohael, eres su novia. Tienes derecho a expresarte. No puedes decir que se aleje de ella, pero puedes hablar de cómo te sientes al respecto.

—Ahora lo sé—suspiré mirando por la ventana, hacía buen día—¿Por qué estamos comiendo pizza?

—Porque sobró de la cena—murmuró riendo.

Me tumbé en su sofá mirando el techo, Beomgyu se sentó sobre mí para que le hiciera caso. Le seguí a su habitación, completamente ordenada. Me senté en su cama exceptante, agarró su guitarra y me dedicó una sonrisa antes de sentarse en el suelo con ella. Me preguntó por canciones, pero al ser eléctrica no se me ocurría ninguna.

Beomgyu cantaba bien, aunque seguía prefiriendo la voz de Yeonjun; la suya tenía un tono de voz único. Tarareé las canciones que cantaba Beomgyu mientras miraba el móvil. Yeonjun me había mandado un par de mensajes: "No vuelvas muy tarde...quiero dormir contigo" me mordí el labio, ¿Cómo podía ser tan bonito? Suspiré apagando el móvil. No era la única con problemas para expresarse, Yeonjun parecía estar siempre mostrando lo que sentía pero sabía que se guardaba varias cosas; al igual que yo.

—Te noto distraída.

—Sigo sin comprender del todo cómo expresarme.

—Las emociones, sácalas—Beomgyu se levantó del suelo y se sentó a mi lado en la cama—Si quieres gritar hazlo, si necesitas llorar, adelante. Pero no acumules como te sientes, al final es asfixiante—apoyó su espalda contra la pared y encogió hasta su pecho sus piernas.

—¿Te he dicho que te quiero, Beom?

—Sí—rió—lo dijiste muchas veces.

—Lo digo enserio—dejó de reírse—Te quiero, eres como otro hermano para mí. Y sé que sabes tanto sobre este tema porque te pasó lo mismo; así que te invito a dejar tus emociones salir conmigo.

Beomgyu miró sus manos antes de hundirse entre sus rodillas.

—Eres increíble, Soohael—apoyó su barbilla entre sus rodillas—Aún estando mal sigues pensando en los demás.

—¿No es eso lo que haces siempre?

Sonrió asintiendo. Me cambié de postura para mirarlo directamente. Beomgyu siempre estaba sonriente y dando buenos consejos a todos, hacía de intermediario entre Yeonjun y yo además de estar siempre disponible para los demás; pero él también debía tener problemas.

—Cuéntame.

—Es esta casa, hasta tú habrás notado lo solitaria que es.

—¿Por qué no vives con los demás?

Se quedó en silencio observándome fijamente.

—Kai, Taehyun, Yeonjun y tú, un apartamento alquilado.

—Yeonjun no dejaría a su madre—desvió la mirada hacia algún lugar de la habitación. Se notaba que conocía a Yeonjun; y de alguna manera yo también era consciente de que el vínculo entre Yeonjun y su madre era fuerte, y no estaba preparado para aflojar un poco la cuerda y alejarse de ella aunque fuera solo para independizarse.

PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora