PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUN

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Mi hermano me estaba contando en un tono bastante molesto que había una chica realmente insoportable que no paraba de cruzarse. Su definición de ella era: Yeonjun en mujer. Lo que solo me hizo imaginarme a una chica guapa, bromista, a veces cortante que no asistía mucho a clase. Bebí de mi taza terminándola justo cuando Beomgyu entró dándonos los buenos días. Se sentó a mi lado sonriente y me preguntó si quería ir con Kai a dar una vuelta. No me dio margen a responder, Sunjin apareció diciendo que me encantaría ir. Ella me conocía lo suficientemente bien para saber que no quería pasarme la mañana de ese sábado en el escritorio haciendo tarea. Mi hermano sonreía mirando a Sunjin hablar con Kai sobre algo de un juego que debieron jugar ayer mientras yo quedaba con Doyoun y Kyunsoo en unos recreativos cerca del centro comercial.

Me senté en el banco del parque donde aprendí a montar en bici. Estábamos tomando un descanso, llevábamos una hora pedaleando por las calles.

-Kai, tío. Ya te he dicho que no quiero hablar con ella.

-¿Por qué no?

-¿Con quién?- pregunté en busca de una respuesta que me ubicara en la conversación. Kai señaló a mi mejor amigo al que, al parecer, ayer se le declararon y no me contó nada. Una chica con mechas rubias del departamento de imagen y sonido, o algo así. Kai la describía como una persona maravillosa y perfecta para Beom, pero en cuanto dijo que era extremadamente habladora supe que no era adecuada para mi Beom. Si los dos hablaban por un tubo, sería un desastre.

-Céntrate en tu novia y deja mi vida romántica tranquila.

-¡Si no tienes vida romántica!

-Pues deja de buscarla.

Sonreí desenvolviendo el ChupaChups que compramos cuando paramos a por agua. Beom paró de hablar, lo que me llamó la atención. Elevé la vista encontrándome con Wooyoung, Felix, un chico que recién supe que se llamaba Changbin, y Yeonjun. Venían exhaustos, como si hubieran corrido un maratón. Yeonjun tiró una bolsa a Changbin y se acercó a mí con los brazos abiertos. Me levanté ocultando la ilusión que me hacía verlo. El viernes no supe nada de él hasta que me llamó en la noche preguntando qué película quería ver con él el sábado; por eso me hacía ilusión encontrármelo. Me abrazó bastante fuerte, me rodeó por la cintura y hundió su rostro en mi cuello. Acaricié su espalda, realmente estaba agitado.

-Y entonces las sirenas…

¿De qué hablaban los otros tres? Traté de prestar algo de atención a lo que decían, pero acabé escuchando a Yeonjun.

-Te extrañé-susurró. Sonreí, saqué el dulce de mi boca para informarle que era un sentimiento recíproco. Mis palpitaciones aceleraron, incluso mi respiración solo con verlo.

-¿De dónde vienes?

Miré tras él, justo de donde había venido.

-¿Y tú qué haces aquí con estos idiotas?

Volvió a evitar un tema, como se había acostumbrado a hacer. Me separé del abrazo, nunca sentaba bien que me ocultara cosas; menos sobre lo que estaba haciendo. Me daba la sensación de que no me lo decía porque no me gustaría, y las cosas no deberían de ser así. Él debería de contarme las cosas, yo dar mi opinión y viceversa.

-¿Pasa algo?- preguntó al ver que me alejaba cuando se acercaba a darme el abrazo de nuevo.

-¿Qué tal está Uyeon?

-Luego la ves, ¿qué te pasa?

Le esquivé y me acerqué para empujar a Beom e integrarme en su conversación. Kai rápidamente sugirió irnos para casa, aún se me hacía raro que viviéramos juntos. Yeonjun no se fue con sus amigos, de hecho secuestró a Beomgyu y fueron unos pasos tras nosotros; a Kai también le pareció extraño. Fuimos andando arrastrando la bici, pero aún así fue un camino corto.