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Esperé sobre la cama a que Yeonjun terminara de ducharse. Se sentía extraño, como si hubiera salido de una ducha de una hora bajo agua caliente, como si acabara de volver de una fiesta y sintiera el cansancio y la tranquilidad de estar en casa. Mi cuerpo aún estaba sumido en un limbo sereno, a pesar de la ducha seguía algo ausente. Abracé mis piernas desnudas sin quitar la vista de la pequeña Inna, gata que antes no estaba en la habitación; que yo recuerde. Aún sentía las caricias de Yeonjun por mi piel, incluso los suspiros en mi oído. Me tiré bocarriba a la cama y me tapé la cara con un cojín. No me creía lo que acababa de hacer, no estaba para nada avergonzada; pero mi mente tenía en bucle como él y yo...

-¿Estás bien? Cualquiera creería que tratas de asfixiarte.

Quité el cojín rápidamente encontrándome con Yeonjun secando su cabellera sin camiseta, ¿Todas esas marcas eran mías? ¿En qué me convertí?¿Soy una caníbal? Me tapé el rostro avergonzada de ello. Sentí la cama hundirse y segundos después un casto beso en mi mejilla.

-No te avergüences, boba.

-Es que te dejé muchas marcas -susurré.

-¿Me he quejado acaso?

-Y tu espalda...

-Estoy perfectamente, ahora mírame.

Sus ojos brillaban como un faro en medio de la noche, como estrellitas en el cielo. Me besó lento, no duró más de seis segundos, pero quedé cautivada de nuevo.

-Estoy enamorado de tí.

-Yo también, pero quiero dormir.

Me empujó llamándome aguafiestas, me gustaba mucho molestarle. Me pegué a la pared esperando a que se tumbara conmigo. Se acostó frente a mí, con la mirada puesta en mi rostro. Acarició mi mejilla antes de dejar un casto beso y acomodárse abrazándome para dormir. Fueron pocos días, pero echaba de menos eso.

Volví a casa temprano, ni siquiera pude desayunar con Yeonjun. Mi hermano me llamó sugiriéndome, según él, "amablemente" que volviera a casa. No me dejó ni apreciar a Yeonjun recién levantado, ni lavarme la cara, ni desayunar; nada. Jun estaba tan dormido que directamente me fui sola de vuelta, por primera vez quise asesinar realmente a mi hermano. Entré a casa seria, como si la clase de matemáticas fuera a durar dos horas en vez de una. Soobin se asomó desde la cocina, ni siquiera él se había lavado la cara.

-¡Buenos días!

Se acercó con las manos levantadas, pero claramente no tenía el mismo humor.

-¿Por qué tanta prisa? Ni la cara me dejaste lavarme.

-Ayer no me mandaste mensajes como te pedí, quería verte urgentemente.

Accedí al abrazo, después de todo era Soobin. Me preguntó si me la había pasado bien, primero traté de contarle lo que hicimos; pero debido a que estaba literalmente contra su pecho, no escuchó más que un murmullo. Tras lavarnos la cara, nos sentamos en el sofá del salón. Le conté la mañana, la sorpresa que le di y lo contenta que estuvo Uyeon al verme. Sabía que no le gustaba que hablara de Yeonjun, pero ¿Quién no quería a Uyeon? Cuando estaba terminando mi impresión de la fiesta quedé en silencio, ¿Ahora qué le iba a contar? Soobin me miró expectante. Me relamí los labios y seguí diciendo que fuimos a un lugar especial de ambos y le di unos regalos, luego cené en su casa y dormimos juntos. No había mentido, ¿No? Solo que ese "dormir juntos" tenía una segunda connotación y el "cenar" no fue comida, sino a Yeonjun. Sonreí nerviosa, tal vez fue eso lo que hizo que me inspeccionara visualmente.

-¿Te acostaste pronto?

-No, llegamos bastante tarde. ¿Los demás cuándo llegaron?

Bien, bien, cambiando tema de forma poco sospechosa. Realmente se despistó, me habló de Kai ebrio cantando a las doce de la noche junto a Beomgyu y como Taehyun trataba de que no se cayeran; al parecer el único que supo moderarse al beber. Soobin reía diciendo los detalles, ¿Por qué no podía llevarse así de bien con Yeonjun?

PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora