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Yeonjun:

Me asomé por la ventana para ver si la tienda de telas estaba abierta. Eunwoo y yo necesitábamos más para terminar el trabajo de final de mes. El día estaba soleado, tal vez fue por eso que miré al cielo quedando prendado del sol. Echaba tanto de menos a mi Sun que todo me recordaba a ella.

Bajé la mirada al recibir un grito de Eunwoo quejándose de que tampoco teníamos para hacer café. Además de ver la tienda abierta, sentí alivio y emoción porque vi la figura de Soohael caminando por esa calle. Iba con Haru, Myung, Ali y Seonhu. Se veía deslumbrante, llevaba una sudadera enorme de color lila y unos vaqueros oversize azul claro y bastante rotos. Incluso el gorro gris me dio ternura. Se veía pequeña desde la cuarta planta, pero más con esa ropa. Señaló saltando la tienda de juguetes de esa calle, ella y Myung salieron corriendo al instante. Me gustaría bajar solo para cerla de cerca.

—¿Bajas tú o yo?

—Baja tú—susurré.

—¿Por qué? Tú ya estás vestido.

Entré de nuevo y me tiré en el sofá.

—Porque acabo de ver a Soohael y como baje voy a salir corriendo a buscarla.

—Niño enamorado, ¿Cuando irás a buscarla?—entró a su habitación y salió con una sudadera que se puso encima sin quitar la vista de mí.

—No me presiones—se ató los cordones y salió llamándome cobarde; y tenía razón.

Quería regalarle el vestido que había diseñado, y no podía hacerlo hasta que el profesor me pusiera la nota correspondiente. Quería enseñarle que había seguido sus consejos y estaba haciendo lo que más me gustaba. No me importaba realmente si me rechazaba o no, pero quería mostrárselo al menos. Incluso cuando se lo conté a Soobin le pareció aceptable.

Se abrió la puerta sorprendiéndome, no habían pasado ni dos minutos.

—¡Qué rápido volviste!

Me quedé mudo al ver a Soobin en la puerta. ¿Eunwoo le dejó sus llaves para que subiera? Se sentó en el sofá inspeccionando todo.

—¿Qué? ¿cómo?

Me indicó que me sentara y obedecí en silencio.

—Te vi asomarte por la ventana, conté plantas y pregunté casualmente a tu compañero de piso—su sonrisa era igual a la de Soohael—¿mirabas a mi hermana?

—Puede—murmuré.

¿Cómo negarlo? Me había calado de lleno.

—Te va a olvidar si no lo hizo ya.

Esas palabras provocaron un pequeño mal estar en mi pecho, una presión horrible.

—¿Qué sugieres?

—Harán una fiesta la semana que viene por el cumple de Sunjin, ve.

—En una semana—susurré.

—Sí, deja de perder el tiempo y ve a por ella o voy a dejar que se la lleve otro.

—Eso sería traición, tío—dije empujándolo ligeramente.

—¿Traición?—me empujó más fuerte—¿Así agradeces que te ayude, imbécil?

Había desarrollado una amistad de amor-odio con Soobin bastante similar a la que tenía con Beomgyu. Unos cuantos empujones e insultos, pero nada violento en realidad.

Le ofrecí un vaso de agua y comenzamos a hablar de una serie que ambos estábamos viendo, hasta que vino Eunwoo y cambiamos de tema a los precios del supermercado. Había unas ofertas que asombraron a Soobin, mucho a decir verdad.
Ya entendía por qué todos amaban a Soobin, realmente era una buena persona y muy agradable para estar.

PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora