PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUN

50

Estaba hecha un desastre. La habitación de Yeonjun parecía un basurero, ¿Qué hizo en mi ausencia para que no hubiera prácticamente suelo de madera? Él entró apresurado y amontonó todo en una esquina, debía estar bromeando. Señalé el montón a punto de gritarle cuando de esa montaña de ropa salió Uk. ¡Casi ahoga a mi gato entre ropa!

-Juro recoger más tarde...

-No hace falta que lo jures, me voy a encargar de que lo dejes impoluto.

Yeonjun salió con ropa para cambiarse, no tardé en escuchar el agua caer de la ducha. Revisé ese montón de ropa, ¿Cómo podía ser tan grande? No me había ido tanto tiempo como para que esa habitación sea un basurero. Escuché la puerta abrirse, ¿Cómo se dicho tan rápido? Se sentó en la cama y revolvió su cabello con la mano derecha, parecía húmedo. Me senté sobre sus piernas abrazándolo por el cuello. Lo había extrañado. Me sentí tan decepcionada que huí de la situación, no pensaba que iba a echarlo tanto de menos. Pasé mi mano por su cuello lentamente. Estuve cinco días comiendo y sentada en el sofá de Eric planteándome qué me molestó realmente de ese día. Pasaron bastantes cosas en esa fiesta, desde los golpes a esas respuestas para nada propias de Yeonjun. Enredé mis dedos en su cabellera, incluso si no se había duchado estaba sueve. Sonreí viendo cómo cerraba los ojos y rodeaba mi cintura con sus manos.

-Deberías de evitar beber.

Yeonjun asintió en silencio. Vi una pequeña sonrisa esbozarse.

-Ebria tampoco eres un ángel.

-Enserio, lo que me dijiste me sentó realmente mal-apoyó la cabeza en mi hombro susurrando que lo perdonara-Sé que quieres protegerme y cuidarme constantemente, pero deberías de confiar en mí. Si me hubiera tratado de besar yo me hubiera encargado de ello; no quiero que uses la violencia por ninguna circunstancia.

-Solo quiero hacerte feliz, reparar todo lo que te ha destrozado hasta conocerme...

-Ya has reparado bastante-¿Cómo podía ser tan relajante tocar su cabello?-No vuelvas a comportarte como un imbécil, ¿Vale?

No respondió, solo se hundió más aún en mi hombro. No tardé en recordar un pequeño detalle.

-Voy a ir a casa de Beom después-murmuré acariciando ahora su rostro; igual de suave. Abrió sus ojos lentamente posando su mirada en los míos, quedé hipnotizada-Me pidió ayuda con algo-Sus ojos bajaron lentamente hasta acabar viendo mis labios-¿Yeonjun?-Se inclinó lentamente, como si estuviera esperando que lo frenara, y acabó juntando nuestros labios en un lento movimiento que también había echado en falta. Me moví acercándome más y con la mano en su nuca profundicé todo lo que pude el beso. Le besé como si llevara años sin hacerlo, como si no pudiera repetirlo en una década. Volví a sentirme en casa, segura y cómoda. Sonreí cuando mordió mi labio inferior y tiró de él. Me encantaba identificar sus pequeñas manías, cómo hacía circulitos con sus dedos sobre mi piel, la forma en la que muerde mi labio o simplemente la sonrisa que siempre le sale tras un beso; una diferente, específica y tierna. Pasé la mano por su mandíbula levantando su rostro, seguía fascinada por cada facción suya.

-Deberías parar-susurró.

Bajé mi mano izquierda de su cuello por el pecho, quise quitarle la camiseta por unos instantes.

-¿Parar de qué?

-De tocarme tanto-murmuró cerrando los ojos-me metes en problemas.

¿En problemas? Rocé sus orejas al pasar los dedos por su cabellera, soltó un suspiro.

-Sexualmente hablando.

Oh, ya había entendido. Miré inconscientemente hacia abajo, pero él me levantó la barbilla con una expresión juguetona y burlona. Acababa de pillarme mirando donde no debería. Mis mejillas se acaloraron de inmediato.